Colombia: Adiós a la infancia
* Al menos 190 mil niñas y niños son vendedores ambulantes; sufren explotación, discriminación y abuso sexual
México, D F, 7 de noviembre (apro-cimac)- Bora es un barrio periférico al sur de Bogotá, un municipio en el que se levantan asentamientos clandestinos, con pocas vías de acceso o en estado deplorable Uno de esos asentamientos, situado en lo alto de una colina, es el hogar de Martha y de su hermana, Aidé Paola, y también de Brandón, un joven vecino de las chicas, cuyo punto en común es que los tres son vendedores ambulantes y son víctimas de explotación, discriminación y abuso sexual
Martha tiene 13 años, Aidé Paola 10 y Brandón 14
De acuerdo con el Boletín Visión Mundial México, todos los días, los niños descienden del cerro en que viven y recorren a pie, los cuarenta minutos que los separan del centro de la ciudad A diferencia de lo que ocurre en un salón de clase, la jornada empieza a las cinco de la tarde y no se sabe a qué hora terminará; alcohólicos, sexoservidores y maleantes son sus compañeros habituales
Martha y Aidé viven con su madre y ocho hermanos más La muerte prematura del padre y la precaria situación económica en que quedaron las obligó a lanzarse a la calle La familia de Brandon, igualmente grande y pobre, depende de él para poner algo de comida sobre la mesa
Una vez con el producto empieza el verdadero trabajo Los bares y los negocios donde se concentran los borrachos y las parejas son los sitios donde los chicos apuestan a vender una rosa El bullicio es insoportable, los transeúntes, groseros, la violencia y las drogas, una constante
"Yo empecé a trabajar en esto por una vecina Ella me dijo que por qué no vendía flores Ella sabía que estábamos muy mal de dinero", recuerda Martha
"Una ves estábamos en un bar ofreciendo las rosas y un señor nos ofreció 40 mil pesos (colombianos) por acostarnos con él", agrega
"Nosotros empezamos como a las cinco de la tarde y a veces nos da la medía noche", señala
Brandon, quien vende fruta en un transitado crucero de Bogotá, admite que el primer día "fue muy difícil, porque uno se tiene que aprender los recorridos y da pena acercarse a la gente, y que a veces lo traten mal a uno"
"A mí un chino (muchacho) más grande me quería quitar todo Me dijo que la ruta de buses era de él, y yo le dije que no, que eso no era de nadie, y me dijo que, si me seguía viendo por ahí, me chuzaba (me apuñalaba)", relata
Un poco más lejos, en una transitada autopista, John, de 16 años, y Michael, de 12, venden frutas a ritmo de semáforo Con un poco de suerte, la luz roja les permitirá hacer una o dos ventas; la luz verde, en cambio, es señal de que deben apartarse, de hacerse a un lado; los conductores tienen prisa y no se andan con miramientos
"La policía también molesta mucho Si uno se descuida, lo corretean para subirlo al camión y decomisarle la mercancía", acusa John
No es fácil ganarse un espacio en la calle, las rutas, las esquinas y las intersecciones tienen dueño, y se defienden incluso a puñal Las horas de trabajo se hacen largas y pesadas Si no se vende la fruta, habrá que tirarla y será dinero perdido Lo mismo las flores De regreso a casa, los niños van con cuidado, vigilantes La noche los acompaña, pero el peligro les sigue los pasos
"Cuando pasamos por los puentes, los ñeros (vagabundos) nos dicen que les pasemos algo, que si no nos van a chuzar, a clavar (apuñalear) Lo que hacemos es pasar bien rápido y tratar de no acercarnos mucho a ellos", afirma John
De acuerdo con la Encuesta Continua de Hogares, Módulo de Trabajo Infantil, 2003, del Departamento Nacional de Estadística (Dene), uno de cada 20 niños y niñas colombianos, entre los cinco y nueve años de edad, y uno de cada 10, entre los 10 y 12 años, son trabajadores informales En total, en Colombia hay 22 millones de niñas, niños y adolescentes trabajadores
El trabajo doméstico, la minería, la agricultura y la industria son las principales actividades a las que estos niños, niñas y adolescentes entregan su fuerza Más de 750 mil realizan labores domésticas que, pagadas o no, les ocupan mas de 15 horas a la semana; 200 mil laboran en la minería, uno de los sectores en dónde más duramente se les explota; 200 mil están implicados en el cultivo de plantas ilícitas y más de 195 mil participan en el sector industrial
Además, de acuerdo con el Dene, unos 190 mil niños son vendedores ambulantes Muchos tratan de combinar la escuela con el trabajo en la calle, pero acaban abandonando los estudios, por cansancio físico o mental
Explotación sexual
Igualmente preocupantes son las cifras sobre explotación sexual El 70 por ciento de las denuncias por abuso sexual tienen como víctima a una niña o un niño, y se calcula que unos 30 mil menores de edad están ligados, de una forma u otra, al mercado sexual
Además, y de acuerdo con la Defensoría del Pueblo, 25 mil niñas y niños en edades inferiores a los 18 años que trabajan en labores domésticas han sufrido abusos sexuales de parte de sus empleadores
Aproximadamente 50 por ciento de los niños trabajadores en edades comprendidas entre los 12 y los 13 años no recibe ningún salario, aunque se les suele compensar de alguna u otra forma
Los que tienen un sueldo reciben entre 25 y 80 por ciento del salario mínimo establecido, finaliza el boletín de Visión Mundial de México, organismo que forma parte de la Confraternidad Internacional de World Vision, organización fundada en 1950 y que actualmente tiene presencia en más de 96 países