Alemania derrota 4-2 a Costa Rica, al inaugurarse el Mundial

sábado, 10 de junio de 2006 · 01:00
* El tico Wanchope, autor de los dos goles, trastocó los ánimos Munich, 9 de junio (apro) - Alemania ganó, metió cuatro goles, suma tres puntos, pero en su contabilidad seguro no estaba recibir dos tantos Algo atemperó los ánimos esta tarde-noche germana ¿Quién les explica qué pasó? Estadio lleno, inauguración y, a los seis minutos, un tal Philipp Lahm, el más bajito de la cancha, estilo latino, se hizo un espacio por la banda izquierda, volteó a la portería y anotó un golazo El balón se anguló lo más que pudo, pegó en el poste y entró Corrió como loco hacia el banquillo Lo recibió el jefe, el ausente Michael Ballack, quien lo abrazó como pudo Cuando Lahm despertó tenía recargada la cabeza a la altura de su corazón Entonces se habló de goleada Apenas seis minutos de juego y ya en desventaja Demasiado para una selección de Costa Rica que exhibía sus carencias y que parecía demasiado asustada para sobreponerse Pero ocurrió que un desgarbado moreno, Paulo Wanchope, con las piernas más largas de los alrededores, tan alto como sus marcadores, les ganó las espaldas, se acomodó de cara al imbatible Jeans Lehmans, corrió y corrió con el balón, medio se trompicó, pero alcanzó a pegarle, con calma, como si fuera cosa de todos los días aventajar en la marca a los teutones, e hizo el gol Y trastocó los ánimos De goleada cantada a empate inesperado Apenas iban 12 minutos de juego Acostumbrado a los peores escenarios, el acercamiento tico fue cosa de un mal momento Sin apurarse, al minuto 17, Miroslav Klose, el más goleador de los alemanes, sólo atrás del legendario Gerard Muller, empujó un balón que nadie falla, y puso el 2-1 con el que los jugadores se fueron al descanso en un partido de emociones fugaces Fiel a su estilo, Alemania quiso terminar pronto el trámite Al minuto 61, de nuevo Klose anotaba Había fallado en el remate de cabeza, pero en el rebote del portero Porras, fiel a su estilo y su suerte, la tocó con la puerta abierta De nuevo se empezó a murmurar la goleada, pero de nuevo ese Wanchope les ganó la espalda a sus marcadores, se apostó en la cara de Lehmann y, como si fuera brasileño, tocó a su izquierda Sin exageraciones, festejó Pero entonces con uno de esos tiros de larga distancia patentados en Alemania, el mediocampista, cara de vikingo, Torsten Frings apagó cualquier indicio de rebelión y puso el 4-2 Ballack, más extrovertido que Klinsmann, desde el banquillo, movió los brazos como diciendo este asunto al fin está liquidado Tenía razón, era el minuto 87 La FIFA cometería la primera injusticia del Mundial Designó a Klose el mejor jugador del partido Wanchope ni se inmutó La mayoría de sus compañeros presumía la playera alemana El fue a buscar a Lehmann No fue un saludo cualquiera Le buscó los ojos y le estiró la mano, nada más El arquero, rostro serio, hizo lo mismo Wanchope se dio la vuelta portando la roja Sabe que lo van a soñar

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