Arquelino en Huatulco

lunes, 4 de diciembre de 2006 · 01:00
México, D F, 4 de diciembre (apro)- El teatro, arte en crisis permanente, siempre busca los espacios más inesperados para seguir manifestándose, a veces ante públicos asombrados que pocas ocasiones tienen la oportunidad de presenciarlo Tal es el caso del Festival Internacional Huatulco Música del Mar, que en sus más recientes ediciones ha ofrecido el escenario del singular Teatro del Mar, espacio al aire libre ubicado en la Bahía de Santa Cruz, donde el arte teatral una vez más ha celebrado su ritual escénico En esta ocasión, la Compagnia Italia fue la encargada de inaugurar las actividades de este joven festival multiartístico con la puesta en escena de Arlequino, servidor de dos patrones, escrita por Carlo Goldoni en el siglo XVIII, y dirigida por Adalberto Rosseti, como parte de las celebraciones que, con motivo de sus 10 años de presencia en México, realiza este grupo artístico Arlequino, servidor de dos patrones es considerada la primera obra profesional escrita con una estructura dramática dentro del género de la Commedia dell'arte Adalberto Rosseti, conocedor del teatro de su país, ha realizado una versión que tiene como propósito llegar a los rincones más apartados del país, ya que se trata de un montaje sustentado fundamentalmente en el trabajo del actor, con vestuario de época y una escenografía basado en telones móviles, que de ninguna manera demeritan la calidad de la puesta En Huatulco su principal telón de fondo fue el sonido de las olas que rompen atrás del sui géneris escenario del Teatro del Mar y que le dieron un toque particular a esta divertida comedia de enredos que en principio divierte al público, pero que también contiene fuertes elementos de crítica social en torno a conceptos como el amor, el estatus social y el poder del dinero El juego rápido y vivaz del diálogo es una de las principales características de este texto creado por uno de los autores básicos del teatro italiano, y que en la propuesta de Rosseti forma parte de un concepto que tiene su origen en 1996, año en que, sin que fuera un plan preconcebido, Rosseti decidió permanecer en México y mantener una compañía que difundiera el teatro de su país en español con actores mexicanos Arlequino es una de esas obras que se vuelven clásicas porque gustan a prácticamente cualquier público y en cualquier época, lejana del academicismo, en un tono satírico y con personajes caricaturescos, surgida por otra parte en una época donde predominaba la improvisación y la falta de estructura en las historias y argumentos, circunstancias con las que rompe la obra de Goldoni para volverse un parteaguas en la historia del teatro Mención especial merece el trabajo actoral de Carlos Camarillo en la interpretación de Arlequino, personaje vivaz, astuto, bribón, enamorado, pero siempre dispuesto a la cordialidad, a la generosidad que, sin buscarlo explícitamente, son actitudes que le brindan la posibilidad de sobrevivir en un mundo que no le es muy favorable a su clase social y que lo llevan a crear una serie de engaños, que cada vez lo enredan más, pero al mismo tiempo dan sentido e intensidad a su existencia Finalmente, llama la atención que dos talentos extranjeros, el de Michael Meissner, director artístico del Festival Internacional Música del Mar, y el del propio Rosseti, uno alemán y otro italiano, sean los que busquen nuevos caminos para difundir el arte entre públicos más amplios y diferentes, en lugares donde quizá otros no se atreverían y que nuestras autoridades culturales suelen desdeñar

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