ATUENDO: Al maestro, con cariño

martes, 18 de mayo de 2004 · 01:00
* "Finis coronat opus" (El fin corona la obra): voz latina México, D F, 17 de mayo (apro)- Carlos Reynoso Arriagada, quien llegó de la mano de Guillermo Cañedo de la Bárcena al futbol mexicano, eligió la peor manera de regresar a la Primera División Por supuesto que no faltarán adoradores de su trayectoria deportiva (como Emilio Azcárraga Jean, de quien fue su ídolo), ni tramposos (como Carlos Ahumada) que lo quieran llevar a sus filas, pero no hay duda que el descenso del San Luis va directo al escaso crédito que tenía como entrenador En todos sus equipos, Carlos Reynoso exigió a los jugadores que lo llamaran "maestro" Y desde su llegada a México ha profesado amor por el América y un singular odio por las Chivas, al grado de decir que "nuca dirigiría" al Rebaño Sagrado Sus deseos se cumplieron: el 15 de mayo, día del maestro, la vida le correspondió con el descenso del San Luis, que es como ponerle el último clavo a su ataúd como entrenador Pero, además, con un ingrediente adicional, que debió hacerlo más doloroso: no perdió ante cualquier equipo, sino que su odiado rival, el Guadalajara, fue quien lo envió a la categoría inferior Y lo echaron por goleada, de manera vergonzosa, para provocarle una de sus peores humillaciones como técnico Aparte, la derrota le cuesta al equipo de Emilio Azcárraga Jean una pérdida cercana a los diez millones de dólares por la franquicia que ya no tienen en Primera División Sumen más: la afición de San Luis Potosí debe estar muy molesta porque ni Carlos Reynoso ni Wilson Graneolatti mostraron la categoría ni la capacidad que se requería para sacar al equipo del problema Reynoso dirigió ocho partidos al San Luis, ganó uno, empató tres y perdió cuatro, para un miserable porcentaje de 3125 por ciento Antes del San Luis, Carlos Reynoso se había enredado en una extraña relación con el "Señor de los Sobornos", Carlos Ahumada Kurtz, quien lo llevó a León para ascender al equipo y nunca lograron el objetivo Inclusive, en la liguilla se mostró la forma tramposa en que querían alcanzar el ascenso: al Tabasco le pusieron cámaras y micrófonos en el vestidor, para escuchar las instrucciones del entrenador Antonio Carlos Santos, y al Correcaminos le fue peor porque a sus jugadores les rociaron gas lacrimógeno en las habitaciones del hotel donde se concentraban, además de hacerles ruido toda la noche en las afueras del inmueble, lo que les impidió dormir correctamente La cereza del pastel la pusieron los dos Carlos (Ahumada y Reynoso) cuando tomaron el estadio "Sergio León Chávez" con un comando, para tratar de impedir la realización del partido final contra los freseros La porra "Los hijos de la Mermelada" arriesgó la vida al meterse al estadio para echar a los invasores De todo esto, por supuesto, la Federación Mexicana de Futbol supo pero nunca actuó para impedir el atropello Hoy Carlos Reynoso se lleva a cuestas la peor cruz de un entrenador: el descenso de un equipo, pero no un equipo cualquiera, sino uno de su "patroncito" Emilio Azcárraga Jean, quien seguramente se la pensaría dos veces antes de dejar que le dirigiera al Necaxa o al América El descenso del San Luis fue el corolario para la carrera de entrenador de Carlos Reynoso, quien fue de lo sublime a lo grotesco

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