"Bridway. Los años dorados"

viernes, 14 de diciembre de 2001 · 01:00
México, D F (apro)- Si alguna vez la máxima frivolidad y la sofisticada cultura de elite se compaginaron de forma perfecta fue con Jerome Robbins Conocido ?y temido-- en el ambiente dancístico por su capacidad para destacar en el "show business" como uno de los más grandes coreógrafos que ha habido en la historia de la danza, Robbins supo como nadie alternar su vida dentro de la comedia musical, mientras al mismo tiempo se convertía en el brazo derecho del notable George Balanchine, director y fundador del New York City Ballet Así lo señala el libro "Broadway, los años dorados", publicado apenas hace unos días en los Estados Unidos, por Emmet Long Pero según el escritor, el mérito del trabajo de Robbins no sólo fue el haber sido coreógrafo de algunas de las mejores producciones que se han realizado para los teatros neoyorquinos, sino además haber sido también director "No fue el primer coreógrafo en duplicar su capacidad, pero sí fue el primero en hacerlo tan memorablemente bien, al grado de que quienes le siguieron, aspiraron a tener el mismo grado de control creativo, y en algunos casos lo lograron" "On the Town", "Peter Pan", "West Side Story", "Gypsy", "Fiddler on the Roof", "Miss Liberty" y "The King and I", entre otras, son tan sólo algunos de los musicales donde él participó con su toque maestro Esa es una de las razones por las cuales Emmets le dedicó tres de los capítulos de su libro ?cerca de 82 páginas--, señalándolo como el "responsable de llevar las sencillas comedias musicales hacia algo que se aproximaba hacia una obra total de arte" Para él, Robbins trataba de mantener el control total de sus obras, relacionándolas siempre con su mundo paralelo de coreógrafo de ballet Así como era capaz de un estilo de danza vertiginoso y moderno, Robbins lograba la sensatez, virtuosismo y formalidad que el ballet le requería Para ambos estilos exigía siempre la máxima entrega y el mayor de los compromisos profesionales Emmet destaca en su libro las cualidades de síntesis de Robbins: "En `West Side Story´, Robbins hace que se diluya la línea entre danza y acción dramática, a tal grado que es difícil saber dónde termina una y comienza la otra De hecho, su trabajo al lado de colaboradores de la talla de Leonard Bernstein, Arthur Laurents y Stephen Sondheim lo llevaron a mantener un nunca comparable nivel artístico e interpretativo de quienes colaboraban con él De origen neoyorquino y con una formación ecléctica, Robbins lo mismo estudió ballet, danza española, moderna y oriental, que piano, violín y actuación Su talento le valió dos premios Oscar, ambos por su trabajo como director y coreógrafo en "West Side Story"

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