CENTENARIO DEL POETA CUBANO NICOLAS GUILLEN

lunes, 15 de julio de 2002 · 01:00
México, D F (apro)- Como periodista conocí a Nicolás Guillén a la salida de la Pinacoteca Virreinal de San Diego, donde entre las bancas y a empujones logré llegar al pasillo central cuando el poeta cubano salía enmedio de la muchedumbre que había ido a escuchar sus poemas, algunos de ellos célebres desde hacía muchos años Las brevísimas palabras que le alcancé a arrancar enmedio del ruido, eran para "Excélsior", y debió ocurrir por 1975 No pude entrevistarlo a fondo porque al salir a la calle de Luis Moya lo esperaba un Mercedes Benz negro de su embajada, que lo arrebató súbitamente de la multitud Pero a finales de los sesenta, si mal no recuerdo, fue Guillén a dar un recital al auditorio "Justo Sierra" de Filosofía y Letras, en la Ciudad Universitaria, que ya por entonces comenzaban los estudiantes a llamar "Che Guevara" De eso me enteré antes que nadie porque un amigo de la adolescencia, con quien compartía mi gusto por la obra de Guillén, me llamó una mañana para decirme que en avenida Juárez, enfrente del edificio de Petróleos, "acabo de ver a un negro boleándose los zapatos, y me pareció que era Nicolás Guillén" Era él, en efecto, cuando empecé a indagar si el poeta estaba en México En el Instituto México-Cubano José Martí --no el que luego construyeron justo a un lado de la Pinacoteca Virreinal, sino el que estaba en la Zona Rosa-- me informaron que daría un recital ahí un par de días después, pero que al siguiente, de manera sorpresiva, se acababa de acordar otro en la UNAM * * * Al triunfo de la Revolución Cubana ya se conocían poemas de Guillén, algunos llevados a la música y cantados por "Bola de Nieve", como "Vito Manuel, tú no sabe inglé": "Con tanto inglé que tú sabía, Vito Manuel, con tanto inglé no sabe ahora decir yé La americana te buca y tú le tiene que huir, Tu inglé es de stráik uan, de stráik uan y uan tu tri" Pero claro, con el espaldarazo de México a Cuba en la reunión de la OEA de Punta del Este, Uruguay, los libros de Lozada (Argentina) con su obra llegaron con fluidez; la cosa cambió en el sexenio anticomunista de Gustavo Díaz Ordaz, cuando un disco de Guillén recitando sus poemas pudo traerlo de contrabando un maestro de preparatoria Era un long play de 33 revoluciones que nunca más volví a ver, pero donde escuchábamos la voz sensual del poeta recitando "a la cubana" sus versos musicales con enorme ritmo Eran los poemas clásicos, tomados desde el libro inicial "Motivos de son" (1930), pasando por "Sóngoro Cosongo" (1931), "El son entero" (1947) y "La paloma de vuelo popular" (1958) Poemas como "Llegada", "La palma", "Acana", "Soldado aprende a tirar" (de la serie de "Cantos para soldados y sones para turistas", de 1937), "Mulata", "Un largo lagarto verde", fragmentos de "West Indies Ltd", "Yambambó Yambambé" Y aquello de (escribo de memoria) "Yoruba soy, soy lucumí, y como soy un yoruba de Cuba quiero que hasta Cuba suba el canto yoruba que sale de mí Yoruba soy, cantando voy, llorando estoy Y como soy un yoruba, soy congo, mandinga, carabalí Atiendan señores mi son, que dice así: Adivinanza de la esperanza: Lo mío es tuyo, lo tuyo es mío, nuestras dos sangres formando un río" Toda la poesía social de Guillén que había arrancado con "Llegada": "Aquí estamos, la palabra nos fluye ávida de los bosques y un sol enérgico nos amanece entre las venas" Y que anunció desde el principio su solidaridad con el pueblo explotado, como en su "Arte poética": "Conozco la azul laguna y el cielo doblado en ella Y el resplandor de la luna, Y la estrella () ¿Y el látigo que pega y mata? ¿y el largo encierro? Duro mar y olas de hierro, no luna y plata" Y que lo llevaba al conflicto racial personal, como en la "Balada de los dos abuelos" ("¿Seré acaso Guillén Congá o Congué? Qué enigma entre las aguas"), y que resolvía idealmente la negritud en el mestizaje, como en estos versos inolvidables, referidos a Cuba: "Y esta mujer angelical de ojos septentrionales, que palpita al ritmo de su sangre europea, no sabe que en el fondo de roncos atabales una lágrima viva un tambor golpea" Pero que llegaba ya a la plena negritud con la denuncia de la humillación racista: "La pobre doña María, su hijo el de la piel manchada a sueldo en la policía, y ella que no sabe nada" Lo había escrito en "Motivos del son": "¿Por qué te pone tan bravo cuando te dicen negro bembón? Si tiene la boca santa, Negro bembón Caridad te mantiene, te da to" * * * Hacia el inicio de los setenta, la UNAM publicó en México la "Antología mayor" de Guillén, que ya traía los poemas posteriores a la revolución, como los del libro "Tengo", que Pablo Milanés musicalizó: "Tengo, vamos a ver, que nadie me puede detener a la entrada de un hotel, y decirme que no hay pieza, una mínima pieza donde yo pueda descansar" Pero cuando el recital del poeta cubano en CU, nadie conocía el soneto al "Che", y eso Guillén no podía saberlo Cuando concluyó el recital (no cabía un alma más en el auditorio), alguien al oído se lo dijo, y con él concluyó aquella noche Vale la pena, en la conmemoración de los cien años de su nacimiento, rescribir el soneto de Guillén al "Che" Guevara: Como si San Martín la mano pura a Martí familiar tendido hubiera, como si el Plata vegetal viniera con el Cauto a juntar agua y ternura, así Guevara, el gaucho de voz dura, brindó a Fidel su sangre guerrillera, y su ancha mano fue más compañera cuando fue nuestra noche más oscura Huyó la muerte De su sombra impura, del puñal, del veneno, de la fiera, sólo el recuerdo bárbaro perdura Hecha de dos un alma brilla entera, como si San Martín la mano pura a Martí familiar tendido hubiera Porque Guillén era un gran rimador Y además de un gran poeta social, un delicado poeta del amor En estos versos de "Glosa" se conjugan la métrica, la rima, y el alma del artista sentimental: Como la espuma sutil con que el mar muere desecho, cuando roto el verde pecho se desangran en el cantil, no servido sí servil sirvo a tu orgullo nomás Y aunque la muerte me das, ya me ganes o me pierdas, sin saber que me recuerdas no sé si me olvidarás

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