José Villalobos evoca la ciudad prehispánica en su nuevo mural México, D F (apro)- La evocación de la antigua ciudad de tezontle que quedó sepultada bajo inmuebles coloniales y ahora una urbe moderna, motivó al pintor José Villalobos para crear su mural “Lugar de Rojo Tezontle” La obra, de aproximadamente 450 X 900 centímetros, está colocada al final del lobby del nuevo hotel Sheraton Centro Histórico, ubicado frente a la Alameda Central y la Plaza de la Solidaridad, en la Ciudad de México El monumental hotel se erige en los terrenos del que fuera el hotel Del Prado, que sucumbió tras los terremotos de 1985 Y podría decirse que, simbólicamente, la obra de Villalobos (Ixtepec, Oaxaca, 1950) ocupa el lugar del polémico mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”, pintado a finales de los años 40 por Diego Rivera en el comedor de ese hotel La idea entusiasma también al pintor que de frente a su obra aún inconclusa narra en entrevista con esta agencia, que aprovechando su presencia en esta ciudad caminó extensamente por las calles del centro y visitó los murales de Rivera en el Palacio Nacional y la Secretaría de Educación Pública, y desde luego el “Sueño de una tarde…” “Es un gozo ver los frescos, tienen un colorido que no se ha perdido, y hay un gusto por la técnica tan bien lograda Es cierto que entonces había un nivel de politización, pero no quiere decir que ahora los artistas no seamos políticos Mi pintura es abstracta, mi fuente es el paisaje, pero no significa que no ostente una posición”, explica Tras aclarar enfático que “por supuesto” su posición es de izquierda, expresa su preocupación por la apertura a los productos agropecuarios mediante el Tratado de Libre Comercio “pero ese es otro rollo” Recuerda que conoció el hotel Del Prado y vio ahí el mural de Rivera Su recuerdo era “sumamente atractivo” y por ello aceptó la invitación del despacho de arquitectos de los hermanos Pascal que diseñaron el edificio del Sheraton, como sus interiores Según información del área de Relaciones Públicas del hotel, los arquitectos conocieron la obra de Villalobos mediante catálogos; además les convencieron los comentarios que sobre el pintor escribió la crítica de arte Raquel Tibol en diversos medios La información reproduce un párrafo de un texto que Tibol publicó en la revista “Proceso” en agosto de 1998: La intensa labor pictórica desarrollada entre 1997 y 1998 le dieron a Villalobos la certeza de que ni su estilo ni su técnica lo ponían en riesgo de acercarse a lo que había evitado sistemáticamente: un arqueologismo localista y pintoresco Las ideas generadas durante sus andanzas y peregrinaciones se concretaron en una familia de signos y texturas y colores de valor simbólico impreciso: triángulos, cuadrados, parábolas, retículas, puntas de flechas, planos ondulantes, líneas dinámicas como caudas de cometas, atmósferas humeantes o acuosas, soleadas o lunares Villalobos explica que Rivera hizo su “Sueño en la Alameda” mientras él quiso hacer una evocación de la ciudad indígena: “Lo primero que me vino a la mente fueron las crónicas de Bernal Díaz del Castillo que describe a la ciudad como roja, porque estaba el rojo cinabrio y el tezontle” Describe su obra como un puente en el que retoma elementos geométricos, no bien definidos, que ha venido utilizando desde hace ya una década en su trabajo Le impacta saber que apenas se están descubriendo, con las últimas exploraciones arqueológicas, los límites de la antigua ciudad precolombina y le intriga saber cómo era “No pensé en la ciudad colonial, sólo en la indígena y en esta visión de rojez Debe haber sido impresionante y esa ciudad roja está enterrada ahí y por eso el mural se titula ‘Lugar de Rojo Tezontle’” Y como si estuviese dentro de un caleidoscopio la obra se multiplica en las paredes de cristal del lobby, llenando de azul lo alto del gran salón, formando parte de ese paisaje urbano que motiva las obras de Villalobos, y se suma también a los trabajos de recuperación del Centro Histórico