El Centro Wifredo Lam y el centenario del artista cubano

viernes, 20 de diciembre de 2002 · 01:00
La Habana, (apro) - Para celebrar el centenario del nacimiento del pintor Wifredo Lam, el centro que lleva su nombre --una hermosa casona remodelada en plena Habana Vieja-- se apresuraba a vestirse de lujo Cuando el reportero de esta agencia llegó para entrevistarse con su directora, Hilda María Rodríguez Enríquez, encontró al personal entero (53 trabajadores) pintando y resanando muros, fregando pisos, limpiando vidrios, arreglando desperfectos y todo lo que pudiera arreglarse Así, el Centro estaría listo para que el comandante Fidel Castro presidiera el acto donde especialistas de la obra de Lam en todo el mundo (significativamente el francés Alain Jouffrog, el último de los surealistas) comenzaran los actos oficiales el 8 de diciembre, aun cuando desde el 18 de julio el Museo Nacional de Bellas Artes, y hasta el 15 de septiembre, le dedicara una exposición del artista, “Mito y convivencia” Entonces la directora del espléndido museo, Moraima Clavijo Colom, entregaba a “Apro” el catálogo con la reproducción de las 25 obras del pintor mestizo (una de sus vertientes, china), con textos de presentación de Rafael Acosta de Arriba (“Lam, el brujo y su caldero”) y el estudioso Roberto Cobas Amate (“Wifredo Lam: pintor del arraigo y del vuelo”), más una cronología, una bibliografía, y un epígrafe de Aimé Césaire, el escritor haitiano que acuñó el término “negritud”: “Wifredo Lam fija sobre la tela la ceremonia por la que todo existe: la ceremonia de la unión física del hombre y del mundo “Uniendo deliberadamente la inteligencia y la técnica en una aventura fabulosa única, que pone al desnudo, como por sacudidas sísmicas, las capas más remotas de la corteza cerebral, Wifredo Lam celebra la transformación del mundo el mito y convivencia” Está ahí, pues, el nombre de la muestra, y a continuación las palabras del curador, Cobas Amate: “Pintura esperanto es la de Lam, porque su arte se nutre de la esencia misma del saber humano” Ese 8 de diciembre se abrió la muestra de Lam “De lo circunscrito y lo eterno”, curada por el subdirector del Centro, José Manuel Noceda “Fundado en 1983 por el decreto 113 como homenaje a Lam para investigar y promocionar su obra”, dice de entrada la historiadora del arte Hilda Rodríguez a manera de presentación del Centro Wifredo Lam, donde el olor a thinner se empieza a mezclar con el de los panes de jamón, queso y chorizo que esperan el almuerzo que los mismos trabajadores preparan para darse un respiro el mediodía en vísperas del centenario Licenciada en historia del arte y pintora de la Academia de San Fernando, miembro de la Unión de Escritores y Artistas Cubanos (UNEAC), señala que desde 1984 el Centro organiza la Bienal de La Habana (su colección cuenta con más de mil obras), y actualmente, además de sitio para albergar obra del pintor y espacio de exposiciones temporales, es un centro de documentación que se nutre de catálogos de artistas contemporáneos de todo el continente Para el centenario, informa Rodríguez Enríquez, además de la cancelación de sellos postales con la obra del pintor, La Gaceta de La Habana dedicará un número especial a Lam, y habrá una subasta en el Club Habana, además de otras exposiciones en la ciudad y una de ellas en el pueblo natal del artista, Sagua La Grande También, proyección de documentales como “Wilfredo Lam”, del reconocido cineasta argentino Humberto Solás, y “Salón de mayo”, de Bernabé Hernández Luego de hacer un breve esbozo de la biografía de Lam, Hilda Rodríguez, además de señalarlo como un exponente del surrealismo y un “maestro de la contemporaneidad”, valora los actos de la conmemoración: “Es un centenario modesto, pero que no lo aminora Para el Centro es un privilegio, y nos permite cumplir con los objetivos del centro: hacer una investigación profunda y sistemática de lo escrito sobre su obra” Explica que de esa manera el Centro contribuye también a contribuir a otros centenarios importantes que se celebran este año: los del también pintor Marcelo Pogolotti (“que introdujo a Cuba el modernismo”), así como de la poetisa Dulce María Loynáz y del poeta Nacional de Cuba, Nicolás Guillén Antigua casa de los condes Peñalbert, construida en el siglo XVIII, luego de haber sido escuela, banco, imprenta, hotel, se restauró de tal manera que recibió un reconocimiento por su conservación y restauración Eso es lo que está sucediendo con muchos de los inmuebles de La Habana Vieja, que durante 40 años no recibieron atención alguna Pero hoy el historiador de la ciudad, Eusebio Leal, parece haber encontrado la fórmula, y de los 900 edificios coloniales del casco histórico, ha reparado en unos pocos años 200, entre ellos el Centro Lam La espléndida Habana Vieja, detenida en la nostalgia de los años cincuenta como una postal de la época del dictador Fulgencio Batista, ya no representa el final de la famosa cinta “Fresa y chocolate”, donde el célebre actor cubano Jorge Perogurría se lamentaba del abandono; incluso la estancia interior del departamento donde se filmaron muchas de sus escenas son ahora un restorán A la salida del lugar, en la tienda donde se ofrecen litografías del artista, libros y catálogos, e incluso camisetas, pósters y hasta monederitos de cuero con su firma --como en los más modernos museos del mundo--, la jovencita que atiende para al reportero: “Usted no se puede ir sin almorzar con nosotros” Dos bollos recién horneados, embutidos y un vaso de agua fresca, son la convivencia con Wifredo Lam

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