Gloria Trevi: el último misterio (Parte II)

viernes, 20 de diciembre de 2002 · 01:00
Asistí a tres presentaciones de Trevi, la vi en dos ocasiones y escribí en 1993 una crónica que retrabajé para un libro Me pareció entonces un personaje vital, desenfadado, enérgico, casi un vocero de la generación de muchachas que ya no admitían el dominio masculino, casi una feminista al pie de la letra Pese a tal "rebeldía", la televisión privada la buscaba y los shows desbordaban niños y padres de familia Vi sólo una parte del show Describí un espectáculo festivo y no advertí lo que —no exagero en mi autocrítica— nadie advirtió entonces: lo profundamente antifeminista de la conducta de Trevi, su rendición al patriarcado más deplorable Pero eso se mostró después, en 1998 y 1999, entre denuncias y demandas Mientras, Trevi persuadía con su entusiasmo, tal vez el lado más engañoso de su personalidad Ante las evidencias, quedan pocas dudas: no hay tal entusiasmo ni podría haberlo en alguien que a tal punto ha cedido su autonomía
En las presentaciones de Trevi, me llamó la atención el altísimo número de niñas y jovencitas Lo atribuí entonces y aún lo sostengo (mi autocrítica se centra en lo que no advertí), a la precocidad tecnológica de las nuevas generaciones que lo mismo son "magos de la computadora" que a los 14 o 15 años de edad conductores de programas Una niñez y una adolescencia que no se sueñan ante las cámaras, parecen de otra época Y mi intuición, por lo demás muy obvia, se robusteció al enterarme del copiosísimo número de niñas inscritas en un concurso de Televisa para hallar a la sucesora de Glora Trevi La respuesta tumultosa a la convocatoria notificaba, y puntualmente, de esa "revolución cultural" inadvertida, que le ha permitido a una generación ya casi emergente (no a toda, no a un sector minoritario) desplegar ante sí mismos sus potencialidades de talento, voz y —la cúspide— carisma Tal vez la indiferencia de los púberes hacia la política tenga que ver con la ausencia en los políticos y los candidatos de lo que los chavos califican de carisma: Los políticos no cantan, no bailan, no animan al auditorio, no buscan los puntos de contacto, no se prenden al micrófono ni estimulan el sentido del humor y las ganas de admirar, son pretelegénicos en una palabra que es condenación y bostezo Las decenas de miles de púberes que querían ser como Gloria Trevi son un componente esencial de este drama El increíble abuso de Andrade, según se documenta, y la complicidad activa de las mujeres de su grupo, se hace posible por el candor de las jovencitas, ávidas de instalarse en la realidad donde se les reconozca entre alaridos, firmen contratos multimillonarios, jamás anden solas, conceden autógrafos como acariciando para siempre al peticionario, se pasen el día entero en los estudios, viajen a lugares mágicos (Miami, Los Ángeles), sostengan romances fabularios con galanes surgidos de Bay Watchers, y muy especialmente, le den la espalda definitivamente a las compañeras y las vecinas que no creían en su talento En el "soñar con los ojos abiertos" de estos días, el triunfo en televisión y en presentaciones multitudinarias resulta la primera estación del deseo

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