El cine latinoamericano es "el más pobre, el más libre": Miguel Littin
El pasado 6 de enero, Jorge Castañeda, secretario de Relaciones Exteriores, entregó al cineasta chileno Miguel Littin la condecoración del Orden del Águila Azteca por sus aportaciones a México Esta es una entrevista al realizador y escritor que la corresponsal en España realizó en octubre de 2000, y que fue publicada en la edición 1252 de Proceso
Madrid- Miguel Littin, el director de cine chileno, amigo y asesor de Salvador Allende, inspirador de Gabriel García Márquez, confiesa que no le molesta ser conocido más por la obra del Premio Nobel de Literatura La aventura de Miguel Littin, clandestino en Chile
Aunque se defiende:
“En mi pueblo no han leído a Gabriel García Márquez y me conocen, así que no tengo ningún problema”, dice en entrevista el que es ahora alcalde y juez de su pueblo, Palmilla, con 11 mil habitantes socialistas
Littin ha llegado a esta ciudad a promocionar su novela El viajero de las cuatro estaciones (Seix Barral), basada en su abuelo el griego Kristos Kukumides y en las peripecias que le llevaron a Chile
Procedente de la dirección teatral, se inició en el cine profesional con la realización de El chacal de Nahueltoro (1969) Al año siguiente, bajo el gobierno de la Unidad Popular, fue nombrado presidente de Chile Films, la compañía nacional de producción
En ese período grabó dos películas, Compañero presidente (1971) y La tierra prometida (1972) Fue asesor de Salvador Allende en dos campañas electorales Dice, con su permanente mirada triste: “Amé a Allende como se ama a un padre”
Añade:
“Fue el mejor momento de nuestras vidas Lo viví con mucha plenitud, libertad y alegría Por supuesto, hubo dificultades, pero uno estaba con su voluntad para resolverlas La Unidad Popular significó un momento trascendente y fundamental en la vida de los chilenos”
Está sentado en el lobby del hotel Suecia, y se levanta para que un médico le inyecte algo contra el dolor Littin sufrió una caída de un caballo cuando filmaba Tierra de fuego en Galicia; el animal le cayó encima y le fracturó la pierna izquierda
Exiliado a consecuencia del golpe de estado de Pinochet, Littin rodó en el extranjero Actas de Marusia (1976), El recurso del método (1978) –basada en la novela de Alejo Carpentier–, La viuda de Montiel (1980) y Alsino y el cóndor
Fue en 1985 cuando regresó a Chile como protagonista de una odisea personal, porque desafió al régimen militar disfrazándose para filmar clandestinamente la crónica de la dictadura Acta General de Chile
Después llegaron Sandino, Los náufragos, Tres marineros y un ataúd verde, El duelo y la vuelta a Chile, aunque no encontró la sociedad que soñaba:
“No siempre a uno le gusta la sociedad en la que vive, por eso intenta cambiarla Nunca uno vive las realidades que uno soñó, esas hay que intentar construirlas”
Su última película la realizó el año pasado: Tierra de fuego, con Ornela Mutti y el cubano Jorge Perugorría:
“Filmamos en condiciones muy complejas y difíciles en la Patagonia y una pequeña parte en Galicia”
Littin está seguro de que los currícula son una “fotografía desenfocada” de lo que la gente realmente es:
“No es importante cuántas películas he realizado, lo importante es lo que ha visto la gente Ahora estoy escribiendo y preparando mi próxima película, con un personaje femenino muy poderoso e importante Quiero hacer una película desde la visión femenina y alejarme de lo que he hecho hasta ahora”
El director de cine se siente alentado porque ha habido un cambio en el ámbito cinematográfico latinoamericano:
“Se hacen más coproducciones; hay una integración mayor, producto de que hemos luchado durante 30 años para que se realice este cambio en la cinematografía de Hispanoamérica”
Comenta:
“Hay tres generaciones cinematográficas trabajando al mismo tiempo Lo cual me parece muy importante, y esperemos que en el futuro sea mejor todavía La cinematografía latinoamericana es la más pobre, pero la más libre”
En su análisis, el cine latinoamericano sigue siendo “cine de autor” que integra a todos los géneros:
“El fenómeno de la relación arte-industria es especial, porque las industrias son muy débiles, entonces, la presencia del autor es más fuerte”
Seguro de lo que hace, Littin afirma que los críticos no le interesan mucho, y los especialistas no le preocupan:
“Me interesan los espectadores, hago las cosas para los demás; para el que va cruzando la calle, para el pueblo La relación más democrática del arte es con la gente común”
Añade:
“Yo espero que en el espectador que ve mi película pueda participar modestamente en la creación o formación de una conciencia Es algo muy íntimo La naturaleza de la gente siempre está dispuesta a ser impactada por algo que ve; una película, una novela, pero no espero nada, sino producir una inquietud, un sentimiento Mi rol es contar historias, y espero que los demás las disfruten tanto como yo”
Littin reconoce que hay películas que le cambian la vida a una persona:
“Me ha ocurrido y me sigue pasando Es un fenómeno que se produce solo, como cuando uno camina y se encuentra con un bello atardecer, no es que uno lo busque, sucede y nada más”
El realizador reconoce que es inevitable hablar de Pinochet, porque es un dato de la realidad actual Y enfatiza de entrada:
“Pinochet ya está juzgado, el juicio fue universal, la condena fue unánime Lo que ocurra después no es muy relevante, el juicio ya fue emitido Ya sólo es un problema formal No creo que vaya a pasar mucho más”
Explica que Chile y el mundo tienen una idea de lo que significó el gobierno de Pinochet y las atrocidades que se cometieron:
“Es un juicio terminado Lo demás es parte burocrática de una justicia ya ejercida”
Sin embargo, lo que más le preocupa es la herencia del exdictador:
“La dictadura no está encarnada sólo en este anciano vacilante, sino en muchos otros con uniforme y sin él, que aún están en el poder y se mantienen en lugares clave Pinochet dejó como herencia de su dictadura un sistema económico, opresivo para los seres humanos Mientras ese sistema siga existiendo, nuestros grandes problemas no se van a resolver”
Por eso considera preocupante la situación de su país:
“La democracia hoy día está administrando el sistema jurídico, cultural, social y económico que implantó a sangre y fuego la dictadura La estructura económica sigue en pie, con tremendas desigualdades”
La literatura
La relación de Miguel Littin con la literatura es una simbiosis con el séptimo arte: ha publicado El bandido de los ojos transparentes y, ahora, El viajero de las cuatro estaciones
“Es una novela basada en todas mis experiencias de la infancia, en mi visión de lo que fue un gran personaje que marcó mi vida, que es Kristos Kukumides, mi abuelo Él vivió una gran odisea en el siglo pasado, se embarcó desde Grecia en un largo viaje que terminó en Chile La novela narra todas las peripecias, aventuras y desventuras de ese individuo”
Abunda:
“Es una epopeya Lo que traté de hacer es narrar desde el punto de vista de mi memoria, lo más fielmente posible todo lo que sentía alrededor de este personaje y las personas que le rodearon, y cómo se establecieron los lazos cotidianos con la vida Es un desafío permanente saber cómo se establecen nuestros propios códigos de relación con los demás Aunque no hubiese sido mi abuelo, de todos modos yo hubiese escrito su historia, no es por un lazo familiar, sino por una relación de afecto y admiración hacia una persona que amó mucho la libertad”
Para Littin el amor es indispensable en todos los rangos de la existencia humana:
“Sin afecto no hay nada Todo parte de una necesidad de querer y que a uno lo quieran Yo amé mucho a ese hombre y, sobre todo, las atmósferas de magia y de encantamiento que creaba alrededor de él”
En El bandido de los ojos transparentes, Littin reconoce plenamente la influencia de Juan Rulfo:
“La primera frase de mi libro tiene que ver con Pedro Páramo No quiero ocultar nada, el padre de la literatura latinoamericana es Juan Rulfo Él habla desde las entrañas mismas de la tierra, desde dentro de los seres humanos, de sus sueños y sus aspiraciones Habla desde el futuro y habla desde el pasado; desde la vida y desde la muerte o desde la naturaleza”
Ahora, escribe una nueva novela que presumiblemente titulará Los hombres tranquilos Una historia que cuenta la recuperación del amor perdido
(Proceso1252/ 30 de octubre de 2000)