CINE/ PERMANENCIA VOLUNTARIA: "Chicago"

jueves, 13 de marzo de 2003 · 01:00
* Más allá de toda frivolidad México, D F (apro)- Si usted es un detractor de los musicales, debería ser el primero en ver “Chicago” (EU, 2003), una mezcla de comedia musical y género negro, en donde Rob Marshall plantea una nueva forma de hacer musicales, como lo hiciera, aunque de diferente manera, la cinta de Lars Von Trier --que estelariza la cantante Bjork--, “Dancer in the dark” Con ritmo vertiginoso, a la manera de un video clip musical, “Chicago” cuenta la tragedia de Roxie Hart (René Zellweger), una linda chica de altos vuelos que desea ser bailarina, la cual mata a su amante al enterarse que sus promesas de llevarla al escenario eran falsas; el caballero sólo dijo lo que dijo para acostarse con ella Y Roxie… “nomás” dos tiros le dio Ya en la cárcel, Roxie debe hacerse de algunas mañas, y convencer al tonto de su esposo para que le dé dinero, y conseguir así a una superestrella de la abogacía, Billie Flynn (Richard Gere), un tipo rico y sin escrúpulos, con una enorme sabiduría en el manejo de medios, en otras palabras, sabe cómo manejar a una prensa ávida de escándalos tipo Gloria Trevi; además, nunca ha perdido un caso El director Rob Marshall --apoyado con un excelente guión, aterrador y apasionante y con personajes bien delineados-- no sólo se valió de las coreografías y sus recursos teatrales para contar la historia; “Chicago” también posee un lenguaje visual al estilo de los videos de MTV, en conjunto con el manejo del claroscuro, propio del “film noir” Lo que hace de la cinta una joya, tanto visual como narrativa Las internas, enmedio de las sombras, cuentan su historia en esa sucia prisión, a la vez que bailan sensualmente, como si hubieran disfrutado de sus respectivos homicidios, cobijadas bajo la luz de los reflectores --los cuadros musicales se mezclan con la realidad, como una especie de sueño esquizofrénico En “Chicago” no sólo se critica la irresponsabilidad de una prensa sensacionalista y un sistema judicial que puede ser engañado, sino también deja ver las oscuras pasiones que yacen en el alma de la bella Roxie Hart y sus compañeras de celda Las chicas mataron a sangre fría a sus respectivos esposos, y lo único que todas pueden decir, y hasta lo corean, es: “Se lo merecía, tú hubieras hecho lo mismo”; estas chicas son capaces de hacer todo con tal de conseguir lo que desean Es decir, son malas “de veras” El hambre de fama justifica cualquier acción Y para cerrar con broche de oro, la dirección de actores es impecable, y es que Rob Marshall supo transmitir la esencia de los personajes --todos podridos en su interior-- al dejar claro los objetivos de cada uno de ellos Sobresale la actuación de Catherine Zeta Jones, quien interpreta a Velma, una famosa bailarina, a la que Roxie admira, pero igualmente asesina, egoísta y perversa “Chicago” es una película digna de verse, no es de esos musicales frívolos que sólo entretienen; nos hace estremecer y reflexionar acerca de la bondad humana, más claramente la femenina, y la manipulación de los medios En “Chicago”, la buena onda no existe Esta es la tercera versión de “Chicago”; la primera apareció en el cine mudo en 1927, y la segunda, con poco éxito, en 1942

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