El peleador: el peso de la historia familiar

viernes, 13 de mayo de 2011 · 01:00

MÉXICO, D.F., 13 de mayo (apro).- La sombra de un hermano mayor, una madre posesiva y una situación económica precaria son los elementos que envuelven al aspirante a boxeador profesional Micky Ward (Mark Wahlberg), elementos que resultan, por momentos, una bendición, pero en general, una terrible carga que amenaza con destruir a nuestro protagonista.  

Basada en personajes de la vida real, El peleador (The Fighter, EU-2010), dirigida por David O. Russell, es una extraordinaria historia de éxito, que además de contar con un excelente guión, remata con grandes actuaciones, particularmente las de Christian Bale, quien interpreta a Dick, hermano de Micky, y de Melissa Leo, la madre de nuestro héroe. 

Micky, muchacho noble y con talento, ha tenido que sufrir los altibajos de su hermano y entrenador, Dick, quien se encuentra atrapado en el infierno del crack. Micky adora a su hermano -- en otros tiempos un peleador prometedor, quien llegó a vencer a Sugar Ray Leonard-- pero la actitud de Dick pone en peligro la carrera de su hermano, incluso su integridad física.  

Lo anterior, solapado por la madre de ambos, una mujer controladora y posesiva, que vive para adorar a Dick, mientras deja a Micky en segundo plano. 

Las cosas cambian cuando Micky conoce a Charlene (Amy Adams), una “bartender” con sueños universitarios rotos, quien animará a Micky a romper la relación destructiva que lleva con su familia (faltó mencionar que sus hermanas son como un grupo de hienas dispuestas a atacar en todo momento), sin embargo, la misma Charlene intenta superar sus frustraciones a través de Micky.  Así pues, nuestro héroe se encuentra dividido por sus afectos, y a punto de tirar su carrera de boxeador por el excusado.

El peleador es una cinta bastante discreta, no nos chantajea demasiado con la desesperada situación de Micky, ni tampoco nos emociona sobremanera de principio a fin.

Tampoco quiero decir que no pasa nada, al contrario pasan muchas cosas, las cuales se van acumulando como los golpes que da Micky al cuerpo de sus rivales para, en la parte final, ganarnos por un contundente e inesperado nocaut.

 

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