El show de Ana Guevara y el hipnotizador

viernes, 10 de junio de 2011 · 21:06
Alejada de las pistas tras una brillante carrera atlética y recientemente señalada por evasión al fisco, ahora Ana Gabriela Guevara pretende encandilar a empresarios, políticos y profesionistas para que compren el secreto del éxito: la hipnosis. Su preparador, “coach mental” y socio en esta competencia por el mercado de la motivación y la superación personal es un animador conocido como José Karlos. MÉXICO, D.F., 10 de junio (Proceso).- Ana Guevara, excampeona mundial de atletismo en 400 metros planos y medallista de plata en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, después de su efímera y malograda incursión en la política, apuesta ahora por la hipnosis y la regresión a vidas pasadas para alcanzar el éxito. Esta vez la exvelocista y exaspirante a jefa delegacional en Miguel Hidalgo se ha propuesto brindarle al público la oportunidad de la superación personal con un socio que dice poseer la fórmula para romper, en tan sólo 10 minutos, añejas fobias que obstaculizan el desarrollo humano. En su nuevo proyecto, denominado La carrera al éxito, Guevara ya no se somete al arduo trabajo que demanda el deporte de alto rendimiento ni recurre al entrenador con quien acarició la gloria deportiva, Raúl Barreda. Ahora la guía José Karlos, motivador, escritor y “coach mental” con 15 años de experiencia en la hipnosis, que algunos especialistas consideran una técnica cuestionada o, de plano, “demasiado desprestigiada”. En el currículum de José Karlos destacan actividades como mental training, consultor de hipnosis, regresión a vidas pasadas, sport training, terapia de pareja, capacitación familiar, talleres empresariales y “guía para vivir”. De acuerdo con su tríptico de presentación, José Karlos ha recibido galardones como la Estrella de Plata al mejor espectáculo de hipnosis y el Laurel de Oro a la Calidad, así como un reconocimiento de las Fuerzas Armadas Mexicanas por su aportación en los seminarios Tú eres la luz de México. En la actualidad, José Karlos es el coach mental del Corporativo Hermanos Vázquez e imparte el taller vivencial Rompe tus límites mentales y sé un vendedor perro. Esta empresa pertenece a la familia Vázquez Raña, de la cual dos hermanos –Olegario y Mario– son miembros permanentes del Comité Olímpico Mexicano e integrantes del órgano ejecutivo del Comité Olímpico Internacional. El preparador mental, quien se ufana de haberle allanado el camino del éxito al árbitro mexicano Armando Archundia durante el Mundial de Futbol de Alemania 2006, también es director de José Karlos Corporación y durante un tiempo colaboró en el convulsionado equipo Cruz Azul, que dirige Enrique Meza, así como en el Club Pachuca. En su folleto José Karlos afirma que ha impartido más de 5 mil consultas particulares para eliminar fobias e inseguridad, y que ha contribuido a cambiar la vida de sus pacientes en plazos muy cortos, en comparación con los sistemas tradicionales. Enfatiza que puede “dormir” a la gente para cuestiones específicas. En este campo incursiona ahora Ana Gabriela Guevara, quien habla con entusiasmo de la eficiencia de su socio y presume que él puede clavar agujas a sus pacientes sin ocasionar sangrado ni dolor: “Un ejercicio muy interesante es la hipnosis con agujas, en el afán de demostrar a la gente cuál es la capacidad de nuestra mente para transformar tu sentir y tu manera de actuar. Una de las partes más dolorosas y que a todos nos aterroriza es la anestesia del dentista, y en el momento que más trabaja con la fresa oyes ese ruidito que fastidia. Entonces llevas a la persona a la hipnosis y aplicas la orden: en la parte donde te voy a tocar no habrá dolor ni sangrado. Pones la aguja en la encía y picas y picas y picas la encía y después regresas a la persona; otra vez la despiertas y le preguntas: ¿Te duele alguna parte de tu cuerpo? Dirá ‘no’.” Según el material publicitario del proyecto La carrera al éxito, que Ana Guevara y José Karlos presentaron al público el pasado 12 de mayo en el teatro Aldama, del Distrito Federal, su método “revela sorprendentes claves” para alcanzar “el éxito profesional y personal”, así como la “salud, abundancia, fortaleza emocional, relaciones exitosas, ¡y mucho más!”. La estrategia comercial de la exatleta y el motivador está dirigida a estudiantes, universitarios, deportistas, así como a empresarios y corporativos, y se lleva a cabo básicamente en teatros y auditorios. Este proyecto se lanza a menos de un año de que la propia Guevara anunció su programa empresarial VOLAR (Vanguardia y Optimización para Líderes de Alto Rendimiento), enfocado en la motivación, asesoría estratégica, organización de actividades deportivas y de relaciones públicas. De éste no se supo nada más. Cuestión de mentalidad   Ana Gabriela, involucrada recientemente en un problema con la Secretaría de Hacienda por incumplimiento de sus obligaciones fiscales del ejercicio 2005, dice que en este proyecto “la dinámica que seguiremos será más la parte anecdótica llevada al objetivo y a lo profesional. “No estamos descubriendo el hilo negro; son cosas que existen y se pueden hacer. La hipnosis siempre tiene este misticismo (y la duda) de si será cierto o será palero. ¿Dará resultados o no? Por eso recurrimos a este ejercicio. Es muy interesante cuando estás ahí y puedes cambiar esa manera de pensar y que los chavos te digan cómo se sienten”, explica. “Tal vez suena extraño ver a Ana Guevara en teatro con una función que tiene meramente un lado motivacional –reflexiona–, pero queremos hacer una dinámica con toda la gente, hacerle ver que a lo largo de mi vida tuve momentos difíciles que, más allá de detenerme y truncarme, me dieron más fortaleza para seguir adelante. Finalmente logré cristalizar el sueño de ser la número uno del mundo y conquistar la presea olímpica.” Sin embargo, ella nunca había probado suerte en la hipnosis, que según recuerda estuvo prohibida durante mucho tiempo en el deporte, ya que en los años sesenta y setenta muchos hipnotizadores aplicaron sus técnicas, pero se dieron casos de atletas que entraban hipnotizados a competir: “Y es tanto el poder de la mente que puedes matar a una persona, en el caso de los deportes de combate. Imagínate: das la orden de que no hay dolor y de que en cada golpe no vas a sentir nada, pero todo lo que des es como un martillo”. La subcampeona olímpica de Beijing acepta que recurrió sobre todo a la visualización y a la meditación: “Fueron como mis dos llaves maestras de lo que hice”. –¿La hipnosis puede cambiar la mentalidad de un político, e incluso de un deportista, para que no le ocurra lo que a Javier Aguirre cuando garantizó que en el Mundial de Sudáfrica se iba a pasar “del México del sí se puede al México del ya se pudo”? –Por supuesto que se puede lograr. Es una situación primariamente de voluntad. Es un poco como el escenario del alcohólico: mientras no se reconozca, de nada sirve llevarlo a rehabilitación, porque no admite que lo necesita y que puede cambiar. Si esto se aceptase y todos fuéramos con esta apertura de recurrir a esos ejercicios, la sociedad funcionaría de diferente forma. Sí se puede hacer, y con cualquier persona. Explica: “La famosa porra para la selección, ‘sí se puede’, es la más mediocre que existe. Es decir, sí se puede, pero realmente no hay resultados tangibles. Son maletas, hay que reconocerlo: no pasan del quinto partido. Y no lo hacen por falta de aptitud”. –¿Y por qué normalmente no sucede eso con los políticos o con la gente que tiene a su cargo responsabilidades de poder y de dinero? –se le pregunta a José Karlos en la entrevista compartida con Guevara. –Porque estorba el egoísmo, querer recibir el honor, el manejo de todo. He trabajado con algunos políticos que se han sensibilizado y han hecho un buen trabajo. Con dos de ellos vimos los cambios de la gente en sus municipios, en sus estados. Pero ellos le apostaron a dejar a un lado al ego, realmente a servir a los demás y a decir: “No soy yo el importante, sino la gente”. Cuando empecemos a cambiar en nuestra percepción de cómo vivir la política, (esto) hará que los políticos se sensibilicen y digan: “Ya no tenemos a los mismos borreguitos o a los mismos esclavos”. Interviene Ana Gabriela: “La gente está muy reacia, ya no la convences con promesas. El político tiene que cambiar su manera de expresarse y de actuar. Tampoco se trata de decir que todo está mal. Hay quienes han realizado bien su trabajo, pero se tienen que sensibilizar, cumplir y no dejar (los problemas) a la deriva, porque finalmente se les eligió para servir, no para que se sirvan”. Mala fama   A José Karlos le interesa enfatizar en su tema: el poder de quitar una fobia en sólo 10 minutos, así sea una “que tiene años en tu vida, como no poder subirse a un avión, miedo a un animal o a cierto insecto, que en 10 minutos lo puedas acariciar. De ese tamaño es el poder, y se usa, como bien lo dice Ana Gabriela, en función de lo que requiere cada persona”. El coach mental precisa: “La ventaja es que si trabajamos con un atleta y se requiere eliminar información que trae dentro, que lo está sometiendo y no ha podido salir, se usará la hipnosis”. Como ejemplo, menciona su presentación hace un par de meses en el programa TV de noche, conducido por Jorge Muñiz, en el que “durmió” a una joven del público. “Quisimos ofrecer una muestra del poder que tiene la mente: puedes poner 150 kilos de peso sobre una persona en ese estado. ¿Cómo en un minuto haces que una persona logre eso? ¿Cómo es posible que esté rígida, que le pongas peso y que no lo sienta? Ah, es el poder de nuestra mente. Si sabemos cómo gobernarla, cómo edificar lo que queremos, eso va a pasar con tu vida.” Poco antes del Mundial de Alemania 2006, José Karlos trabajó en siete sesiones con el árbitro Armando Archundia: “Tuvimos que limpiar lo que estorbaba y se fijaron metas, como romper un récord, convertirse en el mejor árbitro de la Copa del Mundo y pitar la final. Antes de viajar, Armando lo dijo en una rueda de prensa: ‘Me siento muy contento de ser el mejor árbitro del Mundial’, anticipó lo que pasaría. Los reporteros le dijeron: ‘Estás loco. ¿Y ese charlatán que tienes a tu lado? ¿Cómo te atreves?’. “Se fue Armando a Alemania y empezó a trabajar. A ese Mundial también asistió Marco Antonio Rodríguez, quien fue invitado por Armando para participar con nosotros, y se negó: ‘No creo en eso’. Armando me compartió que allá tuvieron sesiones con un grupo de psicólogos: ‘José Karlos –me dijo–, mucho de lo que realizamos me lo están enseñando aquí y Marco no dice que se va a negar a hacerlo, sino que lo hace muy bien, porque no se lo está dando un mexicano, sino un extranjero’. (Era) malinchismo. “Después de todo, Armando Archundia rompió el récord de cinco partidos, fue calificado como el mejor árbitro del Mundial y le faltó pitar la final, pero dirigió el juego por el tercer lugar. Cuando Archundia regresó, los medios que lo calificaron de loco estaban sorprendidos, porque ya tenemos codificada esa mentalidad que, cuando alguien se atreve, cuando un grupo quiere destacar, lo primero que sale es lo que traemos arraigado: la negatividad, la envidia y el ‘no es posible’. “Cuando aprendamos a identificar esas limitantes y las modifiquemos, las cosas se irán dando. Somos energía y proyectamos energía. Cada palabra que sale de nuestra boca lleva una carga que irremediablemente traerá lo mismo. Es la ley de la causa y el efecto.” Tras el éxito de Archundia, José Karlos estaba listo para incorporarse a la Comisión de Arbitraje de la Federación Mexicana de Futbol, a petición de su titular, Arturo Yamasaki. En agosto de 2006 se realizó la convención de árbitros en Aguascalientes, donde el coach mental realizaba ejercicios con los participantes. Durante la sesión, con música de Juan Gabriel como fondo, algunos se pusieron a imitar animales con sus sonidos guturales, cuando Marco Antonio Rodríguez –quien además de árbitro es pastor cristiano y estaba presente sin participar– le arrebató el micrófono a José Karlos y lo cuestionó: “¿Tú crees en Dios? ¿Tú crees que Jesucristo es el hijo de Dios?”. Entonces lo llamó charlatán. “Algunos árbitros le pedían disculpas de rodillas a Marco Antonio porque me habían escuchado y dijeron que lo que yo hacía era demoniaco”, recuerda José Karlos. Así, aunque lo apoyaba el líder de los árbitros, el proyecto se frustró: “Yamasaki me dijo: ‘Deja que se bajen las aguas y retomamos el proyecto’. Pero ya no se retomó. Respeto muchísimo la posición de Marco (Antonio Rodríguez), pero esto sirve para mostrar que las creencias tienen a este mundo sometido. Como no estaba registrado en las escrituras sagradas de Marco lo que yo hacía, entonces ya era demoniaco. Fue un proyecto que se tenía en ese momento para crear una élite de silbantes mexicanos mundialistas.” Aclara Guevara: “No tocamos el tema. Si crees en Dios, en Jehová o en Buda, se respetan las creencias, porque no estamos proponiendo una ideología ni estamos erradicando la religión. Lo único que estamos haciendo es ponerte un software. Si crees en eso, ahora potencialízalo y aplícalo en tu vida, pero no estamos creando una nueva religión, porque luego se toma como este calificativo que le hicieron a José Karlos”. Al respecto, Arturo Arcos, licenciado en psicología por la Universidad del Valle de México y máster en administración con especialidad en comercialización y estrategias, expone que la hipnosis es una herramienta psicológica que “permite el acceso a información que los individuos, por algún motivo, tienen bloqueada o no recuerdan conscientemente”, pero aclara que no está científicamente comprobada plenamente, si bien es válida en la psicología. Según Arcos, con la hipnosis “pueden hacerse progresos. No obstante, su proceso es mucho más complejo que lo que podemos ver en los medios de comunicación, o con los supuestos magos o gurúes que consiguen que las personas hagan cosas que no desean. “La hipnosis como proceso terapéutico es mucho más profunda. El objetivo es explorar partes de la condición humana que no están disponibles conscientemente en ese momento. En este caso, lo que está pasando con el socio de Ana Guevara es una especie más de manipulación, y no tanto de hipnosis, ya que los objetivos que están tratando de cumplir son desde un nivel bastante superficial de lo que consideramos como hipnosis. No es un proceso profundo que vaya a servir como un fin terapéutico.” Añade que dicha técnica “no funciona de esa manera. De entrada no es una sugestión mágica de 10 minutos. Digamos que uno quiere alcanzar metas, como bajar de peso o dejar un mal hábito, y las personas creen normalmente que, yendo con un psicólogo o con un hipnotizador en 10 minutos de sesión serán suficientes para solucionar todos sus problemas, y ese no es el punto”. Además, el especialista indica que la hipnosis no es una solución eterna, sino que expira cuando funciona la implantación de nuevas ideas o la modificación de paradigmas; “después de eso el ser humano, por tendencia natural, regresa a sus hábitos. En este caso (el cambio mental) tiene que ser desde un nivel mucho más integral que la simple sugestión subconsciente. Sí es muy poderoso en este aspecto, pero no es lo único que va a influir para que las personas realicen cambios en su vida”. Para complicar más la situación, dice Arcos, “ni siquiera todos los psicólogos están calificados para realizar procesos de hipnosis, mucho menos una persona fuera de estas ciencias. Por desgracia, en México no existen sociedades ciento por ciento estructuradas que avalen los trabajos de los hipnotizadores. De hecho ni siquiera existe una sociedad que avale el trabajo de un psicólogo, cualquier persona puede poner un consultorio y empezar a dar terapias, así sea ingeniero, y en la ley no existe ninguna prohibición”. Advierte: “Si esto es dentro de la psicología, imagínese en el campo de la hipnosis. Las personas que hacemos el trabajo de la hipnosis no nos prestamos a este juego. No quisiera llamarle charlatanería, pero a fin de cuentas es un trabajo bastante cuestionable y desacreditado”.  

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