Alcanza caso Murdoch a Aznar

viernes, 15 de julio de 2011 · 18:18
MADRID (apro).- El expresidente español José María Aznar mantiene un silencio absoluto en relación con el escándalo que envuelve a su patrón y amigo, el magnate Rupert Murdoch, por las “escuchas” ilegales del ya desaparecido tabloide sensacionalista, News of the World, en Reino Unido. Consejero de New Corporation, el holding de medios de comunicación del multimillonario australiano, Aznar no ha dado señales ni fijado posición alguna, siendo que es un político que habitualmente desata huracanes con sus declaraciones o dictando lecciones de ética por el mundo. Una muy reciente, por ejemplo, fue la de llamar al líder libio Muammar el Gadafi como “amigo de Occidente… aunque sea un amigo extravagante”. No lo dijo hace un año o dos. Lo dijo el 11 de abril pasado, en plena crisis libia, durante una conferencia en la Universidad de Columbia, en Nueva York, al criticar la decisión de la comunidad internacional de invadir Libia para frenar la represión del régimen. “Gadafi apoya los esfuerzos del mundo occidental contra el terrorismo”, manifestó. Pero la circunstancia es distinta en este caso. Este viernes 15, el periodista Marco Schwartz escribió en su columna Versión Libre (periódico Público) que los problemas judiciales del imperio Murdoch crecen tras el escándalo de escuchas ilegales y sobornos. “En Estados Unidos, un banco con intereses en News Corp., ha denunciado al consejo de administración por su silencio y pasividad ante la conducta ilegal del citado diario y por permitir que el magnate se enriquezca en operaciones oscuras a expensas de los accionistas”. Se da la circunstancia que en junio de 2006, José María Aznar abandonó el Consejo de Estado español, al que pertenecen los exmandatarios y cargos públicos de primero nivel, para aportar su sabiduría y experiencia al Estado. Renunció para incorporarse al consejo de administración de News Corp., a propuesta de su amigo, el multimillonario Murdoch. Lo hizo, alegó, porque ambas tareas eran incompatibles. Aznar se convertía así en el primer consejero no anglosajón del imperio mediático. El debate estaba servido: Se conoció que Aznar había recibido desde septiembre de 2004—solo cuatro meses después de abandonar La Moncloa— 10 mil euros mensuales como consejero externo de News Internacional, de acuerdo con información de Servimedia que publicó el diario El País, el 28 de junio de 2006. El exmandatario recibía esa cantidad por medio de Famaztella (acrónimo de familia Aznar-Botella), sociedad que concentra y gestiona sus derechos de propiedad intelectual y los de su esposa. A partir de 2006, tras su incorporación como el nuevo miembro del consejo de administración, Aznar ha recibido 148 mil euros anuales. En 2009 obtuvo un pequeño incremento, aunque una tercera parte de esos ingresos son a través de acciones, según documentos del supervisor bursátil de Estados Unidos. De acuerdo con la información de Servimedia, publicada en El País, el debate era que de acuerdo con la ley 12/1995 de incompatibilidades de los miembros del gobierno, ningún exservidor público puede ocupar responsabilidades privadas relacionadas con expedientes sobre los que hayan dictado resoluciones en el ejercicio del cargo, durante un período de dos años. Por supuesto que, a las permanentes declaraciones de “derribo” de Aznar contra el actual presidente socialista, José Luis Rodríguez Zapatero, y poniendo en duda la solvencia de la economía española, se ha sumado una de las principales cabeceras del grupo Murdoch: The Wall Street Journal. El 8 de marzo de 2010, el influyente periódico económico publicó que, dada la mala salud de las cuentas públicas y la elevada tasa de paro, señalaba que el verdadero problema de la eurozona no era Grecia sino España. Lo decía así: “Grecia ha salvado algunos obstáculos, pero ¿logrará superar los suyos?, titulaba su artículo Irwin Stelzer, al criticar a Zapatero. El 25 de febrero de ese año, también señalaba el medio que España se convertiría en “el próximo campo de batalla del euro”. Desde su llegada al conglomerado de Murdoch, Aznar inició una carrera, que en buena medida ha logrado, de dejarse tentar por empresas y holdings de todo el mundo, para ocupar posiciones u ofrecer asesoría, aprovechando su gran directorio de contactos a nivel global. Actualmente, Aznar compatibiliza ese cargo con el de profesor en la Universidad de Georgetown y como asesor del Atlantic Council, una organización privada que promueve el liderazgo de Estados Unidos y el diálogo Atlántico. Desde 2009 es consejero de Doheny Global Group, una sociedad estadunidense con intereses en Europa del Este que combina el negocio de las inversiones en el sector energético con las del ámbito inmobiliario, difundió el periódico Público, el 7 de noviembre pasado. Como consultor de lujo en Doheny, Aznar comparte silla con el general estadounidense retirado Wesley Clark, comandante de las fuerzas de la OTAN durante la guerra de Kosovo; la exresponsable de la Agencia de Protección Ambiental en el gobierno de George W. Bush y exgobernadora de New Jersey, Christine Todd; el exsecretario del Departamento Nacional de Seguridad, Thomas J. Ridge, y el exprimer ministro búlgaro, Philip Dimitrov. Entre 2007 y 2009, Aznar formó parte del comité asesor del fondo de inversiones de alto riesgo Centaurus Capital. El 26 de junio de 2007, hizo una demostración de su influencia al conseguir una audiencia privada al presidente de dicho fondo, Joseph E. Robert, con el entonces presidente argentino, Ernesto Krichtner, luego de anunciar una operación de 26 millones de dólares en el país sudamericano. En este consejo asesor, Aznar compartió silla con Pedro Aspe Armella, exsecretario de Hacienda de México. Desde el 11 de enero de este año, Aznar fue fichado por la multinacional energética Endesa, como “consejero externo”. El comunicado señala que su labor “estará orientada al asesoramiento para la estrategia de expansión de la empresa en América Latina”. Por esta función el político cobrará alrededor de 200 mil euros, según informaron ese mismo día a Europa Press fuentes empresariales. Nueve días después de fichar por Endesa, Aznar fue recibido en audiencia en Los Pinos por Felipe Calderón, ambos personajes “intercambiaron impresiones sobre los principales temas y desafíos globales”, apunta el comunicado de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES), el think thank del PP Ese encuentro recordaba el polémica declaración de Aznar, cuando dijo “yo estoy aquí para decir que deseo que Felipe Calderón sea el nuevo presidente de México, por el bien de todos los mexicanos”. Esto durante un acto en la sede del Partido Acción Nacional (PAN), el 21 de febrero de 2006, en plena campaña electoral. En España, Gaspar Llamazares, diputado de Izquierda Unida (IU), consideró “éticamente reprobable” la incorporación de Aznar y de Felipe González a Endesa y a Gas Natural-Unión Fenosa, respectivamente, porque ambos “tuvieron desde sus importantes cargos públicos mucho que ver en el rosario de privatizaciones que enajenaron el patrimonio público, a veces en condiciones muy oscuras. Tras ese pasado, su incursión ahora en el sector privado energético la considero éticamente reprobable”, dijo mediante un comunicado. Se refería, a la privatización de Endesa, que tuvo lugar durante el primer gobierno de Aznar, entre 1996 y 2000. A su vez, González impulsó en su mandato algunas privatizaciones y el reordenamiento del sector energético, uno de cuyos resultados fue la constitución de la multinacional Repsol, hoy empresa accionista de Gas Natural. Llamazares también criticó a las multinacionales porque “fichan a estos políticos por su nombre y por sus agendas de contactos se supone que bien surtidas, y parece bastante claro que se busca tener acceso a la posibilidad de supuestos tratos de favor para el futuro”. En un debate en el Parlamento español el 25 de enero pasado, el diputado del Partido Nacionalista Vasco (PNV), Aitor Esteban, señaló: “o ejercen de expresidentes o ejercen de lobbistas, pero no se puede ejercer de las dos cosas a un tiempo”. En su artículo de este viernes, Marco Schwartz, destaca que la nueva demanda sobre el imperio Murdoch, que se suma al escándalo británico, convierte “a Aznar en uno de los denunciados”. La misma denuncia refiere que “Murdoch acudió a la boda de la hija del expresidente español al destacar la buena relación personal entre ambos”. Murdoch, junto con los exprimeros ministros, el británico Tony Blair y el italiano Silvio Berlusconi, fueron algunos de los invitados de honor en la boda celebrada en el monumental Monasterio de San Lorenzo del Escorial, el 5 de septiembre de 2002. Boda que, según los críticos, por lo suntuoso asemejó una boda de Estado, es decir, una boda real. El periodista español añade en su columna que “la incontinencia verbal de Aznar para impartir lecciones éticas o para poner en entredicho la solvencia de España está brillando en este caso por su ausencia. ¿Qué tiene que decir el exmandatario sobre las prácticas abyectas e ilegales dentro del grupo de su patrón?”.

Comentarios