MÉXICO, D.F. (apro).- México registra su peor nivel de desarrollo democrático en 10 años, debido en mayor medida al alto grado de violencia ocasionado por la lucha del gobierno federal contra el crimen organizado, revelaron la fundación Konrad Adenauer y la consultora Polilat. En su estudio sobre el Índice de Desarrollo Democrático (IDD) en América Latina 2011, ambos organismos dieron a conocer que, aun cuando México mantiene su séptimo lugar regional y se encuentra dentro de los países con desarrollo medio, está peor en algunos aspectos centrales para la medición, fundamentalmente en el que se refiere al “libre ejercicio de derechos y libertades ciudadanas, donde la situación ha ido empeorando y afectando la calidad de vida de más y más mexicanos”. Jorge Arias, director de Polilat, dijo que esos derechos y libertades han sido claramente limitados por el factor de la violencia y ha terminado también por afectar y en algunos casos por desplazar el poder de las instituciones democráticas “y esto es una de las causas predominantes en este retroceso que México vive en su desarrollo democrático”. El estudio titulado Índice de Desarrollo Democrático en Latinoamérica, señala que de seis mil 340 puntos con que contaba México en 2002, pasó a cuatro mil 925 este año, aunque en 2009 tuvo su mayor repunte al contar con seis mil 490 puntos. En el apartado dedicado a la situación de México, el estudio refiere que la ofensiva frontal contra el narcotráfico emprendida por el presidente Felipe Calderón, le ha restado apoyo popular debido a la preocupación de hasta dónde llegarán los crímenes. “El alto grado de violencia es un factor que golpea fuertemente a la democracia mexicana y, desde un punto de vista electoral, al oficialismo”, señala el documento. El clima de limitación de derechos y libertades que la confrontación al narco establece, añade el estudio, “es muy alto en el país y condiciona fuertemente su desarrollo democrático”. La corrupción que permea en todos los niveles de gobierno, va de la mano con los altos índices de corrupción, señala el estudio. México ocupa el lugar 89 en el ranking de países con mayor índice de corrupción según el Índice de Percepción de Corrupción 2010, realizado por Transparencia Internacional. “El que México haya caído del sitio 51 al 89 en el ranking internacional, no es sorpresa, pues la violencia, asesinatos, secuestros, etc., que se han incrementado durante la última década en porcentajes alarmantes, van de la mano del aumento de actos de corrupción, es decir, policías asociados con criminales, tráfico de armas, delincuencia impune”, subraya. A esta situación se suma que tras la crisis mundial de 2009, México no ha podido recuperar plenamente su mayor fortaleza de los últimos años, “su desarrollo económico y su ‘incipiente derrame social’ que le permitían compensar otras carencias”. Otro aspecto central que no contribuye al avance del desarrollo de la democracia en el país, señala el estudio, es la baja participación de las mujeres en la vida política. “Los estereotipos tradicionales que definen lo femenino y los masculino, refuerzan la posición de que las decisiones políticas son predominantemente una tarea de hombres”, puntualiza. A pesar de que ha aumentado la presencia de mujeres en los puestos de elección popular y en los mandos medios y superiores de los sectores público y privado –dice– “es una realidad que su participación en estos campos es aún escasa y limitada”. Cita datos del Instituto Nacional de las Mujeres del gobierno federal que refiere que en las elecciones de julio de 2010, de 15 estados donde se renovaron congresos locales, se compitió por 321 curules por elección de mayoría relativa, de los cuales 263 (82%) fueron para hombres y 58 (18%) para mujeres. “El porcentaje coloca a México nuevamente, lejos de una aspiración de cumplimiento de cuotas que garanticen la participación política de las mujeres en los congresos locales y más lejos aún de un escenario de paridad. No logra un porcentaje superior a 30% en ningún escaño político”, subraya el documento. Un factor más que impide el desarrollo de la democracia en México es el ataque a la libertad de expresión, señala el documento. “México es el país de América más peligroso para la prensa, según la ONU, cuyo relator para la libertad de expresión contabilizó en la última década 66 periodistas asesinados y 12 desaparecidos”, apunta. Cita también el informe 2010 de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) 2010 que documentó 155 agresiones a periodistas, trabajadores e instalaciones de medios de comunicación durante ese año. Refiere también que las agresiones se concentraron en siete estados de la República: Guerrero, Michoacán, Coahuila, Chihuahua, Nuevo León y Sinaloa, donde tiene mayor presencia el crimen organizado. La fundación y la consultora sostienen en su análisis que el gobierno tiene pendiente en este ámbito el fortalecimiento de la Fiscalía Especial para la Atención  de Delitos Cometidos contra la Libertad de Expresión, para que los casos sean investigados apropiadamente. También le falta, señalan, legislar en materia de federalización de delitos cometidos contra periodistas y agresiones a la libertad de expresión, y el cumplimiento de las recomendaciones que organismos internacionales de derechos humanos, le han hecho al estado mexicano en la materia. El estudio señala que el país ha obtenido avances significativos en materia económica  y que las políticas públicas aplicadas por el gobierno de Felipe Calderón como los programas Oportunidades y Vivir Mejor han evitado un impacto mayor de la crisis internacional en la situación social del país. Sin embargo, refiere que el principal problema en este ámbito sigue siendo la desigualdad. Retoma las palabras del Premio Nobel de Economía, Paul Krugman quien afirmó, en un foro de reflexión organizado por el gobierno mexicano, que ningún país ha tenido una transformación económica tan dramática como México, pero que no le ha alcanzado para tener un desarrollo económico ideal debido a la desigualdad. “Según cálculos del Banco Mundial, una décima parte de los mexicanos concentra una riqueza de 439 mil 597.2 millones de dólares (41.3% del ingreso total). Antes de 2006 este selecto grupo acumulaba el 35.4% del ingreso del país. O sea que el ingreso se ha concentrado en pocas manos casi un 6% más”, fustiga el estudio.