XALAPA, Ver. (apro).- Greenpeace México presentó una denuncia ante la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) contra Petróleos Mexicanos (Pemex), por los altos niveles de contaminación que registra el río Coatzacoalcos. Luego del muestreo que levantó el 10 de febrero pasado, la organización ambientalista determinó que los resultados del estudio indican que el vertido de hidrocarburos en el río Coatzacoalcos “rebasa los límites máximos permisibles hasta seis veces para hidrocarburos fracción pesada, y hasta siete veces para hidrocarburos fracción media”. En la denuncia, la organización ambientalista exigió una sanción para Pemex por los altos niveles de hidrocarburos detectados en cinco puntos de dicho afluente, como consecuencia del derrame de petróleo ocurrido el pasado 31 de diciembre. Tras presentar la denuncia respectiva, Greenpeace dio a conocer los resultados del muestreo efectuado en la zona de El Polvorín, y detalló que se encontró “la presencia de hidrocarburos poliaromáticos benzo, antoceno, fluoranteno, criseno, fenatreno, fluoranteno y pireno, en concentraciones que van en un intervalo entre 0.000032 y 0.001793 miligramos, claro indicativo de la presencia de petróleo crudo flotando o emulsionando en el agua”. De acuerdo con el estudio, la organización explicó que cuando las concentraciones de hidrocarburos rebasan los límites establecidos, como en este caso, “existe el riesgo de causar daños a la salud, ya que entre sus componentes existen altas concentraciones de sustancias consideradas como residuos peligrosos”. Algunos de estos residuos, precisó, “son cancerígenos, sintéticos y altamente tóxicos”, por lo que no pueden degradarse de manera natural. Refirió que en el ámbito de su competencia, las autoridades están obligadas a promover, respetar, proteger y garantizar el derecho humano a un medio ambiente sano, “debiendo investigar las denuncias y querellas por los delitos e infracciones que se presenten”. Por ello, agregó, los daños al medio ambiente deben ser sancionados, independientemente de su reparación, “buscando volver las cosas a como se encontraban antes del daño”, aunado a que las violaciones a la legislación ambiental “deben ser debidamente sancionadas, buscando cero impunidad”. En este sentido, consideró que es obligación de Pemex restaurar la zona hasta que las concentraciones de hidrocarburos se encuentren por debajo de los límites establecidos. En su denuncia, Greenpeace exigió a la Profepa realizar labores de investigación en la zona afectada, y vigilar y evaluar el cumplimiento de las disposiciones jurídicas aplicables al control de la contaminación ambiental. Además, investigar el cumplimiento de las disposiciones jurídicas aplicables a los recursos, bienes, materias y ecosistemas afectados por el derrame de petróleo, y emitir una resolución administrativa contra Pemex, derivada del procedimiento de inspección y vigilancia.