El futuro de las salas de cine

martes, 20 de marzo de 2012 · 14:21
MÉXICO, D.F. (apro).- La experiencia cinematográfica comienza a transformarse. ¿Qué dirección está tomando? Una dirección llena de surcos y curvas, sinuosa, y no en línea recta; el rumbo está lleno de contradicciones, de pronto parece que las salas cinematográficas son cosa del pasado y las televisiones HD serán el futuro, pero la apertura de complejos continúa y la gente consumiendo cine de esta manera. Por un lado, la industria hollywoodense cuya tecnología avanza a pasos insospechados, para muestra basta Avatar de James Cameron o Hugo Cabret de Martin Scorsese, pero por otro, la calidad de las pantallas de Alta Definición, la aparición del Blu Ray y la facilidad con que estos aparatos se comunican con una computadora, hacen que la experiencia sea más barata para el consumidor e igual de gratificante que el asistir a una sala. Antes solía decirse: “Pero verla en tele no es igual”, pero ahora eso ya no sólo es casi falso, sino que a muchos parece no importarles que se vea en la mejor calidad o no; a muchos nada más les importa la inmediatez, o sea, ver antes que nadie la última súper producción. Y eso no es propio de los estrenos de Hollywood, muchos otros de cine de arte pasan por la misma lógica, y quizá sea más radical: si la calidad de súper producciones puede sacrificarse, con mayor razón las cintas de autor que son difíciles de encontrar en salas comerciales para quedar remitida a cineclubes incómodos. En la época en que la Alta Definición no es una prioridad, sino el bajo costo y la inmediatez… ¿en qué consiste entonces la Magia del Cine que tanto pregona Cinemex? ¿En el olor a palomitas? ¿En la dulcería? ¿En la comida que venden? ¿En el 3D? ¿La comodidad en los asientos? De alguna manera, en todo lo anterior. El problema radica en que la mayoría de las veces la relación precio-calidad no va de la mano, y más si el trato de los empleados es deficiente. Pero existen las salas VIP, en donde estos servicios mejoran, y aunque igual puedan poseer deficiencias la sensación de exclusividad es la que completa el círculo. Así pues, si se tuviera que apostar por un escenario único, podría pensarse en que asistir a una sala cinematográfica se irá convirtiendo en un lujo que dejará de ser para un público masivo, aunque ya de por sí los precios eran elevados, pero aún existen complejos cinematográficos que parecen hervideros de hormigas. La forma de ver cine ha cambiado, y si bien esto apenas comienza, y las predicciones en este texto pueden fallar, la realidad es que la sala cinematográfica ha perdido la importancia que tenía.

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