MÉXICO, D.F. (apro).- Con pocos minutos de diferencia al cierre del candidato presidencial priista en el Estadio Azteca, en las calles del Centro Histórico y en el Paseo de la Reforma miles de jóvenes y ciudadanos protagonizaron la tercera marcha anti-Peña Nieto realizada en la Ciudad de México. Contingentes de las distintas facultades de la UNAM, de la UAM, de algunas universidades particulares y decenas de organismos civiles, destacadamente colectivos de artistas, feministas y del movimiento Morena, simpatizantes de Andrés Manuel López Obrador, partieron del Zócalo alrededor de las 12:00 horas para dirigirse al Ángel de la Independencia. Un contingente reunido en la glorieta del Ángel de la Independencia se dirigió hacia las instalaciones de Televisa, en la avenida Chapultepec, para exigir el fin de la manipulación de la información. Con miles de pancartas y mantas en contra del candidato del PRI, los contingentes avanzaban con el grito “¡el que no brinque es Peña!” o “Peña, entiende, el pueblo no te quiere”. A lo largo del Paseo de la Reforma, donde tradicionalmente se realiza el ciclotón dominical, la marcha ocupó los dos carriles hasta abarrotar la glorieta del Ángel de la Independencia. El llamado más fuerte fue a vigilar las elecciones del próximo 1 de julio y a evitar el fraude. El escritor Paco Ignacio Taibo hizo un llamado a organizarse para la próxima semana, fecha en que se realizará la elección presidencial. Simpatizantes de la candidata a senadora del PAN, Rosi Orozco, fueron echados de la marcha con el grito de “¡fuera, fuera!”, mientras un contingente de decenas de jóvenes portaban un cartelón con la frase “Alto al feminicidio y a la tortura sexual”. Otro colectivo de estudiantes colocó a lo largo de Reforma, frente a la Zona Rosa, un extenso recordatorio de las principales crisis provocadas por las ocho décadas del gobierno del PRI: desde su fundación en 1929 hasta 2011, incluyendo el fraude electoral de 1952, el movimiento médico de 1964, la represión de Tlatelolco en 1968, el halconazo de 1970, así como las devaluaciones y crisis económica de la década de los ochenta, además del fraude de 1988. Las consignas en contra de Televisa disminuyeron en comparación con los carteles y las consignas en repudio del PRI y de su candidato presidencial Enrique Peña Nieto. Un grupo de “Carlos Salinas”, a bordo de una camioneta de sonido, realizó performances para simular cómo el expresidente priista controla a su “títere” Peña Nieto. Frente a la Embajada de Estados Unidos, un grupo de jóvenes pintados de rojo, con corazones en las manos, llamaron la atención de los marchistas con expresiones de dolor ante el “canibalismo político”.