El cine como testimonio de una época

martes, 10 de julio de 2012 · 13:52
MÉXICO, D.F. (apro).- Así como la fotografía constituye un documento de la realidad que captó al momento de ser tomada, el cine es para el investigador Francisco Peredo Castro un documento histórico y sociocultural, una especie de cápsula de tiempo en la cual se registran valores, tradiciones, creencias, mitos --en algunos casos distorsionados-- de la sociedad. Doctor en Historia por la UNAM, con un posdoctorado en Análisis de la Cultura en la Universidad de Ámsterdam, Holanda, y autor de obras como Alejandro Galindo. Un alma rebelde en el cine mexicano y Cine y propaganda para Latinoamérica. México y Estados Unidos en la encrucijada de los años cuarenta, Peredo Castro coordinó a un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la máxima casa de estudios para estudiar al cine como registro de una realidad. El resultado fue el proyecto La historia sociocultural del cine mexicano, recientemente dado a conocer por la UNAM, con el cual se recuperan películas mexicanas con el propósito de ser analizadas, interpretadas y explicadas como documentos históricos, incluso de ser confrontadas con otros documentos del mismo carácter como son los testimonios, periódicos y archivos tanto gubernamentales, como diplomáticos, familiares y empresariales. Según la UNAM, el también miembro del equipo internacional de investigadores participantes en el libro Cinema and the Swastica, the international expansion of the Third Reich Cinema, coordinado por Roel Vande Winkel y publicado en Gran Bretaña, considera que el cine es más que una industria del entretenimiento, es arte y un medio de comunicación, que además construye y distribuye representaciones sociales. Ejemplo de ello es el cine indigenista producido en las décadas de los años treinta y cuarenta del siglo pasado. Ese cine ya no tiene vigencia y no se ven películas como La india bonita, de Antonio Helú, o María Candelaria, de Emilio Indio Fernández, sin embargo representan un testimonio de aquella época, el sexenio del general Lázaro Cárdenas, en el cual hubo una política indigenista y se crearon los departamentos de Asuntos Indígenas, y de Educación Indígena, que más tarde constituirían el ahora desaparecido Instituto Nacional Indigenista. Dice el investigador en la presentación de la UNAM: “Si aceptamos que en las películas se encuentran ideas sobre ciertos problemas del país, también hallamos formas de pensar: por ejemplo, lo femenino, la familia, el concepto de ‘hombre de bien’, a la manera en que lo concebían argumentistas guionistas y directores de Fernando Soler en los filmes donde aparecía como padre de familia.” Hay valores, conceptos y situaciones que con el tiempo van transformándose y perdiendo vigencia, pero a decir de Peredo Castro otras perviven como la violencia intrafamiliar o de género que Alejandro Galindo plasmó en películas como Mientras México duerme o México nunca duerme, en esta última aparece un hombre que propina una golpiza a una prostituta. Hacia 1940, por ejemplo, una mujer divorciada era casi una mujer deshonrada, así el cine como documento permite ver lo que sucede en la colectividad y reflexionar sobre lo que se ha cambiado o no se ha logrado transformar. El proyecto en el cual participa también Federico Dávalos, incluye distintas facetas y vertientes como el cine mudo; el cine como educador sentimental de públicos; la música en el cine en donde se descubre el papel que el bolero, por ejemplo, tuvo como formador sentimental a través de los melodramas románticos; y la figura materna en el imaginario nacional que plasmaron actrices como Sara García, Libertad Lamarque, Marga López, Amparo Rivelles y Ofelia Guilmain. Remarca el coordinador del proyecto que la mentalidad de una época queda plasmada en sus productos culturales, literatura, música y cine, como un conjunto de bienes de contenido simbólico: “Hoy hablamos del espacio social como uno de negociación de significados, de sentidos, donde circulan configuraciones y representaciones ideológicas construidas, como las contenidas en películas, parte de nuestra cultura, y en las que hay aspectos negativos y positivos. En todo caso, hay que analizar y criticar para proponer.”

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