Las memorias infernales de Ozzy Osbourne

lunes, 23 de julio de 2012 · 22:31
MÉXICO, D.F. (apro).- Hay historias del rocanrol que muchos fans quisieran conocer por viva voz de sus protagonistas, y una de las que merece ser leída es la autobiográfica I Am Ozzy del cantautor inglés Michael John Osbourne (Birmingham, 1948), alias Ozzy Osbourne, quien en 1970 saltó a la fama mundial como Padrino del rock pesado con la rola del grupo de heavy metal Black Sabbath, “Paranoico”:
Terminé con mi mujer, pues ella no podía ayudarme con mi mente. La gente dice que estoy loco por fruncir el ceño todo el tiempo... ¿Puedes ayudarme, ocuparte de mi cerebro?
La jerga narrativa del también apodado Príncipe de las tinieblas atrapará a cualquier rockófilo que lo acompañe en estas memorias ilustradas, que recientemente publicó la editorial hispana Global Rhythm. Entre sus abundantes confesiones, Ozzy apunta sobre aquel tema del álbum “Paranoico”: “Siempre es igual con las mejores canciones: salen de la nada cuando ni siquiera intentas escribirlas. ‘Paranoico’…era como una canción punk años antes de que se inventara el punk. Aquella canción lo cambió todo para nosotros en Black Sabbath…” (http://www.youtube.com/watch?v=g2aHIh8ojDU) A fuerza de palabrotas (disparadas con cinismo y humor negro al periodista Chris Ayres), Ozzy cumple las expectativas que todo fan espera hallar en altas dosis de violencia, drogas y sexo por las 358 páginas de un libro hilarante, aunque también se trata de un volumen de sobrevivencia humana, cuyas reflexiones contienen cierta parábola sobre el verdadero sentido de la existencia. “Las drogas pueden matarte pero nada puede matar al rock. No llevo mala vida, por decirlo así…vistas las salvajadas que se han contado de mí durante muchos años: “Le arrancó la cabeza a un murciélago de un mordisco, sí, de acuerdo. Le arrancó la cabeza a una paloma de un mordisco, vale, pero no mato cachorrillos ni adoro al demonio ni pretendo que mis fans se vuelen la tapa de los sesos… “Ah, y también colecciono parafernalia nazi. Tengo banderas, puñales de las SS, abrigos de cuero, de todo. Pero no tengo mucha oportunidad de exponer las esvásticas con una mujer medio judía en casa...” (Ozzy se refiere a Sharon, su segunda esposa y representante, quien lo rescató de una vida loca). El cierre en happy end del último capítulo, “Informe médico”, sorprende: nuestro ídolo, sobrio, ya sólo anhela “pasar el resto de mis días siendo músico de rock’n’roll”, cuando al comienzo de su autobiografía él mismo parecía desanimar su lectura, con la advertencia: “Durante los últimos 40 años he ido ciego de alcohol, coca, ácido, Quaaludes, pegamento, jarabe para la tos, heroína, Rohypnol, Klonopin, Vicodin y otras muchas sustancias, demasiadas para consignar en una simple nota al pie de página… Lo que vais a leer es lo que goteó de la gelatina que tengo por cerebro cuando le pregunté por la historia de mi vida…” Cual ave fénix, Ozzy renació de las cenizas: “Me echaron del colegio a los 15 años de edad, sin poder siquiera poder leer correctamente una frase. Pero al final he ganado… No hay un razonamiento médico plausible que explique por qué sigo con vida…Me aterrorizaba vivir, pero le tenía miedo a la muerte… una vida así no vale la pena vivirla. Y por eso me puse las pilas. Tardé cuatro décadas, pero aquí estoy… “Lo primero que dejé fue el tabaco… Debo llevar limpio cuatro o cinco años… Sigo rehuyendo de las reuniones de Alcohólicos Anónimos… Lo que sí me ha ayudado mucho es la terapia…Con el tiempo he conseguido también dejar las drogas… No he completado los 12 pasos que se supone debes dar. No me molesta la parte referente a Dios, porque no hace falta creer en Dios para seguir el programa (de A.A.). Basta con aceptar que hay un poder superior…” Versión bastante singular Narrada en primera persona, la historia de Ozzy consta de dos partes. “Para empezar”: seis capítulos que cubren cronológicamente de 1948 (cuando nace un 3 de diciembre y vive con sus padres en una casa modesta del barrio de Aston) hasta el 27 de abril de 1979, cuando fue expulsado por sus tres colegas músicos del Black Sabbath (Tony Iommi, Geezer Butler y Bill Ward) al considerarlo “un perdedor, un borracho y un drogadicto”.          La otra parte, “Vuelta a empezar”, incluye cinco capítulos tras la ruptura con Black Sabbath, el fracaso de un primer matrimonio y su ruta en carrera solista aconsejado por el manager del grupo, Don Arden, y su hija Sharon (la chica con la que eventualmente se casa), al momento actual. O mejor dicho, al año de 2009, cuando bajo el simple título de I Am Ozzy (“Yo soy Ozzy”), la autobiografía apareció publicada por los libreros Sphere, Little, Brown Book Group, Hachette UK, de Gran Bretaña, y en audio-books (fragmentos en www.youtube.com/watch?v=D6_nDiImiA8). Hace un año, la editora hispana Global Rhythm Press S.L. adquirió los derechos exclusivos de la obra al castellano y encargó su traducción a Pablo Álvarez, para lanzar la primera reimpresión cual novedad por librerías de México retituladas I Am Ozzy (confieso que he bebido). Memorias de Ozzy Osbourne (Barcelona, marzo 2012, www.globalrhythmpress.com). Lo de “confieso que he bebido” es, por supuesto, un gancho arbitrario agregado por la editora para el título, en variante mercadotécnica de las memorias del Nobel chileno Pablo Neruda Confieso que he vivido (1974, nerudavive.cl/libros/libros_neruda/Confieso.pdf). Por otro lado, la peculiar traducción vierte frases coloquiales e irreverentes del slang inglés a correspondencias del argot castellano peninsular, o sea, al “lenguaje de la onda” en España, por ejemplo: “< ¡Joder, tío, es la leche!> ”, etc, etc.           Regionalismos ibéricos que obviamente no usamos en América Latina. Osos de Ozzy Durante su gira de 1982 en San Antonio, Texas, Ozzy fue fichado tras orinar completamente beodo una pared de El Álamo, monumento gringo donde el general veracruzano Antonio López de Santa Anna venció a los mercenarios independentistas liderados por David Crockett (6 de marzo de 1836). Leemos: “Aquella meada me costó una fortuna en conciertos que no pude dar en San Antonio… Años más tarde me disculpé ante el alcalde… y doné 10 mil dólares a las Hijas de la República de Texas… pude volver a tocar en la ciudad, aunque tuvo que pasar más de una década... Cuando por fin regresé, un desgarbado chavalín mexicano me esperó tras el concierto. “—Ozzy, ¿es verdad que te arrestaron por mear El Álamo?... ¡Joder, tío, nosotros nos meamos ahí cada noche de camino a casa!” El reality show familiar de la serie televisiva Los Osbourne, que él y Sharon protagonizaron en Estados Unidos, lo trajo de vuelta como celebridad del espectáculo, al punto que ambos recibieron una invitación para cenar en La Casa Blanca con el expresidente Bush, en mayo de 2002. “‘—George Bush fue gobernador de Texas, ¿no?’ –pregunté (a Sharon)…‘porque una vez meé El Álamo. No seguirá molesto, ¿no?’ “‘—Estoy segura de que se le ha olvidado Ozzy. No sé si sabes que a él también le gusta empinar el codo.’ (…) “Cuando empezó la cena me entró un ataque de pánico espantoso… al final se me cruzaron los cables. La Primera Dama entró en la sala y George Bush tras ella. Y lo primero que dijo cuando llegó al estrado fue: ‘Qué gran público se ha reunido hoy… mandamases de Washington, estrellas de Hollywood y… ¡Ossie Ozz-burn!’ “Para entonces ya llevaba un pedo de campeonato y en cuanto oí mi nombre me subí a la mesa como un gilipollas y chillé: ‘¡Yeeeeehaaaaa!’. La gente se meaba de risa. Pero iba tan mamado que no supe cuándo parar. Seguí gritando ‘¡yeeeeeeeehaaaaaaaa!’ hasta que las mil 800 personas de la sala enmudecieron. ‘Yeeeeeeeeeehaaaaaaaaaa!’ --volví a gritar. Silencio. ‘Yeeeeeeeeeeeee…!’. “ ‘—Ya vale, Ozzy’ –me cortó en seco Bush. En la cinta se le oye incluso decir: ‘Puede que esto fuese un error’… Y Bush empezó un chiste a mi costa: ‘Lo que hay que saber de Ozzy es que ha tenido un montón de éxitos: Pachanga con animales, De cara al averno y Baño sangriento en el Paraíso. Estuve a punto de subirme otra vez a la mesa para decirle que ninguna de esas canciones había sido un gran éxito, pero entonces remató el chiste: ‘—A mi madre le encantan tus canciones’. La gente aplaudió a rabiar. Y no recuerdo mucho más.” El año pasado, Ozzy programó una gira mundial con los otros miembros originales de Black Sabbath que tocaría en México este 2012, pero el guitarrista Tony Iommy enfermó y suspendió los conciertos. Mientras, El Padrino del heavy metal nos convoca a leer Confieso que he bebido, así: “Quiero dedicar este libro a todos mis fans; gracias a vosotros he tenido una vida muy increíble. Os lo agradezco desde el fondo de mi corazón. Que Dios os bendiga. Ozzy.”

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