Tragedia en Nayarit: "antes de exigir justicia, hay que superar el dolor"

lunes, 23 de julio de 2012 · 22:55
CHIHUAHUA, Chih. (apro).- Los doce hermanos Santoscoy Pérez viajaban cada año con la familia a playas u otros lugares turísticos para disfrutar sus vacaciones. En ocasiones no iban algunos por cuestión de trabajo u otros motivos. Desde hace ocho años, la tradición era viajar a alguna playa en familia, siempre unidos, relata José Manuel, uno de los que no viajó este año. Hoy, los familiares de las víctimas no atinan a decidir qué sigue. Las lesiones, las pérdidas, son lo que desean superara antes de denunciar que se castigue a los culpables. El papá de los 12 hermanos trabajó durante años en una planta fundidora de mineral llamada Ávalos, con tradición en Chihuahua. Con su esposa tuvo seis hombres y seis mujeres. Los hombres desarrollaron el oficio de ladrilleros en la capital, son gente humilde. Ocho integrantes de la familia fallecieron en el accidente del viernes en el estado de Nayarit. José Manuel dice que desde pequeños les inculcaron la unidad familiar, construyeron sus respectivas familias y convivían entre sí siempre en reuniones y viajes. Cada año ahorraban con esfuerzo para disfrutar con hijos, nietos, hermanos y sobrinos en alguna playa, de preferencia. Para él, el accidente fue un fuerte golpe: “Hemos pasado situaciones fuertes en familia y vamos a superar esto. Es muy fuerte, se me fueron ocho de un jalón.” Esta mañana llegaron su sobrino Andrés Alberto García Santoscoy, de 22 años, y su hermano Juan Diego Santoscoy Pérez, de 34. Ambos resultaron lesionados, prefirieron esperar para contar lo que sucedió porque aún no asimilan lo que ocurrió, indicó Juan Diego, el menor de los doce hermanos. De esa familia fallecieron las hermanas Juana Patricia, Martina y María del Rosario Santoscoy Pérez. Con Juana murió su esposo, Cipriano Alberto García Solís, quien estaba pensionado. Y con Martina fallecieron su esposo José Luis Ayala, quien tenía una imprenta; su hija Ana Mayela Ayala Santoscoy y su nieta de un año (hija de Mayela), Dana Ximena Manríquez. Los hermanos Santoscoy Pérez son sobrinos de Magdalena Martínez Pérez, quien ha organizado cada año los viajes. Eran familias emparentadas entre sí La mayoría de los pasajeros chihuahuenses que viajaban a la playa de Guayabitos en el estado de Nayarit, pertenecían a dos familias grandes, emparentadas entre sí, que habían fomentado la tradición de viajar en vacaciones. Por lo menos 19 de las víctimas mortales eran familiares. Magdalena Martínez Pérez, de 49 años, era la organizadora de los viajes desde hace ocho años. Ella resultó lesionada. Cada año, variaba el número de familiares que viajaban pero cada año lo hacían. El 20 de julio viajaría otro grupo a la basílica de Guadalupe, por eso no fueron más, pero lo suspendieron por otros motivos, dice José Manuel Santoscoy Pérez, quien perdió en ese viaje tres hermanas, una sobrina, un cuñado, una sobrina y dos sobrinos nietos. De la familia de Magdalena Martínez viajaban sus hermanos María Isabel, Gustavo, Gabriela y Sara, quienes resultaron lesionados en el viaje, junto con Magdalena. Los padres de esa familia, José Guadalupe Martínez Martell y Magdalena Pérez Ibáñez, murieron. María Isabel, quien tiene 43 años, estaba casada con el gerente de mueblería Portillo; Óscar Contreras, quien durante años se dedicó al ramo mueblero en Chihuahua. Con el matrimonio viajaron sus tres hijos: Paola, Óscar Fernando y Marcela. Fallecieron el papá Óscar Contreras, así como sus hijos Paola y Óscar, ella acababa de egresar de ingeniería en el Instituto Tecnológico de Chihuahua y él estudiaba nivel medio superior. Marcela es la hermana mayor y la única casada; viajaba también con sus hijas Natalia Medina Contreras, de 4 años, y Renata, de un año ocho meses, así como con su esposo Sergio René Medina Hernández. Los cuatro resultaron lesionados. Los abuelos paternos de las niñas viajaron a Nayarit para traerlas de regreso a Chihuahua, porque René que fue dado de alta, se quedó a cuidar a su esposa Marcela, debido a que tiene fracturada la cadera, señalaron familiares y conocidos de la familia. María Isabel perdió a sus padres, a su esposo, dos hijos y dos sobrinos. Con ellos viajaron varios bisnietos de José Guadalupe Martínez y Magdalena Pérez Ibáñez. En el accidente fallecieron Dana Esmeralda Rodríguez Jáquez y Miguel Ángel Rodríguez Díaz, así como el papá de este último, Miguel Ángel Rodríguez Martínez y su hermano Irving Joel Rodríguez Martínez. Para velarlos, la familia Contreras Martínez despidió en una capilla a diez de sus integrantes; la familia Santoscoy Pérez tenía en otra capilla ocho cuerpos; y en una tercera capilla de la funeraria Miranda estaban los cuerpos de María Sugei Vega Martínez, quien viajó con su hija Edna Elizabeth Martínez Ávalos y su sobrina Cinthia Ávalos García. Martín Alonso Ávalos Martínez, papá de Cinthia, expresó que como padres siempre quisieron darle lo mejor a su hija, por eso ahorraron para pagar el viaje. Él trabaja en la Central de Abastos de Chihuahua. El cuerpo de Lorenzo Estrada Güereque fue velado en otra funeraria y en otra velaron a Martina Antonia Trejo Trejo, Judith Gándara Esparza, María Esther Acosta Flores y Branda Verónica Garay Trejo. Después de ocho años de regresos felices, este año marcó la vida de varias familias chihuahuenses.

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