Se extingue llama de Londres 2012, se enciende la de Río 2016

domingo, 12 de agosto de 2012 · 18:10
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- La ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos Londres 2012 fue un desfile de música británica que la legendaria banda The Who –Roger Daltrey y Pete Townshend sin el ya fallecido Keith Moon– cerró con My Generation para dar paso al inicio de la Olimpiada que alcanzará su cumbre en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. El fuego olímpico que durante 17 días ardió alimentado por 204 llamas –una por cada país participante– se extinguió lentamente, mientras los pétalos de cobre que conformaron una flor ardiente descendieron hasta el suelo en señal de punto final a Londres 2012. Con puntualidad inglesa, a las 21:00 horas dio inicio la obra que en 180 minutos montó el exbailarín de ballet Kim Gavin. Una reproducción a escala de la ciudad de Londres apareció en el estadio olímpico. Cubierta de papel periódico y agobiada por el caos vehicular, en el punto más alto de esta microciudad el exprimer ministro británico, Winston Churchill, puro en la boca, pronuncia la mismas palabras que el personaje Calibán de la obra de Williams Shakespeare La tempestad, “No teman, la isla está llena de ruido”, misma en la que se inspiró Danny Boyle para la ceremonia de apertura en estos Juegos Olímpicos. El blanco y negro del periódico se esfuma mágicamente entre los colores brillantes que bañan el escenario. Los acordes de Our House de la banda Madness, alegran las fiestas callejeras en las que se convierte el escenario, típicas de las noches londinenses justo “en medio de la calle” y que inauguran el desfile de las agrupaciones musicales. Detrás llegan los Pet Shop Boys interpretando West end girls, y de inmediato los jovencitos de One directions con los na-na-nás de What makes your beautiful. Luego Stomp, considerado uno de los mejores musicales que se presenta en los teatros londinenses, con un performance con tapas de botes de basura, tambos de plástico y escobas como instrumentos de percusión. En el escenario ya convertido en una bandera gigantesca de Gran Bretaña (la famosa Union Jack que integra a Inglaterra, Escocia, Gales e Irlanda del Norte) formada con luces coloridas,  Ray Davies, exvocalista de The Kinks, interpreta Waterloo Sunset, himno londinense de 1967 dedicado al puente que cruza el Támesis. Los protagonistas de esta justa veraniega son los invitados más importantes en esta fiesta. Atletas, con y sin medalla, que compitieron en los eventos deportivos, bajan de las tribunas, otros entran en contingentes con las banderas de sus países al tiempo que Elbow &London Symphony Orchestra los reciben con Open arms, con los brazos abiertos. Y en un día como este, suena One day like these con la que se despide Elbow mientras los deportistas se abrazan y ríen. Un grupo de artistas, forman una gran pirámide con 302 cajas blancas al ritmo de Running Up The Hill de Kate Bush. Cada una representa las pruebas en las que los deportistas participaron y se procede a la premiación de la quienes ganaron la última de ellas: el maratón, los 42 kilómetros 195 metros que Stephen Kiprotich de Uganda corrió 2.08.01 para llevarse el oro. El presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge, y el presidente de la IAAF (Asociación Internacional de Asociaciones de Atletismo), lo premian con el oro. Y a los kenianos Abel Kirui y Wilson Kiprotich les cuelgan plata y bronce, respectivamente. Atletas y organizadores rinden homenaje a los más de 70 mil voluntarios que regalaron su tiempo y trabajo, la música de Beatles (Because y Here comes the sun) alegra la escena, una probadita de Queen con Bohemian Rhapsody. Un coro de niños interpreta Imagine y el rostro de John Lennon, en un rompecabezas tridimensional, se forma con decenas de piezas blancas. Con el silencio vuelan globos que se pierden en la oscuridad de Londres. La estrella de los noventa, George Michael aparece en escena con Freedom, y luego los Kaiser Chiefs, montados en motocicletas,  emulan a The Who cantando Pinball Wizard, uno de los30 temas musicales que Kim Gavin incluyó en este concierto de más de tres horas. Homenajes para el camaleónico David Bowie, y también para la moda londinense. Sus top models Naomi Campbell, Kate Moss, David Gandy, Lily Cole, a la cabeza ataviados con diseños de Alexander McQueen y Vivienne Westwood. Irrumpe en el escenario un galeón con la exvocalista de Eurythmics, Annie Lennox, en la punta interpretando su éxito Little Bird, hasta  que el contemporáneo Ed Sheeran rinde homenaje a Pink Floyd. Acompañado por Nick Mason, exbaterista de esa banda, y el exguitarista de Génesis, Mike Rutherford, revive Wish you were here que la agrupación en 1975 dedicó a Syd Barret, canción que da nombre al noveno álbum de la emblemática banda británica y cuya portada (dos hombres de traje, uno de ellos ardiendo en fuego) escenifica en el cielo un equilibrista. El actor Russell Brand, esposo de Kate Perry, improvisa en la música y con megáfono en mano canta I am The Walrus. La música de Lennon se fusiona con la electrónica del disc jockey más famoso de la Gran Bretaña, Fatboy Slim, que mezcla el sonido desde la cabeza de un pulpo gigantesco, transparente e inflable, que extiende sus tentáculos por las líneas de las cruces de la Union Jack. El tiempo musical es ahora de Jessie J con Price Tag, entra al escenario el rapero Tinie Tempah con Written in the stars y después Taio Cruz conDynamite. Los tres unen sus voces para interpretar You Should Be Dancing de los Bee Gees. Entonces las Spice Girls aparecen a bordo de cinco black cabs (los famosos taxis londinenses) llenos de luces, cantan juntas otra vez solo por los Juegos Olímpicos. Liam Gallager, ahora líder de Beady  Eye, (los mismos miembros de la banda Oasis sin su problemático hermano Noel) interpreta Wonderwall. La música hace una pausa para que el “hombre cohete” (el comediante Eric Idle de Monty Python) aparezca en escena. De vuelta a la música con Muse con Survival, el himno de Londres 2012, que deja el ánimo listo para Freddie Mercury que aparece en video en una pantalla gigante que transmite escenas del memorable Live Aid de 1985. El estadio le ayuda con los coros, y el legendario guitarrista de Queen, Bryan May, melena blanca, interpreta un largo solo hasta que se suma el baterista Roger Tylor. Tocan We will rock you con la voz prestada de Jessie J que mueve a la nostalgia por Freddie. Suenan los acordes del himno nacional de Grecia, cuna del olimpismo. Después el del movimiento olímpico. Ondea la bandera blanca con los aros multicolores. Jacques Rogge, que en el 2013 dejará su cargo de presidente del COI, da la bienvenida a Eduardo Paes, alcalde de Río de Janeiro, sede de los próximo Juegos Olímpicos. Brasil se apodera del escenario con Renato Sorriso que se hizo famoso en 1997 cuando durante el carnaval se puso a bailar en lugar de barrer el Sambódromo de Río de Janeiro. Comenzó el desfile amazónico. Adiós al british rock. Bienvenida la samba. Con la batucada llegan las bailarinas, los indígenas de la amazonia, la modelo Alessandra Ambrosio. El cantante B Negão entona Maracatu Atômico y Seu Jorge con la canción Nem vem que não tem montan el espectáculo “Abrazo multicultural” y dan muestra de lo que se vivirá dentro cuatro años. O Rei Pelé también le da bienvenida al mundo a Brasil ataviado en la verdeamarelha. El presidente del Comité Organizador, Sebastian Coe, da por clausurados los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Misión cumplida, dice. La llama olímpica se deshoja hasta extinguirse. Volverá a arder en Río 2016.  

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