La Marina y "El Coss": una historia de complicidades y delaciones

sábado, 15 de septiembre de 2012 · 19:37
La captura de El Coss, quien aspiraba a dominar por completo al Cártel del Golfo, fue la culminación de una larga historia de complicidades y traiciones entre el narcotraficante y la Marina. Aparentemente gracias a Eduardo Costilla, las fuerzas del gobierno pudieron acabar poco a poco con los hermanos Cárdenas Guillén, quienes fueron líderes indiscutibles de la organización criminal. Pero el romance con la Armada se acabó de golpe, cuando detalles de su relación perversa se hicieron públicos y la volvieron insostenible. El amor se acabó y Eduardo Costilla se convirtió en un manjar apetitoso para el final del sexenio. MÉXICO, D.F. (Proceso).- Jorge Eduardo Costilla Sánchez, El Coss, traicionó y fue traicionado. Su pretensión de convertirse en el máximo jefe del Cártel del Golfo (CDG) entregando a los Cárdenas Guillén sólo sirvió para que jefes y oficiales de la Marina lo utilizaran y protegieran hasta convertirlo en una medalla para la Armada de México y el gobierno de Felipe Calderón. Durante más de dos años se sirvió de la Marina para intentar quedarse con el control del CDG, pero la cobertura que recibía de la Armada a cambio de “poner” a familiares y leales de los Cárdenas Guillén se fue reduciendo conforme crecían sus traiciones, esas por las que sus antiguos aliados lo apodaron El Judas. El acabóse para El Coss llegó el lunes 3 de septiembre cuando en el municipio de Ecatepec, Estado de México, fueron colocadas mantas en las que se acusaba al capitán de la Infantería de Marina Efraín Martínez Talamantes de protegerlo, según dijeron a este semanario informantes de seguridad que pidieron el anonimato. En febrero pasado este semanario publicó la versión de la eventual protección (Proceso 1840) a Costilla Sánchez, quien además de los cargos que enfrenta en México es requerido por una corte federal de Estados Unidos, en Brownsville, Texas, acusado de narcotráfico y lavado de dinero. Identificado por el propio CDG con la clave Sierra, el supuesto protector del Coss y un superior con la clave Águila fueron requeridos por mandos de la Marina luego de que se colocaran las mantas en la entidad que gobernó el presidente electo Enrique Peña Nieto. “Lo entregan o vamos contra ustedes” , fue la advertencia, añadieron las fuentes. El Coss cayó el miércoles 12 en un operativo en el que no se disparó un solo tiro, en una zona habitacional de Tampico, el refugio que había escogido para ver el derrumbe del clan de los Cárdenas Guillén con el apoyo de la Marina. “Los marinos lo traicionaron y lo capturaron porque a la Armada le pesaba cada vez más la acusación de que lo protegían”, aseguran los informantes. De acuerdo con esas fuentes El Coss ya tiene sucesor: Mario Ramírez Treviño, Mario Pelón o X20, de la facción de Los Metros del CDG, aliados de Costilla Sánchez. Aquél también es requerido por la justicia de Estados Unidos. Por parte de los Cárdenas Guillén quien sigue en el relevo es otro hermano llamado Homero. Las fuentes aseguran que en el momento de su detención El Coss buscaba restablecer relaciones con Miguel Ángel Treviño Morales, El Z-40, segundo al mando de Los Zetas, militares de élite que desertaron del Ejército para convertirse en brazo ejecutor del CDG, pero que desde hace cuatro años constituyen un cártel separado. La debacle de los Cárdenas Las acusaciones de protección a Costilla Sánchez por parte de los marinos coincidieron con la detención de dos integrantes del clan Cárdenas Guillén atribuidas a traiciones del Coss. El primero de los detenidos fue Mario Cárdenas Guillén, El Gordo, hermano de Osiel y Antonio Ezequiel, quienes hace más de 10 años fortalecieron al CDG con la incorporación de Los Zetas. El Gordo buscaba recuperar el liderazgo de la organización luego de que Osiel fuera detenido en 2003 y extraditado en 2007 a Estados Unidos, donde purga una condena de 25 años, y de que Antonio Ezequiel, Tony Tormenta, fuera ejecutado por la Marina en noviembre de 2010 con el supuesto apoyo del Coss. Mario Cárdenas Guillén, apodado también M-1, era el jefe del CDG en Matamoros, Tamaulipas, una de las ciudades más importantes para la organización. Detenido por infantes de marina el lunes 3 en Altamira, en el mismo estado, no fue presentado sino hasta el día siguiente por la propia Armada en el Distrito Federal, en las oficinas de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO). Procesado por narcotráfico estuvo preso entre 1995 y 2007. Ese año salió del penal de máxima seguridad de Puente Grande, Jalisco, y se unió a su hermano Tony Tormenta para que el CDG siguiera bajo el mando de la familia. Tras la ejecución de Antonio Ezequiel asumió el control de la principal plaza del cártel, desde donde operaba. Una semana después de la detención del Gordo, el martes 11 la Marina presentó también en la SIEDO a su operador en la zona sur de Tamaulipas, Juan Gabriel Montes Sermeño, quien había sido detenido días antes en Guadalajara. La Marina dijo que lo aprehendió al revisar un vehículo sospechoso. Lo identificó como Gaby Montes o Sierra, el mismo nombre clave que el CDG le asignó al supuesto capitán de la Armada protector del Coss. Montes Sermeño se hacía pasar como Jesús Ángel Almaraz Guzmán, ganadero. Para la Marina la caída del Coss fue consecuencia de estas dos detenciones y de “un intenso trabajo de inteligencia naval”. Nada de traiciones. Ni de los narcotraficantes ni muchos menos de los supuestos militares protectores.  (Extracto del reportaje que se publica esta semana en Proceso 1872, ya en circulación)

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