GUADALAJARA, Jal. (apro).- La Procuraduría General de Justicia (PGJ) de Jalisco identificó a seis de los 17 cadáveres localizados el domingo 16 en el municipio de Tizapán El Alto, Jalisco. Dos de las víctimas habían desertado del Ejército. En coordinación con el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses (IJCF), la PGJE identificó a los exsoldados Omar Juárez Lucas, de 37 años, y Gerardo Nava Sánchez, este último con antecedentes penales, según información proporcionada por la dependencia. Las otras personas identificadas son: Benito Rodríguez Pérez, de 46 años, quien contaba con dos ingresos al reclusorio de Tecomán, Colima, y Pablo Rosas Campos, de 52 años, también con antecedentes penales. Según la Fiscalía de Jalisco, otra de las víctimas es Porfirio Hernández Rodríguez, nacido en 1976, quien estuvo preso en el Centro de Readaptación Social de Pochutla, Oaxaca, y el sexto fue identificado como Joel Cruz Sevilla, detenido en dos ocasiones por personal de la Procuraduría General de la República. Luego de puntualizar que los 17 cuerpos fueron localizados la mañana del domingo 16 en un punto cercano al ejido Modelo, perteneciente al municipio de Tizapán El Alto, la PGJ señaló que algunos testigos refirieron que sujetos a bordo de camionetas dejaron los cadáveres y luego se retiraron hacia Michoacán. Por separado, cuerpos de seguridad de Jalisco señalaron que la masacre pudo haberse debido a un ajuste de cuentas entre miembros del crimen organizado. En tanto, una fuente del Servicio Médico Forense (Semefo) adelantó a varios medios de comunicación que en el grupo de ejecutados hay personas de 17 y 60 años, y el grado de descomposición en sus cuerpos sugiere que las víctimas tenían cuando menos 24 horas o hasta siete días de haber sido privados de la vida. La mayoría de las víctimas –encadenados unos a otros y amarrados de pies y manos– presentaban golpes en todo el cuerpo, además de impactos de arma de fuego y el tiro de gracia. Según la misma fuente del Semefo, los fallecidos podrían ser habitantes del estado de Michoacán, debido al tipo de vestimenta que portaban y con la que fueron localizados. Señaló que 11 de ellos tenían en sus cuerpos tatuajes de armas y de la Santa Muerte. De acuerdo con las autoridades, se estudia la posibilidad de que los fallecidos pudieran pertenecer a un grupo de migrantes centroamericanos que intentaba llegar a Estados Unidos. Con la del domingo, suman tres las masacres ocurridas en territorio jalisciense en menos de 12 meses. El 24 de noviembre del año pasado, 26 cuerpos fueron abandonados dentro de tres vehículos en las inmediaciones de Los Arcos del Milenio (en Guadalajara). El hecho fue atribuido al cártel del  Milenio y su alianza con Los Zetas, según las autoridades locales. El pasado 9 de mayo, en el municipio de Ixtlahuacán de los Membrillos, también en el interior de dos vehículos fueron hallados los cuerpos de 18 personas. El asunto fue interpretado por la PGJ como una represalia entre grupos del narco por el crimen de 14 personas en Nuevo Laredo, Tamaulipas.