MÉXICO, D.F. (apro).- Señalado por censurar contenidos noticiosos, así como de buscar el despido de la periodista Carmen Aristegui a cambio de refrendar concesiones a MVS Comunicaciones, el presidente Felipe Calderón se dijo hoy presionado y obstaculizado por agentes públicos y privados en su política de telecomunicaciones. En las instalaciones del Instituto Mexicano de la Radio (IMER), Calderón inauguró la transmisión digital de tres emisoras del organismo público, y también anunció la total migración digital de sus estaciones. Acompañado por el presidente de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Cofetel), Mony de Swaan, así como por la titular del IMER, Ana Cecilia Terrazas; la directora del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Yoloxótchitl Bustamante, y el secretario de Educación, José Ángel Córdova Villalobos, Calderón empezó a referirse a la radio y la televisión públicas al destacar que son espacios necesarios en toda nación democrática. Abundó en que en los seis años de su gobierno, el IMER ha ejercido a plenitud su libertad, y añadió que “los medios públicos de comunicación, más que ser canales oficiales, son instrumentos al servicio de los ciudadanos”. Luego de ampliar sus comentarios sobre el papel que la radio y la televisión públicas deben jugar en un Estado democrático, Calderón expresó: “Debo decir, por otra parte, que hemos impulsado, a pesar de innumerables obstáculos, no sólo la televisión pública, sino el carácter público de las frecuencia de radiocomunicación. “Por eso, hemos avanzado, a pesar de controversias constitucionales, de presiones públicas y privadas, y de muchas, muchas adversidades, y hemos avanzado hacia la digitalización, también, de la televisión”. Agregó que, antes de que concluya su administración, se habrá publicado la convocatoria para una o dos cadenas nacionales de televisión abierta. Apenas en agosto pasado, el empresario Joaquín Vargas difundió comunicaciones que sostuvo con colaboradores cercanos a Felipe Calderón: el exsecretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón, y la vocera presidencial Alejandra Sota. El primero habría recomendado el despido de Aristegui, en tanto la segunda planteó que la periodista se disculpara por haber cuestionado el presunto alcoholismo de Calderón, en febrero de 2011. Según Vargas, la pretensión era utilizar a la comunicadora que conduce la primera emisión de MVS Noticias como moneda de cambio, a fin de que le refrendaran las concesiones que tenía para operar la banda de 2.5 GHz, al anunciar “el rescate” de la frecuencia que eventualmente sería repartida entre otros operadores.