Ignacio Padilla, a la Academia Mexicana de la Lengua

martes, 25 de septiembre de 2012 · 20:54
MÉXICO, D.F. (apro).- El prestigiado dramaturgo, periodista y guionista cinematográfico jalisciense, Vicente Leñero, responderá el discurso de Ignacio Padilla en su ingreso formal a la Academia Mexicana de la Lengua (AML), en una sesión pública solemne que se realizará el próximo jueves 27 en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. El pasado 10 de febrero, en sesión plenaria, la AML seleccionó como académico correspondiente en Querétaro a Padilla, nacido en la Ciudad de México en 1968. “De este modo, esta centenaria corporación honra a tan destacado escritor y se enriquece con la presencia de un narrador, prologuista, traductor, autor de obras para niños, columnista en publicaciones periódicas, crítico literario, cronista, promotor de la cultura, políglota y dramaturgo”, se lee en el boletín de prensa difundido hoy por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA). En agosto pasado, Ignacio Padilla anunció una investigación para detectar aportaciones lingüísticas en el estado de Querétaro, es decir, palabras de uso exclusivo en la entidad, e incorporarlas al español de México o al español universal. “Como parte del trabajo, se buscará entre los queretanos de al menos cuatro generaciones para determinar las palabras de uso original de la región o si existe una incorporación para el uso de palabras queretano-chilango”, agregó el comunicado del INBA. Padilla es egresado de la Universidad Iberoamericana, se graduó de maestro en la Universidad de Edimburgo y de doctor en la Universidad de Salamanca. Ha sido profesor-investigador de tiempo completo en la Universidad de las Américas, así como investigador del Centro de Estudios Cervantinos, profesor de tiempo completo en la Universidad Iberoamericana y titular de la cátedra Rosario Castellanos en la Universidad Hebrea de Jerusalén. Tomás Regalado López ha dicho sobre él: “Ignacio Padilla es un escritor singular en la narrativa mexicana contemporánea, conocedor de tradiciones eslavas, centroeuropeas y anglosajonas, pero con una importante educación literaria en el español de Cervantes, Góngora o Quevedo… Más de dos décadas dedicadas a la escritura han permitido a Padilla construir una prolífica obra narrativa y ensayística, no ajena a la experimentación en otros géneros. Su producción novelística se inaugura con la nouvelle de tono gótico Imposibilidad de los cuervos de 1994, y se completa con La catedral de los ahogados (1995), todavía deudora de las técnicas magicorrealistas de Rulfo, Carpentier o García Márquez; Si volviesen sus majestades (1996), original anacronismo lingüístico donde conviven lo tradicional y lo postmoderno, con ecos a Cervantes, Shakespeare y Beckett; Amphitryon (2000), lúdico planteamiento de la problemática de la identidad humana en el contexto de las dos guerras mundiales… “Ignacio Padilla es, además, uno de los miembros fundadores del (llamado) Crack, grupo literario del que han formado parte también Ricardo Chávez Castañeda, Alejandro Estivill, Vicente Herrasti, Pedro Ángel Palou, Eloy Urroz y Jorge Volpi, escritores mexicanos nacidos entre 1961 y 1968, que se presentaron públicamente el 7 de agosto de 1996 a través de un gesto eminentemente vanguardista: la defensa de un manifiesto. Autor de Si hace Crack es Boom (2007) --conjunto de ensayos sobre la historia del “Crack” con motivo de su décimo aniversario--, Padilla ha sido parte activa en los proyectos más significativos desde la fundación del grupo…” Muchas de sus obras han sido traducidas a lenguas como inglés, francés, italiano, alemán, portugués, neerlandés, turco, ruso, sueco y hebreo. En 1989, Padilla obtuvo el Premio Alfonso Reyes de las Juventudes Literarias, y en 1994 el Premio Kalpa de Ciencia Ficción, el Nacional de Literatura Infantil Juan de la Cabada, el Nacional de Ensayo Malcolm Lowry, el Nacional para Primera Novela Juan Rulfo y el Nacional de Cuento Efrén Hernández. En 1998 obtuvo el Premio Nacional de Cuento Gilberto Owen, y el Nacional de Ensayo José Revueltas. En el 2000 obtuvo el Premio Primavera de Novela y el Nacional de Cuento San Luis Potosí, con Jorge Volpi, Alejandro Estivil y Eloy Urroz. También se hizo acreedor a los premios NH de Relatos 2003, de Ensayo Guillermo Rousset-Banda 2006 y el Mazatlán de Literatura 2007. Al año siguiente ganó el Internacional de Relato Juan Rulfo y el de Relato Semana Negra de Gijón, así como el Premio Nacional de Dramaturgia, el Nacional de Obra de Teatro para Niños, el Premio Málaga de Ensayo, y el Premio Luis Cardoza y Aragón para Crítica de Artes Plásticas, así como García Márquez de Estación Palabra 2009 y el Debate Casa América 2010. Por su parte, Vicente Leñero, nacido el 9 de junio de 1933 en Guadalajara, Jalisco, ingresó a la AML el 12 de mayo de 2011, ocupando la silla número 28, misma que ocupó el también dramaturgo Víctor Hugo Rascón Banda, su antecesor, a quien rindió homenaje al iniciar su lectura “En defensa de la dramaturgia”, según describió la reportera de Proceso Judith Amador Tello, hace un año: “En su texto hizo un interesante viaje por los dos últimos siglos del teatro mexicano (donde desmenuzó la pugna final que los directores levantaron contra el teatro como literatura y sus autores a finales del siglo XX), para desembocar en una especie de preceptiva literaria y escénica del nuevo teatro, encaminado a la búsqueda de la realidad nacional, que ya se encarna en las generaciones más recientes. “En la mesa de honor estuvieron además Jaime Labastida, presidente de la Academia (quien al final del acto brindó al escritor la bienvenida), y los integrantes de la misma, Vicente Quirarte, Diego Valadés y Miguel Ángel Granados Chapa, a quien correspondió dar respuesta al discurso”. El también periodista, autor de Plaza Pública, hizo una detallada semblanza de Vicente Leñero que abarcó desde sus días universitarios en la carrera de ingeniería civil, con el exigente Heberto Castillo como profesor, hasta su condición de escritor católico y con referencias a su vida familiar. “En su discurso dividido en cinco partes, se refirió asimismo al Leñero de su faceta periodística y lo pintó en su condición solidaria, al fraternizar con Julio Scherer, entonces director del diario Excélsior, por el ataque perpetrado por el gobierno de Luis Echeverría en 1976 para de ahí ir a fundar el semanario Proceso.” La AML comenzó sus investigaciones y labores desde 1875, con el fin de contribuir en la construcción de la identidad lingüística de los mexicanos. Fundada con el nombre original de la Academia Mexicana Correspondiente de la Española, en 2001 la corporación cambió su nombre al de Academia Mexicana de la Lengua (en ese año comenzó a operar su sitio de internet, www.academia.org.mx, que ofrece información institucional y obras de consulta lingüística en línea, de acceso gratuito). La AML ha contado entre sus integrantes a los más ilustres escritores, lingüistas y estudiosos del país: filólogos, gramáticos, filósofos, ensayistas, poetas y novelistas, así como comunicólogos y jurisconsultos, dramaturgos e historiadores, humanistas y científicos. Algunos de sus volúmenes son: Índice de mexicanismos (1997), el Diccionario breve de mexicanismos (2001), y el Refranero mexicano (2004). Con la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española, la AML publicó la coedición conmemorativa de la obra de Cervantes, que incluyó, dentro del apartado La lengua de Cervantes y el Quijote, el estudio Oralidad, escritura, lectura, de la académica mexicana Margit Frenk.

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