Cecilia Lugo en la cima de la ola

martes, 4 de diciembre de 2012 · 22:01
MÉXICO, D.F. (apro).- Con dos estrenos en el Teatro de la Ciudad y una generación egresada de su escuela, la bailarina, coreógrafa y directora de la compañía de danza contemporánea independiente Contempodanza, Cecilia Lugo, cierra el 2012 La coreógrafa de origen tamaulipeco se había propuesto a principios del año en curso imprimir mayor fuerza a su trabajo, sobre todo, a tratar de alcanzar una serie de metas que le permitieran posicionarse de manera más evidente dentro del quehacer artístico del país. La decisión no fue gratuita porque Lugo, al igual que otros coreógrafos, como Jaime Camarena y Marcos Rossi, montó su propia escuela en la que tiene un espacio para su compañía, y paralelamente se crearon programas pedagógicos para impartir una iniciación al ballet y formar bailarines de danza contemporánea con posibilidades de saltar hacia el profesionalismo. Pero si bien el proyecto suena muy bien, es claro que ni es autofinanciable ni fácil de llevar a cabo sin un soporte económico que permita pagar la renta del espacio ubicado en la zona central del barrio de Coyoacán, pagar el perfil de maestros que Lugo quiere tener, dar mantenimiento al local y permitir que una compañía de danza se nutra de ahí. Nacida en Tampico, Tamaulipas, Cecilia Lugo se inició en la danza a través del ballet, saltó a la danza contemporánea al ser seleccionada para bailar una pieza de Alvin Ailey, al mismo tiempo zapateaba bajo las indicaciones de Amalia Hernández y, posteriormente, se integró al jazz bajo la dirección de Ema Pulido. Su transcurrir como bailarina la llevó a las filas de la Compañía Nacional de Danza y luego a ser parte fundadora de proyecto de la compañía Andamio, desparecida hace varía décadas. Su trayectoria como coreógrafa se dio naturalmente y desde sus inicios utilizó estructuras muy cercanas a la interpretación musical y a la búsqueda del desarrollo temático de sus obras en torno de la mujer como eje vital. Si bien su obra no ha sido analizada por especialistas, se distingue una clara necesidad de ejercer su trabajo desde el entrenamiento riguroso del cuerpo. Los bailarines de Lugo son recocidos por tener tesituras técnicas muy altas, se destaca en su grupo la presencia de bailarinas como Gabriela Gullco, que se ha convertido en una suerte de bailarina emblemática de Contempodanza y que ha permanecido bajo las enseñanzas de Lugo por un largo tiempo. Así, el entrenamiento de la compañía está basado en una clase profesional de ballet, con ello Lugo puede dedicarse de tiempo completo a la creación sin tener que pasar por formar ella mismo a sus bailarines. Esta condición no es común en el gremio de la danza contemporánea donde en una buena parte del caos de los coreógrafos inician su trabajo entrenando a sus bailarines y a aprendices. Por otro lado, el punto de partida de las propuestas de la coreógrafa está en la posibilidad de dar indicaciones precisas sobre una estructura dancística y ella poder bordar sobre lo que sus bailarines hacen y lo que ella desea ver en ellos. Es decir que al tener a la técnica de su lado, Lugo puede incorporar a sus bailarines a un proceso creativo donde el virtuosismo no es la meta, sino que el objetivo fundamental es darle un sentido estético y espiritual a lo que se hace. Esta línea de investigación colectiva ha procurado un camino muy peculiar a Lugo. Lo cual se advierte en obras como Arkanum, en la que el producto final fue resultado de meses completos de trabajo arduo sobre las emociones, el destino, el azar y la magia que idea al ser humano. En una suerte de delirio, los integrantes de la compañía entraron al mundo del tarot, del movimiento espiritual llamado Cuarto Camino, a la lectura de libros como Encuentro con hombres notables y a composiciones musicales del propio Gurdieff. Azul Pero si bien Arkanum resultó un éxito artístico para Lugo, no significó que la artista pudiese colocar a sus bailarines en mejores condiciones económicas ni ella misma sentir que era reconocida de mejor manera. Igual que le sucede a otros creadores de su generación, las condiciones institucionales no le permiten llevar a cabo su trabajo con mayor solvencia. A diferencia de los artistas del primer mundo, los coreógrafos independientes de México, no tienen garantizados ni los espacios para poder dar funciones, ni la difusión que permita que sean conocidos más allá del boca en boca que se da en el medio. Por lo mismo este año, Lugo se lanzó a lo grande y se colocó como pionera en el proyecto de Danza Capital de la Secretaría de Cultura del Distrito Federal, que llegó a foro hace dos semanas y estrenó apenas en la Ciudad de México Azul, una trilogía que una vez más tiene a la mujer como eje y que va del delirio al erotismo y de ahí a la nostalgia. Al mismo tiempo, una generación sale de su escuela para escalar hacia el profesionalismo, una nueva será seleccionada, cuenta con apoyo de Fonca en su programa de México en escena y tiene el apoyo de producción de Conaculta.

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