La megalomanía turística de Moreno Valle

jueves, 13 de diciembre de 2012 · 12:45
Pese a las críticas de sindicalistas del INAH y organismos internacionales por su proclividad a los proyectos “innovadores” –el Viaducto Zaragoza– y “turísticos” –la alteración de los Fuertes de Loreto y Guadalupe–, el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, no renuncia a su megalomanía. Ahora está empecinado en sacar adelante el proyecto del teleférico, que, dice, deberá estar listo para marzo de 2013, cuando la capital del estado sea la sede del Tianguis Turístico y celebre con ello sus 25 años como Ciudad Patrimonio de la Humanidad. PUEBLA, PUE. (Proceso).– El martes 11 esta capital celebrará 25 años de haber sido declarada Ciudad Patrimonio de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), en medio de denuncias contra el gobernador Rafael Moreno Valle. Un grupo de académicos y organismos nacionales e internacionales lo acusan de poner en riesgo esta denominación por las obras “arbitrarias” que ha impulsado durante su gestión, entre ellas el Viaducto Zaragoza y la alteración del entorno de los fuertes de Loreto y Guadalupe, por lo cual incluso fue demandado ante la Procuraduría General de la República. Ahora, arguyen sus detractores, Moreno Villa se empecina en construir un teleférico que, según él, debe quedar listo en marzo del año próximo, cuando esta ciudad sea la sede del Tianguis Turístico 2013. La semana pasada, la presidenta del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (Icomos, por su acrónimo en inglés), Olga Orive Bellinger, envió un reporte a la sede Internacional de ese organismo, que se encuentra en París, Francia, para que éste, a su vez, informe al Centro de Patrimonio Mundial de la UNESCO sobre el impacto negativo de las obras morenovallistas en el conjunto arquitectónico y paisajístico de la zona de monumentos de Puebla. El martes 11, cuando los alcaldes de las ciudades patrimonio se concentren aquí para participar en el aniversario de plata de la declaratoria de Puebla por parte de la UNESCO, el Consejo Ciudadano del Centro Histórico y otros organismos locales harán un pronunciamiento para exigir que se detenga la destrucción y alteración de la zona histórica de la ciudad, en particular la construcción del teleférico porque, dicen, “impactaría irreversiblemente en el paisaje poblano”. Los especialistas han manifestado que este proyecto turístico de Moreno Valle busca convertir a Puebla en un Disney World. Desde el centro de la Angelópolis se observa la enorme torre metálica que comenzó a levantarse en el Cerro de Acueyametepec, donde se libró la heroica Batalla del 5 de Mayo. Con iguales dimensiones –80 metros de altura y 30 de cimentación– se inició la construcción de la otra terminal del teleférico en el típico Barrio del Artista, para lo cual fue demolida una casona del siglo XVII, pese a que estaba incluida en el Catálogo de Bienes Inmuebles Protegidos del centro histórico de Puebla (número 4946). Para el Comité Defensor del Patrimonio Histórico Cultural y Ambiental de Puebla, los funcionarios que impulsan la obra están cometiendo un “delito federal”, por lo que piden a las autoridades fincarles responsabilidades e insisten en que se restituya el inmueble afectado. El teleférico forma parte del proyecto conocido como “Corredor Turístico Los Fuertes-la Catedral”, en el que el gobierno estatal y el ayuntamiento, a cargo de Eduardo Rivera Pérez, invierten 480 millones de pesos. Las obras incluyen también la restauración de fachadas, banquetas y calles, así como la construcción de una ciclovía y la iluminación y rescate de parques de la zona. Aun cuando los trabajos ya se iniciaron, poco se sabe sobre el proyecto del teleférico. Hasta ahora, sólo el secretario de Infraestructura, Antonio Gali Fayad, ha declarado que la ruta abarcará 2 kilómetros e irá de Los Fuertes al Centro Histórico en ambos sentidos, contará con dos torres de soporte y dos terminales de transferencia y su cimentación costará 10 millones de pesos. Sin embargo, se desconoce el monto de la inversión total y el nombre de la empresa responsable de ejecutar la obra.   La desinformación   Al principio, los promotores del proyecto aseguraron que una de las terminales se ubicaría en el Centro de Convenciones, pero súbitamente derribaron la antigua Casa del Torno, que habitó el fundador del Barrio del Artista, José Márquez Figueroa. Los artistas que tienen sus talleres en ese tradicional paseo no conocieron los motivos. Tampoco el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), cuyos directivos dijeron que nunca autorizaron derribar el inmueble. Pese a ello, Gali Fayad insistió en que la demolición estaba acordada con el instituto porque el inmueble “carecía de valor histórico” luego de haber sido afectado por la introducción del drenaje moderno hace 20 años. El Consejo Ciudadano del Centro Histórico y el Icomos-Puebla se indignaron y respondieron al funcionario: “De ser así, se podría demoler hasta el Palacio Nacional”. La otra torre, según el proyecto, estaría también en el Centro Histórico, pero las autoridades aún no definen dónde estará. Y aunque desde el pasado 24 de agosto Gali Fayad anunció que se estudiaba la posibilidad de construir aquí un teleférico similar a los de Zacatecas y Guanajuato –un atractivo turístico que Puebla “se merece”, dijo–, todavía no hay nada definido. Al mes siguiente, el 28 de septiembre, Moreno Valle reiteró que el teleférico estará listo antes de que esta capital sea sede del Tianguis Turístico, a realizarse del 17 al 20 de marzo de 2013. El 10 de octubre el delegado del INAH, José Miguel Rivas García, aseguró que el proyecto aún estaba en estudio. Sin embargo, para principios de noviembre la obra ya estaba en marcha. El Comité Defensor del Patrimonio Histórico Cultural y Ambiental de Puebla sostiene que tanto el Viaducto Zaragoza como la intervención a Los Fuertes y las obras del teleférico incumplen con las normativas municipal y estatal incluidas en la Ley General de Asentamientos Humanos, así como en la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos. “En los casos mencionados, jamás se ha seguido el cauce legal señalado, dado que las autoridades municipales han manifestado el desconocimiento de dichos proyectos al momento de iniciar su ejecución”, expone la agrupación, formada por académicos, especialistas y ciudadanos en un documento que subieron a internet a finales de noviembre El escrito, reproducido en varios diarios locales, advierte también sobre la falta de los estudios de impacto ambiental y de planeación urbana, lo que violenta las cartas y tratados internacionales que recomiendan respetar siempre “la fisonomía urbana heredada y su paisaje, así como la autenticidad y la integridad de la ciudad histórica” cuando se trate de proyectos de intervención en los centros históricos. Los trabajadores sindicalizados del INAH también acusan a sus directivos de actuar de manera complaciente con los proyectos de obra emanados del gobierno de Moreno Valle. En los últimos meses se han quejado en varias ocasiones de que las autoridades del instituto ocultan información a los especialistas en temas de historia, arqueología, urbanismo y arquitectura de Puebla. En contraste, dicen, en las evaluaciones y supervisiones siempre comisionan a los mismos peritos, encabezados por Sergio Vergara Berdejo, quienes “carecen de la preparación académica”. Varios de ellos incluso han enfrentado procesos internos por incumplir el perfil profesional para ejercer el cargo. De hecho, también han cuestionado la capacidad del propio delegado del INAH, José María Rivas García, quien antes fue director de Ingresos y subcoordinador de asesores en la gestión del alcalde Luis Paredes, así como titular del órgano interno de control del Instituto Nacional de Astrofísica, Óptica y Electrónica. Francisco Vélez Pliego, presidente del Consejo Ciudadano del Centro Histórico, advierte también que el ayuntamiento de Puebla no ha ejercido las facultades que la ley le confiere para detener este tipo de intervenciones, que no cuentan con expediente técnico completo ni con licencias para demoliciones o para cambio de uso de suelo. En su escrito dirigido a la coordinadora del Comité Icomos-Puebla, Adelaida Ortega Cambranis, Olga Orive, presidenta del Icomos-México, menciona que el INAH no atiende a sus llamados en relación con las obras que realiza el gobierno de Moreno Valle. “A pesar de las solicitudes al INAH (federal y a la delegación Puebla) para detener las múltiples agresiones al Patrimonio Histórico de la Ciudad de Puebla, entre ellos la demolición de edificios declarados para convertirlos en estacionamientos, la irreversible pérdida del paisaje histórico en la zona de los Fuertes de Loreto y Guadalupe, ocasionada por el ahora llamado ‘Museo Interactivo 5 de Mayo’, la construcción del Viaducto Zaragoza, no hemos encontrado eco a nuestras peticiones”, señala Orive. A su vez, el Icomos-Puebla denunció la destrucción de otra casa del siglo XVII, ubicada en la calle 2 Oriente número 205, catalogada como monumento histórico y que fue demolida para construir un estacionamiento, aun sin contar con licencias. El miércoles 5, el Comité Mexicano de Conservación del Patrimonio Industrial advirtió que la techumbre del casco de la antigua fábrica textil La Esperanza –pionera del corredor industrial que se ubicó en el río San Francisco, fundamental en el desarrollo de Puebla– fue desmantelada. El gobierno no ha dado ninguna información de lo que se pretende hacer con este inmueble, pero los especialistas temen que se relacione con el proyecto del teleférico. En un escrito, la arquitecta Rutilia Amigón, la custodia Rita Cruz Valdez y las restauradoras Elisa Ávila Rivera y Olga Ramos han alertado sobre las versiones que se manejan en el sentido de que otro de los proyectos “turísticos” del gobierno poblano es colocar un elevador en una de las torres de la Catedral, cuya estructura podría resultar dañada por un aparato de esa naturaleza. Y mientras que se invierten millones de pesos en proyectos “innovadores”, desde el año pasado el gobierno de Moreno Valle puso en venta al menos 15 casonas del Centro Histórico, entre ellas el inmueble donde se fundó el Convento de Santa Mónica, por no contar con recursos para su restauración. La semana pasada, la administración estatal pidió autorización al Congreso del estado para poner en venta otros inmuebles, entre ellos la Casa del Escritor, ubicada en la calle 5 Oriente 201.   Una “obra vistosa”   En las escasas declaraciones que ha hecho sobre la polémica desatada por las obras del teleférico, Moreno Valle se ha limitado a asegurar que éstas no se detendrán y que cumplen con toda la normatividad para no afectar el Centro Histórico. De igual manera, el titular de la Secretaría de Infraestructura –quien por cierto aspira a ser alcalde de esta ciudad– asegura que las diferencias con el INAH por la destrucción de la antigua Casa del Torno y las licencias del teleférico se deben a problemas de comunicación. La titular de Icomos-Puebla, Adelaida Ortega, critica al gobierno de Puebla por su proclividad a impulsar obras turísticas pretendidamente “innovadoras”, en lugar de emprender el rescate de edificios históricos que son el verdadero patrimonio de esta ciudad. Con respecto a ciudades como Zacatecas, que tienen un teleférico, Ortega advierte que en esa ciudad la topografía permite ocultar las estructuras que sostienen dicho atractivo turístico. “Hay una gran diferencia” con la topografía de Puebla, dice. Aquí, para que pueda operar un teleférico deberán levantarse torres metálicas que, además de visibles, romperían con el contexto histórico y arquitectónico de una ciudad declarada Patrimonio de la Humanidad.

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