La naturaleza de la educación artística

martes, 2 de abril de 2013 · 13:40
MÉXICO, D.F. (apro).- ¿Cuál es la naturaleza artística? Esa fue la pregunta que detonó en Patricia Cardona la idea de realizar una investigación colectiva para sumergirse dentro del mundo de la pedagogía, el conocimiento constructivista y el arte. Editado por el Conaculta y el INBA, el libro La poética de la enseñanza. Una experiencia, da cuenta de ese proceso más de cinco años que tuvo como premisa vislumbrar la educación artística desde los linderos de lo que debería de ser. En la presentación del mismo llevada a cabo en el Centro Nacional de las Artes hace unos días, la exdirectora del Cenidi Danza José Limón explicó al público que su texto, elaborado al alimón con Silvia Durán, Pilar Medina, Cecilia Lugo, Ana González, Jenet Tame, Emma Cecilia Delgado, Dolores Ponce, Hilda Islas y Sophie Bidault, Cardona explicó que en su perspectiva la enseñanza y el aprendizaje del arte han quedado supeditados a factores alejados de la creación. “La educación artística en el mundo se había refugiado en lo mas fácil de resolver y a tono con las políticas tecnocráticas del momento: una enseñanza apegada a las técnicas de eficacia comprobada, fundamentalmente en la música y la danza y el manejo de la teoría como dogma, no como reflexión. Esto, supuestamente facilita la transmisión de la información en un contexto de educación masiva donde se estandarizan los contenidos y se fragmentan en periodos cortos, según la materia porque el modelo educativo así lo determina.” Afirmó entonces que fue así que apareció la palabra “poética” dentro de sus conversaciones: “La poética requiere de un proceso de ‘desaprendizaje’ de estereotipos y vicios didácticos, lo que exige un redescubrimiento del potencial creador docente, pasa por un proceso de transformación para desembocar en la autoeducación.” Así para ella, la poética es “una autenticidad, un poder personal que se descubre únicamente cuando nos deshacemos de prejuicios y costumbres. De ahí que la consigna en los seminarios fuese cómo y frente a qué estimular el ‘desaprendizaje’, el redescubrimiento, la transformación y la autoeducación para descubrir nuestra propia poética como docentes a fin de despertarla en los estudiantes.” Para Cardona, en este momento vivimos la esquizofrenia de la sociedad traslada a la docencia es decir una “separación entre arte y vida, separación de responsabilidad entre investigación, creación y docencia y lo peor, la separación entre teoría y práctica.” La meta entonces sería salir del círculo vicioso a través de la conceptualización de la enseñanza de forma holística y entender entonces que es a partir de la experiencia misma de no segmentar la vida del trabajo, que el profesor logrará ser coherente y consecuente con los ideales teóricos que se pregonan en todos los métodos educativos. Con más interés de tener experiencias vivenciales que elaborar marcos teóricos, Cardona --influenciada por la antropología teatral en la cual ha incursionado desde hace años-- busca no sólo modificar en las aulas la aproximación al arte, sino acercar de forma real a aquellos que desean enseñarlo a la experiencia vital de recuperar las sensaciones y las motivaciones originales que definieron –si es que la hay—una vocación.

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