Foro de cultura y arte en la SEP: Fortalecer la relación educación-cultura

martes, 16 de abril de 2013 · 14:00
MÉXICO, D.F. (apro).- Aunque en esencia los lineamientos esenciales de la política cultural en México se mantendrán (difusión de la cultura, protección al patrimonio, estímulos a la creación, fomento al libro y la lectura, entre otros) como lo anunció Rafael Tovar y de Teresa, presidente del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, una semanas después de asumir el cargo, por mandato de ley se han realizado los foros de consulta ciudadana para la elaboración del Programa Nacional de Cultura (PNC), derivado del Plan Nacional de Desarrollo (PND) 2012-1018. Para Rafael Tovar, quien tiene la experiencia de haber llevado a cabo ya este procedimiento cuando creó el PNC en el gobierno de Zedillo, se trata de una plataforma que recoge las ideas, propuestas y experiencias de los miembros de la comunidad cultural. “Como corresponde a este proceso de elaboración del Plan Nacional de Desarrollo, la trayectoria de nuestros creadores habla por sí misma, para saber que estamos escuchando palabras sabias, palabras con contenido y propuestas que podrán hacer una mejor vida cultural en nuestro país”. Lo señaló así durante la realización del Foro de Cultura y Arte en la sede de la Secretaría de Educación Pública (SEP), en la calle de Argentina, en el Centro Histórico, en el cual se tocaron los temas: Industrias creativas y culturales, el estímulo a la creatividad, a la educación artística, el cine y los distintos agentes de la cadena de producción, distribución y exhibición cinematográfica, así como el papel que tiene el libro y la lectura, la industria editorial y la proyección de México en el exterior. Una de las discusiones de los últimos años en el ámbito cultural ha sido si la cultura debe vincularse a la economía --pues se le ha considerado como un motor de desarrollo y se ha hablado de sus aportaciones al Producto Interno Bruto-- o se debe fortalecer su relación con la educación, sector del cual depende jurídicamente. En el foro se habló de estrechar ese vínculo y de que los contenidos culturales puedan aplicarse a la educación y viceversa. Pero además, contribuir con ello a la reconstitución del tejido social. Lo dijo Emilio Chuayffet, titular de la SEP, en estas palabras: “Este gobierno cree en la enseñanza y en la cultura como fuerzas motrices de la permeabilidad social. A fin de cuentas, nuestra democracia política lo es, siempre y cuando exista democracia educativa y cultural que permita un orden social dinámico, no estamental ni aristocrático.” Aseguró el funcionario que el gobierno encabezado por Enrique Peña Nieto, se ha propuesto “modernizar las políticas educativa y cultural para iniciar una transformación radical que rescate su función formativa e integral y aproveche sus indiscutibles potencialidades. La cultura es emancipación, no aparato de dominación ni mucho menos instrumento de legitimación de lo injusto. La cultura nace de la libertad y se desarrolla acrecentando la propia libertad”. Le falta convencer a los maestros que no están de acuerdo con la propuesta reforma educativa y las condiciones laborales que terminará imponiendo. Al hablar del tema de patrimonio cultural, la antropóloga Ana María Salazar, investigadora del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, habló también de la necesidad de fortalecer el vínculo educación y cultura: “En este contexto las instituciones de cultura han desplegado a través de los años un enorme esfuerzo para mantener sus políticas culturales aún con los embates de sistemas neoliberales globales, poniendo énfasis en el patrimonio cultural, pero siendo hoy indispensable la difusión de su conocimiento entre las nuevas generaciones para reforzar el binomio: educación y cultura.” Los compositores Arturo Márquez, autor del famosísimo Danzón No. 2, y Mario Lavista, de la ópera Aura, coincidieron en el papel que la música puede jugar en el fortalecimiento del tejido social. Para Márquez, programas como el de Coros y Orquestas Juveniles han dado muestra de ser una herramienta para sanar, una forma de “terapia social”. En tanto Lavista consideró que “sería formidable que la iniciativa privada participara de manera más activa en el apoyo a las diversas actividades artísticas, apostando por el trabajo de los creadores, la inteligencia y el espíritu, en una colaboración directa con las instituciones. Y señaló la necesidad de que el Estado mantenga su apoyo para el fortalecimiento de orquestas, conjuntos de cámara, centros de investigación, compañías, de teatro, revistas culturales especializadas y grupos de danza. Al especialista, Héctor Orestes Aguilar le correspondió hablar de política cultural en el exterior. Dijo al respecto que la diplomacia cultural debe considerar la construcción de una imagen-país de México en el exterior un asunto tan importante como la seguridad nacional. “No puede dejarse en manos de publicistas e imagólogos, porque el deterioro de la imagen de nuestro país estigmatiza a nuestra nación en escenarios negativos, por ello desde la diplomacia cultural, en la que México tiene más de 50 años de experiencia, los aspectos positivos pueden robustecerse, promoviendo la riqueza, la innovación y los programas que apoyan el talento de los creadores mexicanos.”

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