"Tras la puerta": vive y deja morir

martes, 30 de abril de 2013 · 14:49
MÉXICO, D.F. (apro).- En la Hungría comunista, una escritora llamada Magda (Martina Gedeck) y una sirvienta llamada Emerenc (Helen Mirren) se cruzan de manera traumática. Tras la puerta (The Door, Hungría-2012) de Istán Szabó, comienza con la necesidad de Magda de contar con tiempo libre para poder escribir su nuevo libro. Con la venia de su marido, Tibor (Károly Eperjes), Magda decide contratar a Emerence, una vieja dura y hermética en la que todo el mundo parece confiar aunque ella no confíe en el mundo; una mujer que barre la nieve de la acera mientras ésta sigue cayendo y deshace el trabajo de la vieja. Emerenc parece guardar varios secretos, lo cual enciende la alarma literaria de Magda, quien comienza a hacerse historias de misterio sobre su mucama. La realidad termina imponiéndose, no como Magda sospechaba; pero el mundo interno de Emerenc es un mundo violento el cual colisiona con el mundo intelectual de Magda y su marido, a quienes Emerenc llama despectivamente “niños”. Emerenc, interpretada maravillosamente por Mirren, nos lleva a momentos sublimes de amor y de alegría, pasando por momentos de locura e ira, hasta llegar a pasajes terroríficos y desoladores. En un principio, Emerenc parece ser ese personaje folclórico que nos hace repensar nuestro estilo de vida, ese curioso personaje alejado del mundo intelectual que a todo escritor le llama la atención por su folclor y su gusto kitsch. Y en cierto sentido, Emerenc lo es… pero el personaje va más allá: la vieja empleada doméstica funciona como una terapia de shock para el estilo de vida de Magda, situación que pone en entredicho sus creencias religiosas, su concepto del amor y su concepto acerca de la vida y la muerte. Basta con parafrasear a la propia Emerenc para darse cuenta que su visión a cerca de la vida es totalmente distinta: el que ama también debe ser capaz de matar. Emerenc hace temblar el mundo de Magda, y también el del mismo espectador. Una película apta para quienes necesitan ver al mundo con nuevos ojos.

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