Afinando puntos

martes, 11 de junio de 2013 · 14:06
MÉXICO, D.F. (apro).- De acuerdo, respetado Juan Lanas, tiene razón al reclamar que en mis cartas a este buzón me limité a informar sobre puntos en común que servidor de usted veía en fechas tales como 1789 y 1989, entre las de 1814 y 1914 y otras más, pero sin dar explicación del por qué y el como, ni del significado y consecuencia de los mismos; el remediar esa falta es el motivo de la presente. Por principio. Tengo que decirle que las fechas que mencioné, servidor las ve como escalones ascendentes del liderazgo social, cada vez más extenso e intenso, de una clase: la burguesía capitalista, como la denominan estudiosos del tema, ya que desde los momentos, en Europa, en que la tierra va cediendo a la fábrica y al comercio el primero puesto como fuente de riqueza; momentos en los que va creciendo igualmente el descontento de tantos por las monarquías absolutistas, por el poder ejercido por los nobles y el poder equivoco de las diversas iglesias y en los que las relaciones de producción feudales eran como camisas de fuerza para tantos humanos, para el capital industrial y comercial, la burguesía tuvo el talento y la habilidad suficientes de ponerse a la cabeza, de capitanear ese descontento de tantos, de manera significativa, primero en la Revolución Francesa, después en otros países de Europa, y más tarde en otras más en diversas partes del planeta. Y siguen haciéndolo. En las buenas y en las malas… y también por las buenas y por las malas. Dígalo si no es así la actual crisis económica en que ha metido a la globalidad en la que todos respiramos. A mantener, robustecer, afirmar y extender su protagonismo en la historia, mucho ayudó a la burguesía capitalista… y sigue ayudando… el liberalismo, ideología un tanto abstracta, no bien definida y hasta contradictoria a veces; ideología a la que iba dando cuerpo y sentido el desencanto de tantos inconformes con su situación ya citados más arriba y de la cual hizo y sigue haciendo la burguesía capitalista su expresión más acabada, su peculiar concepción del mundo, de la sociedad y del hombre, usando los principios abstractos de la misma: los políticos, económicos y sociales, de los modos más dúctiles, más diversos, según las situaciones, pero con la meta siempre de beneficiar sus muy particulares intereses personales y de grupo, por lo que no es extraño que en la historia, se la vea tan pronto a la cabeza de movimientos populares radicales, como inmediatamente unirse a los grupos más conservadores e incluso reaccionarios y represivos, para aplastar despiadadamente a esos movimientos populares de los que el día anterior era la más entusiasta aliada e incluso dirigía, y a la mañana siguiente veía como populacho desencadenado, sin ley, peligroso por tanto para la sociedad…que ella estaba conformando y dirigiendo, como ocurrió, por ejemplo, en la Revolución Francesa, en la que por cierto sufrió una de sus más grandes y trágicas derrotas en las personas del grupo de los llamados girondinos, miembros y partidarios de la burguesía ilustrada, al oponerse a la política revolucionaria de los denominados jacobinos. Al proclamarse la República, intentaron por todos los medios instaurar en Francia una república burguesa moderada; acusados de traición por los jacobinos, la mayor parte de sus jefes fueron encarcelados y finalmente, los principales, guillotinados. Esa dolorosa experiencia resultó aleccionadora, pues a partir de ella tuvo la burguesía, en especial la capitalista, un temor, desprecio y rencor enconado contra todo movimiento popular revolucionario radical, por lo que desde ese momento no dudó en aliase más de una vez con los poderes más conservadores, bien para reducirlos o aniquilarlos, poniendo en práctica una hábil política oportunista para ir ascendiendo en su lucha hacia el poder de liderazgo, con la que fue organizando e imponiendo su muy particular visión del a historia. Usted, mi estimado Juan Lanas, dirá si a los 225 años de la toma de la Bastilla, que se cumplirán el próximo 2014, no hay más de un punto en común, tanto en lo político, económico y lo social entre aquel hecho y la situación que vivimos en la globalidad actual; globalidad, insisto, concebida, conformada y se nos está imponiendo por la burguesía capitalista. ¿Como pudo ocurrir tal coincidencia? Esa es materia larga de explicar, motivo de otras cartas que quizás escriba próximamente. Esa es la intención de su seguro servidor. EL JUDÍO ERRANTE

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