Pese al llamado de Rousseff, siguen las protestas en Brasil

sábado, 22 de junio de 2013 · 23:34
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- Pese a que la presidenta Dilma Rousseff convocó a un “gran pacto para mejorar el transporte público”, este sábado se realizaron nuevas protestas en Brasil. La mayor concentración tuvo lugar en Belo Horizonte durante un partido de la Copa Confederaciones. Las manifestaciones se efectuaron en aproximadamente 100 ciudades, aunque fueron más pequeñas que las del jueves pasado, cuando más de un millón de personas salieron a las calles. En Belo Horizonte, la tercera ciudad más grande de Brasil, 70 mil personas protestaron cerca del estadio Mineirao, donde se jugó el partido Japón-México, reportó el portal Infobae. Manifestantes y agentes de seguridad se enfrentaron cerca del estadio, y la Policía lanzó gases lacrimógenos, según medios locales. Quince personas resultaron heridas, dos de ellos graves. Algunos manifestantes portaban carteles con la leyenda “Fuera FIFA”. “Estamos contra el Mundial porque oculta los problemas del país”, dijo a la agencia AFP el músico Leonardo de Melo, que participó en la protesta. Posteriormente hubo saqueos de tiendas y de una concesionaria de autos en Pampulha, en el área metropolitana de Belo Horizonte. Choques entre unos 30 mil manifestantes y la policía se registraron en las cercanías del estadio Arena Fonte Nova, de Salvador, donde hubo disparo de gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes, que intentaban forzar el cordón de seguridad para llegar hasta el estadio. De acuerdo con Infobae, unas 30 mil personas recorrieron las calles de Sao Pablo, incluso la arteria más importante, la avenida Paulista, donde no hubo incidentes, mientras cerca de 4 mil marcharon en la capital federal, Brasilia. En el sur del país unos 4 mil indignados  obstruyeron el paso del puente que une la ciudad brasileña de Uruguayana con la argentina Paso de los Libres, en una movilización que se prolongó por cerca de 4 horas. Un joven fue detenido por portar un arma de fuego. En Santa María, una localidad del sur del país, donde un incendio en una discoteca mató a 242 jóvenes en enero pasado, la protesta reunió a 30 mil personas.

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