Medios: Publicidad y nuevas tecnologías

lunes, 15 de julio de 2013 · 22:44
PARÍS.- La publicidad sigue buscando nuevas formas para expresar los propósitos originales, tan viejos como sus primeras manifestaciones: hacer del conocimiento público un objeto o servicio y alentar a la gente a consumirlo. Con el desarrollo de la tecnología digital, la pantalla salió de los lugares cerrados para tomar las calles, los parques, las avenidas y los puentes así como el transporte público. Hoy en el Metro, sea de Londres, París o México, los espectaculares están iluminados y los más recientes son como pequeñas pantallas televisivas o de cine. En ellas hay movimiento, éste puede ser un gráfico que gira, un dibujo animado o bien un hombre o mujer proyectados en cámara lenta para observar todo el transcurso de una acción; se aprecia hasta la vibración de los músculos faciales. Ahora sólo falta que de estos recuadros salgan música, palabras y olores. En un juego de espejos, la productora de textos electrónicos más grande del mundo, Amazon, los anuncia en un espectacular en donde una mujer se lleva su tableta a la playa y se recuesta en la arena a leer un libro. Dentro de otras pantallas, por ejemplo las de computadoras, la publicidad crece. Lo hace de manera tan repetitiva que algunos sitios explican al usuario que viven de ésta, de las llamadas “cookies” gracias a las cuales pueden ofrecer el servicio. Antes de entrar a cualquier correo electrónico, hay que pasar por anuncios, algunos de los cuales no se pueden cerrar a voluntad del usuario, hay que esperar a que terminen de emitir su mensaje. El teléfono celular también está transformando la comunicación mediada por un aparato.  En Londres la emblemática cabina telefónica roja está por desaparecer, ya ni los turistas la usan pues todos traen su dispositivo móvil que traspasa fronteras. En París sucede otro tanto, es muy difícil encontrar un sitio en que se alquilen líneas telefónicas para hablar al extranjero y casi imposible para hacerlo dentro de la propia ciudad. Los teléfonos públicos callejeros son una antigüedad. En cambio, el uso del celular aumenta constantemente. Según datos oficiales, en Francia, durante el primer trimestre de 2013, el volumen de llamadas por este medio llegó a 33.3 millones de minutos, un aumento de 5.4 millones en un año, lo cual representa 23 minutos más por cada cliente comparado con 2012. Y lo mismo sucede con los mensajes. No es de extrañar que en este entorno las telecomunicaciones se hayan vuelto un negocio boyante y en crecimiento. También que la tendencia a innovar crezca con objeto de hacer obsoletos los equipos y obligar a la gente a comprar el dispositivo más reciente con tal de no quedarse fuera de esta red que más bien parece una telaraña. Aunque en Francia no todas son malas noticias, pues el aumento en el uso del celular se debe también a la baja en el promedio del precio por minuto. Esta realidad constituye una ventaja para el consumidor mientras que los operadores ven disminuidas sus ganancias en un 12%. En México es muy poco probable que sucediera lo mismo

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