Wolverine: Inmortal

martes, 16 de julio de 2013 · 14:55
LOS ÁNGELES (apro).- Después de protagonizar Los miserables, de Tom Hooper, el actor australiano Hugh Jackman, vuelve a interpretar a Wolverine, el personaje más conocido de los X-Men, la afamada historieta de Marvel Comics, que también inspiró la exitosa saga de películas con el mismo título. En Wolverine: inmortal, que se estrenará en México el 26 del mes en curso, este mutante es llevado a Japón que no ha visto desde la Segunda Guerra Mundial.  Estará en el enigmático territorio de los yakuza y los samurái. Al encontrarse  con una mujer importante de ese país asiático y que está huyendo, Wolverine será llevado a los extremos físico y emocionales, más allá de lo que alguna vez ha estado. Se verá obligado no sólo a lidiar con enemigos poderosos, tanto mutantes como humanos, sino también con los fantasmas de un pasado que lo perturba. Según Jackman, quien también es productor del filme, “esta historia lleva a Wolverine a un mundo que es muy diferente a cualquiera que se haya visto antes en la serie de X-Men. Es visualmente diferente y el tono es distinto. Hay muchas batallas en esta historia, pero la más grande de todas es aquella que lleva adentro Logan Wolverine; entre ser un monstruo y convertirse en ser humano”. Wolverine surgió en 1974, en la última tira de una edición de The incredible Hulk (Hulk, El hombre increíble), que presagiaba su unión a la banda de héroes mutantes conocidos como The X-Men. Poco tiempo después, sería reconocido mundialmente por sus garras de adamantio, sus poderes de auto curación y sus primitivas y furiosas rabietas que ayudarían todas ellas a convertir a Wolverine en una superestrella dentro del mundo de los superhéroes. En la década de los ochenta, Wolverine se volvió más conocido en una miniserie de cuatro ejemplares creada por el escritor de X-Men Chris Claremont y el legendario artista gráfico Frank Miller (The dark knight, Sin city). Ahí, el personaje hace un viaje solo a Japón, pero es arrastrado a un torbellino del crimen, traición y honor,  además, es obligado a enfrentarse tanto a sus aterradoras fuerzas como a su desconocida vulnerabilidad. Jackman ha recreado a Wolverine  ya en seis exitosas películas de X-Men (y ya se encuentra frente a cámaras rodando una séptima). A Jackman le gusta este relato en Japón de la cual se sabe poco y lo considera una inusual oportunidad de profundizar aún más en la indestructibilidad de Wolverine, y también para dilucidar sus aspectos más siniestros de una manera fresca. Ese deseo se incrementó todavía más cuando Jackman hizo mancuerna con James Mangold, quien había convertido previamente la historia de Johnny Cash en un  recuento de amor y rebelión en Walk the Line, y reinventado el clásico western 3:10 to Yuma en un juego del gato y el ratón, que giraba en torno a temas míticos de la amistad, el deber y el destino. Lo de Japón fue la elección perfecta del actor para darle una nueva visión a Wolverine, y para llevar al personaje afuera de las convenciones habituales de las líneas narrativas de los X-Men : “El director Jim Mangold sabe cómo hacer una película divertida, que tenga escenas increíbles de acción y, además, brindar los elementos más finos en cuanto a la construcción de personajes y narrativa. En todas las tomas, me llevó a profundizar más en el personaje, a mostrar más fiereza, más desenfreno y verme más intenso de cualquier manera posible.” Desde el inicio, el cineasta Mangold quería romper el molde de la película basada en un cómic: “Lo que me interesó acerca de Wolverine fue hacer algo muy diferente con respecto a la película estándar de superhéroes, donde se trata de detener el plan diabólico de un villano. En esta historia, la acción y el suspenso están más cimentados en el personaje, y son entretejidos en un mundo que da lugar a una experiencia completamente distinta.” Si bien los personajes del pasado de Wolverine son incluidos como alusiones a lo que ha experimentado en aventuras previas, la película toma un camino distinto con respecto a las películas de X-Men. A sí aclara el director: “Cuando estás haciendo una película acerca de un equipo de personas como los X-Men, no te puedes meter mucho en sus cabezas, pero esta cinta es capaz de adentrarse en Logan, en explorar quién es y las raíces de su furia. Es alguien que ha sido utilizado por el Departamento de Defensa, por el gobierno, por enemigos, por villanos, incluso por seres queridos. Y a lo largo del tiempo, y debido a lo mismo, su ira se ha incrementado, sólo para verse multiplicada por esa característica salvaje preexistente. Sin embargo, dentro de esta historia, comienza a percatarse de cómo su furia puede ser capaz de estimularlo y darle poder”. Un thriller Mangold comenzó a ver la historia como un audaz thriller acerca de un hombre con un pasado oscuro, que está en búsqueda de su identidad futura, a diferencia de algo proveniente de un universo fantástico de las tiras cómicas. También al director le llamó la atención la dudosa encrucijada en la que Logan se encuentra al principio de esta historia: ya ha pasado por muchos caminos sombríos, siente que ha perdido o dañado casi todo lo que ha querido, y no está seguro si existe algún camino para encontrar la redención. La única cosa que tiene a su favor es su inmortalidad. Pero incluso eso puede ser más una maldición que una bendición. “Ya tiene un siglo de vida, que lo ha llevado a vivir guerras y batallas y muertes de sus seres queridos, y ha llegado a un punto en el que ha sufrido un gran desgaste. Es un tema clásico, el hombre que puede vivir por siempre, pero sufre debido a ello. Logan es un héroe lastimado, y esta historia es en gran medida acerca de cómo él busca reclamar algo que ha perdido en sí mismo”, señala  Mangold, quien  aprecia la oportunidad de llevar a Wolverine directamente al corazón del Japón contemporáneo, “el cual está lleno de modernidad elegante y de tecnología de punta como de tradiciones milenarias y códigos de honor secretos”. Todo el equipo de producción estaba emocionado de hacer algo inusual con un personaje ya muy querido. Lauren Shuler Donner, quien ha sido parte fundamental de la historia de películas de X-Men desde su inicio, y Hutch Parker, quien trabajó junto con Donner para apoyar la visión de Mangold, se unieron a Jackman como productores del largometraje. A decir de Jackman, se verá a un Wolverine más vulnerable, más en riesgo y más como un monstruo, “está luchando contra su identidad, está luchando contra su razón por existir, y ahora enfrenta la decisión de aceptar su verdadera naturaleza o rechazarla.” Desde el inicio, Jackman estaba comprometido a llevar a Wolverine a nuevos niveles físicos. Eso significaba involucrarse en el régimen de entrenamiento más intensivo y disciplinado que haya realizado jamás, en el que combinó una dieta rigurosa, entrenamiento físico de alto nivel y una preparación intensiva en artes marciales. Aprender nuevos estilos de pelea también fue de suma relevancia para la actuación. El largometraje se rodó en 80 días en Japón y luego en  foros de los Fox Studios, en Sídney, Australia. “Japón es como ningún otro país en el mundo. Su cultura, código y personalidad son únicos. Al rodar ahí, fuimos capaces de realmente obtener la perspectiva de los paisajes, de la arquitectura. Y también fuimos capaces de capturar algo que no se ve con mucha frecuencia en las películas: el Japón rural. Cuando pensamos en Japón nos viene a la mente Tokio u Osaka, pero en su interior cuenta con algunos de los terrenos vírgenes e islas tropicales más hermosos. Tanto el bullicio de la ciudad como el increíble Zen de estos bellos y frondosos bosques tuvo un gran efecto en nosotros. La oportunidad de estar en estos lugares realmente fue una fuente de inspiración para el proceso de realización”, manifiesta el director. Para capturarlo todo, Mangold trabajó con el director de fotografía Ross Emery, el diseñador de producción François Audouy y la diseñadora de vestuario Isis Mussenden. Varios de los sets más grandes de la película fueron construidos  en foros o en locaciones de Australia, incluyendo porciones del opulento recinto de Yashida, con sus árboles bonsái y estanques koi, y el laboratorio de alta tecnología de Yashida. Una de las creaciones más complejas es la Villa del Hielo, que Audouy recreó meticulosamente en Hombebush, Australia, basado en tres aldeas de montaña que vio en Nagano, Japón. Mangold quería que en Wolverine: Inmortal apareciera la acción más realista. Es por eso que trabajó con el director de la segunda unidad y coordinador de acrobacias David M. Leitch, y a su equipo de 87Eleven, para coreografiar la acción y entrenar al reparto. “Una cosa que es diferente en esta película es que el 90%  de la acción ha sido realizada totalmente por nuestros actores”, indica Mangold. Jackman  actúan en cine, televisión y teatro. Hizo su primera aparición importante en Estados Unidos  en la primera parte de la trilogía de X-Men, un rol que repitió en la tremendamente exitosa X2 (X-Men 2) y X-Men: The Last Stand (X-Men: La batalla final), en el 2006. Más recientemente en la franquicia, interpretó a Wolverine en X-Men origins: Wolverine (X-Men orígenes: Wolverine), que sirvió de precuela a la popular serie y recabó 85 millones de dólares en la taquilla doméstica durante su primer fin de semana de estreno, en mayo de 2009. En el 2014, el equipo de X-Men se reunirá una vez más para X-Men: days of future past. Entre los estrenos venideros de Jackman se encuentra Prisoners, deWarner Bros, donde interpreta a un hombre que secuestra a la persona que él cree está detrás de la desaparición de su hija pequeña y su mejor amiga. La película es coprotagonizada por Viola Davis, Melissa Leo y Jake Gyllenhaal, y su estreno en cines está programado para finales de este año.

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