"Acuérdate de Acapulco", el paraíso que se nos fue

jueves, 3 de octubre de 2013 · 12:48
Considerada desde mediados del siglo pasado como una de las bahías más hermosas del planeta, Acapulco se ha convertido en un paraíso perdido donde privan caos, violencia y corrupción, de acuerdo con Ludovic Bonleux, cuyo documental de 82 minutos Acuérdate de Acapulco se estrena esta semana. El cineasta francés tomó su título del primer verso del vals “María Bonita” dedicado por Agustín Lara a María Félix, la actriz que para Bonleux bien puede personificar al puerto glamoroso en las más caras fantasías de nuestra idiosincrasia. MÉXICO, D.F. (Proceso).- Justo cuando Acapulco se encuentra en un mal momento, tras el paso de la tormenta tropical Manuel, se estrena el documental Acuérdate de Acapulco, que el francés Ludovic Bonleux elaboró durante cinco años para mostrar que el puerto es disfrazado como paraíso, invocando los años cincuenta, mientras en la realidad “a diario se parece más al infierno”. A través de cinco residentes acapulqueños (Alfonso Arnold, un buzo; Yolanda González, madre soltera y gerente de un table-dance; Marco Sandoval, quien protagonizó a Jesús en una Semana Santa; el político y actor Félix Salgado, y el fotorreportero Javier Verdín), Bonleux muestra la mala situación de la Perla del Pacífico en los últimos años, y cómo ese lugar ha sido edificado “sobre la violencia social y la violencia política”. Esos personajes abordan el mal crecimiento de la mancha urbana, la masacre de los obreros en 1967, la expropiación de los terrenos en la zona Diamante, para construir hoteles, y la pobreza, en fin. Acuérdate de Acapulco se estrenará en el Cuarto Festival Internacional de Cine de Puebla, que inició el 27 de septiembre y finalizará el 5 de octubre. La primera proyección del documental franco-mexicano, producido por Capdalprod, Terra Nostra Films y Novanima Productions, será el 29 del mes en curso en el Teatro de la Ciudad a las 15:30 horas, y la segunda, el 3 de octubre en el Complejo Cultural Universitario a las 18:30 horas. La Félix, alegoría   Bonleux, quien reside en México desde hace 15 años y a partir de 2002 ha intervenido en la producción de numerosos documentales en América Latina, cuenta en entrevista su interés por el paradisiaco Acapulco: “Desde hace una década voy a Guerrero para realizar documentales, sobre todo en la Costa Grande, en La Montaña… yo siempre he pasado por Acapulco, y poco a poco me encariñé de su gente y del lugar. Trabajé este largometraje porque el puerto es un símbolo de México y del turismo de los siglos XX y XXI, y percibí que era muy interesante trabajar sobre la imagen que tiene Acapulco de nostalgia, de que antes fue mejor, y de que es un paraíso, aunque… podría ser un paraíso perdido. “Además, abordo la relación entre la imagen que se ofrece afuera para atraer el turismo y lo que en realidad es el puerto.” Mientras que la película de Eugenio Derbez, No se aceptan devoluciones, recién estrenada con inusitado éxito en México (y que en Estados Unidos ha recaudado más de 33 millones de dólares) ofrece la visión acapulqueña de un edén sin conflictos. La idea del documental le nació en 2007: “Había acudido a esa bahía para grabar otra filme; pero empezaron los problemas de violencia, entonces, pensé que era muy importante realizar algo. La violencia está muy presente en la cinta, pero no es el tema principal. Deseaba exponer que Acapulco, además de ser un símbolo, ha sido una plataforma todo el tiempo para el espectáculo.” Primero con el sinnúmero de artistas del cine que llegaron allí y luego el turismo. “El residente está empujado a trabajar hacia el espectáculo, hacia el turismo. Esto último hace sobrevivir al puerto, pero también es su desgracia, todos sus problemas vienen de ahí… Tengo la impresión que nunca se han diversificado las actividades económicas y se le da esa imagen de paraíso, de lo que era antes, para justificar que no ha habido ningún cambio. Así se hacen de la vista gorda ante los problemas.” –En Acuérdate de Acapulco se ve que es un paraíso perdido; pero también se explica que, para mucha gente, Acapulco nunca fue un paraíso. –Sí, se habla del asesinato de los campesinos copreros del 20 de agosto de 1967 (cuando pistoleros confabulados con el entonces gobernador Raymundo Abarca Alarcón y líderes de la Unión Regional de Productores de Copra del Estado reprimieron a 800 trabajadores), se recuerda cómo por medio de la expropiación de ejidos fue creada la zona Diamante, además en los edificios de ahí encontraron cadáveres de los desaparecidos de los años setenta. También se menciona que era muy peligroso el pueblo Kilómetro 30. –¿Igual se menciona a los spring breakers? –Sí. Acapulco acepta todo para poder sobrevivir en ese ámbito turístico espectacular. En el filme, Acapulco es otro personaje, como si fuera una mujer. Por eso pongo a la actriz María Félix como si fuera Acapulco: es la madre de todos esos acapulqueños; la que durante su vida a veces tuvo que prostituirse para poder sobrevivir, de levantarse otra vez y criar a sus hijos. –¿Por qué La doña? –Los extractos de película que aparecen ahí son de Doña Diabla, de Tito Davison, y de una entrevista que le hicieron a María Félix en Francia. Primero, la actriz es un símbolo del cine de la Época de oro y, segundo, también es un símbolo de Acapulco. Y está la canción de Agustín Lara: Acuérdate de Acapulco, María bonita, María bonita, María del alma… También fotógrafo, Bonleux plática que escogió a estos cinco residentes de Acapulco porque todos se hallan vinculados con el mundo del espectáculo: “Yolanda trabajaba como gerente en un table-dance para el turismo, e incluso el turismo sexual. Javier Verdín, fotógrafo de La Jornada de Acapulco, recorre todo los rincones de esa ciudad; Félix Salgado es político, actor, productor, y Marco Sandoval también tiene que ver porque él es parte de una procesión religiosa que se organiza justo el Viernes Santo, cuando llega un sin número de turistas. La recreación de la crucifixión la utilizo para decir que es como una procesión para salvar al puerto.” Según el también director del mediometraje documental El crimen de Zacarías Barrientos y del primer “web-documental” difundido en México US caravana, las dos finalidades de Acuérdate de Acapulco serían presentar justamente este asunto nostálgico del paraíso anterior, “aunque hoy se ha perdido”, y, dos, personificar a Acapulco como La Doña. “Es decir, María Félix es Acapulco. Esta mujer siempre fue engañada y tuvo que arreglárselas sola para sacar adelante a sus hijos. Mucha gente va a decir que vengo a criticar a Acapulco, pero es para mí una situación muy importante porque ya me adoptó México. Aunque todos los personajes de la cinta viven en condiciones difíciles, todos aman a Acapulco, y no quieren irse del puerto. A pesar de todo la gente quiere vivir ahí.”   El peor ejemplo turístico   –En cuanto a la violencia, impresiona que en el documental mientras se ve el ensayo de la crucifixión, se escuchan disparos y nadie se espanta, ¿qué me dice al respecto? –Quise que se escucharan los balazos porque es más fuerte eso que mostrar muertos. Aclaro que en ese momento alguien salió de su casa y echó balazos; pero dejé eso para mostrar que la gente ya no se asusta, se hace de la vista gorda… Es decir, todo sigue igual. Capté a algunos militares porque es algo que está ahí y uno se acostumbra. Al final es ir de vacaciones a un campo militar, vigilado por hombres armados, lo cual es absurdo… --Dada la situación imperante en Acapulco, ¿qué reacciones cree que pueda causar el documental en estos momentos? –Puede dar unas pistas para entender el desastre que padece hoy el puerto en el sentido de la urbanización descontrolada, de cómo se hizo Punta Diamante, y eso tiene un costo ecológico; por eso puede haber más inundaciones. Yolanda vivía en una zona recién construida y supongo que hoy está debajo del agua. Existe toda esta situación de no pensar en el futuro. Y acusa: “A Acapulco siempre van y lo seducen, y después lo tiran como vil basura. En el documental se destaca que es el peor ejemplo, tanto de política como de turismo. El filme ofrece situaciones para entender lo que pasa. Veo las noticias y tengo la impresión que otra vez la gente, autoridades, hoteleros, periodistas, van a querer hacerse de la vista gorda, ya empiezan a decir que Acapulco está de pie, que está bien. Otra vez es lo mismo, y no se busca cuáles fueron los errores. Es pintar la fachada otra vez y atraer lo más pronto posible a turistas para que siga la actividad económica y no pensar en resolver los problemas de fondo, como la migración de mucha gente a este puerto, porque no encuentran trabajo en el campo.” –¿Cuál es el papel de los políticos ante las inundaciones? –Veo el mismo espectáculo, usan el contexto también para intentar aprovechar su imagen, así veo el show de los gobernantes y personajes llegando a repartir despensas en Acapulco, se elogia a la gente solidaria que está juntando acopio y mandando despensas a Acapulco y Guerrero, pero, aunque el gesto sea muy noble, el Estado debería tener la fuerza de anticipación y de respuesta para poder proteger y atender a la población. “Se está tapando la ineptitud de los diversos niveles de gobierno glorificando a todos los que dan, del simple ciudadano, hasta las vedettes y el más alto gobernante”, añade, y recuerda que filmó Acuérdate de Acapulco durante cuatro o cinco años. La edición y postproducción abarcaron dos (“buscar fondos tomó mucho tiempo, se hizo independientemente con muy poco dinero y gracias al apoyo voluntario de mucha gente que colaboró”). –¿Qué opina de que su documental se proyecte justo en este momento? –Es una coincidencia muy extraña… Ojalá y ayude a que se entiendan las causas de todo. Con esta película aprendió a conocer “otro” puerto: “Frecuenté todas sus colonias y me relacioné con mucha gente. Es un trabajo creativo y siempre uno tiene logros y errores. Espero que tenga una larga vida, y no es un problema sólo de Acapulco, sino de todo México. Este largometraje refleja lo que sucede en todo el país.” En cuanto a la música, hay dos fuentes. Las letras de surf garage son de la famosa banda Lost Acapulco, y las canciones cantadas en francés son composiciones de Manuel Danoy y del mismo Bonleux, especialmente para el documental. Argelia Valles es la voz. El director, que ha estudiado historia, fotografía y cine documental en Francia, México y Estados Unidos, finaliza: “Varios amigos músicos, mexicanos como franceses, colaboraron con entusiasmo en este proyecto, cada uno con su especialidad.”

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