Fallece José Emilio Pacheco; "se fue en paz, murió en la raya como él hubiera querido", dice su hija

domingo, 26 de enero de 2014 · 19:06
MÉXICO, D.F. (proceso.com.mx).- El poeta, narrador, ensayista y periodista José Emilio Pacheco Berny falleció esta tarde a causa de un paro cardiorrespiratorio, a las 18:20 horas. “Con enorme pesar tengo que decirles que mi padre murió. Se fue muy tranquilo, se fue en paz, murió en la raya como él hubiera querido; trabajó en los últimos días en los breviarios de su amigo Juan Gelman”, dijo su hija Laura Emilia Pacheco al dar a conocer la noticia del deceso. “Se acostó a dormir y ya no despertó. Les pido que nos ayuden a pasar este momento difícil”, destacó. Laura Emilia comentó que el cuerpo del escritor de 74 años será despedido a partir de las 12:00 horas de este lunes 27 en el Colegio Nacional, ubicado en Donceles 97,  en el Centro Histórico. Aproximadamente a las 16:30 horas de hoy la también escritora y traductora explicó que el poeta había sido trasladado a un cuarto del Instituto Nacional de Nutrición “Salvador Zubirán” y que seguía estable, tranquilo, “está sedado, no está sufriendo pero seguimos a la espera”. Sin embargo, no brindó mayores detalles sobre las razones por las cuales su padre ingresó al hospital. Laura Emilia estuvo acompañada de su esposo Fernando García Ramírez, del editor de Era, Marcelo Uribe y de Elena Enríquez. “Conociéndolo estoy segura que diría que lo perdonaran por echarles a perder su domingo; estoy segura que les diría eso”, dijo Laura Emilia en tono de broma a los reporteros al ofrecer el tercer reporte desde que su padre fue ingresado al hospital el sábado pasado. Durante su hospitalización el escritor estuvo acompañado por sus dos hijas y su esposa, la periodista Cristina Pacheco. El equipo médico que atendía al poeta lo mantuvo sedado, pues su condición no evolucionó desde que ingresó al Instituto Nacional de Nutrición ubicado en la delegación Tlalpan. Laura Emilia explicó este mediodía que su papá había pasado una noche tranquila. La hija del novelista, ganador de los premios literarios Reina Sofía y Cervantes, no explicó por qué motivo decayó el estado de salud de su padre, quien permaneció inconsciente. Este viernes 24, aproximadamente a las 19:30 horas, el poeta, narrador, ensayista y periodista tropezó con los libros de su estudio y se golpeó en la cabeza, por lo que fue internado en el Hospital de Nutrición, según comentó el mismo Pacheco a Proceso al enviar su columna Inventario sobre Juan Gelman, que aparece hoy publicada con dedicatoria al poeta Gabriel Zaid por sus 80 años. A lo largo del sábado 25 corrieron diversas versiones sobre el hecho, incluso se publicó que el creador de Las batallas en el desierto y No me preguntes cómo pasa el tiempo (entre sus libros más conocidos) había caído de la escalera de su casa de Reynosa 53, colonia Condesa. En realidad Pacheco tropezó con los libros de su estudio y al caer se golpeó en la cabeza, pero no fue sino hacia la medianoche cuando empezó a sentir malestar. En un comunicado, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes informó que el escritor fue ingresado la mañana del sábado 25 de enero al Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición “Salvador Zubirán”, luego de la afección que lo mantuvo inconsciente desde la madrugada de ese mismo día. José Emilio Pacheco nació en la Ciudad de México el 30 de junio de 1939. Es figura central de la poesía en español del siglo XX y las primeras décadas del XXI, y hasta hoy el escritor mexicano más completo de su generación por su versatilidad, dedicación, reflexión y creación en la poesía, narrativa (cuento y novela), divulgación cultural (investigación histórica y literaria, redacción editorial, periodismo) y en traducciones, adaptaciones, guiones teatrales y cinematográficos. Sus primeros años transcurrieron en la calle Guanajuato número 183 de la colonia Roma. Su madre procedía de una familia de empresarios con los que vivió en el puerto de Veracruz. Allí fue donde se despertó su pasión por el mar, un tema frecuente en su obra. Mientras que su padre, a pesar de sus orígenes humildes, logró una sólida formación alcanzando el grado de general de brigada en 1927. Estudió la preparatoria en el Centro Universitario de México y acudió a los cursos de José Enrique Moreno de Tagle, quien le enseñó a leer, entre otros autores, a Jorge Luis Borges y Alfonso Reyes. En esta época, además, entabló amistad con Juan José Arreola y se interesó por el teatro, prueba de ello son las piezas en un acto La reina (1958) y El pasado lo guardan las arañas (1960). Comenzó la carrera de Derecho -que abandonó a los 19 años- y estudió Filosofía en la Universidad Nacional Autónoma de México. Pero él siempre dijo que obtuvo su verdadera preparación fuera de las aulas gracias a que alternaba las más diversas lecturas con los paseos por la Ciudad de México con sus amigos entrañables: Carlos Monsiváis y Sergio Pitol. Se dio a conocer en el mundo de las letras a los 20 años con La sangre de Medusas (1958) un cuento de escasas 20 páginas que le publicó Juan José Arreola en su colección Cuadernos del Unicornio, detalla Conaculta. En 1963, publicó su primer libro de poemas Los elementos de la noche y ese mismo año su texto de cuentos El viento distanteEl reposo del fuego (1966), es su segundo libro de poesía, un texto en donde el autor se revela como un poeta maduro, ágil y rebelde. Después escribió Morirás lejos (1967), una novela que en letras de Carlos Fuentes “es una obra que aborda un tema que hubiese parecido vedado a un novelista latinoamericano: la suma de instancias históricas, la destrucción de Jerusalén por las regiones romanas de Tito y el holocausto de los judíos en los campos nazis”. A esta obra siguió No me preguntes cómo pasa el tiempo (1970), El principio del placer (1972), Irás y no volverás (1973), Islas a la deriva (1976), Desde entonces (1979), Tarde o temprano (1980) y Las batallas en el desierto (1981). Pacheco Berny también escribió Miro la tierra (poemas de 1983 a 1986), Los trabajos del mar y Fin de siglo y otros poemas (1984), Zona de desastre (1986), Ciudad de la memoria (poemas de 1986 a 1989),  Tarde de agosto (1992), El silencio de la luna (1996), La arena errante (1999), Siglo pasado (2000), Como la lluvia y La edad de las tinieblas (2009). La labor de divulgación cultural de Pacheco comenzó en 1957, en plena adolescencia y con publicaciones estudiantiles entre las que destaca Medio Siglo. Fue asiduo colaborador de Estaciones, revista en la que inicia dos actividades de su incesante quehacer literario: el trabajo de redacción editorial y la escritura de notas culturales. Su primera participación en una sección literaria fue “Simpatías y diferencias” en Revista de la Universidad de México cuando aún no cumplía los 21 años, la cual inicia su participación en una larga e ininterrumpida serie de columnas culturales semanales: El minutero, Calendario e Inventario (publicada en la revista Proceso), tarea por la que fue reconocido con el Premio Nacional de Periodismo en 1980. Realizó colaboraciones periodísticas en NovedadesRevista Mexicana de LiteraturaDiálogosEl Heraldo de MéxicoPluralVuelta, Letras Libres, entre otras. Fue editor del programa “Entre libros” de radio UNAM; director de la Biblioteca del Estudiante Universitario; redactor del noticiero cultural “Cine-Verdad”; secretario de redacción de México en la Cultura del periódico Novedades y colaborador de la Revista de la Universidad de México e investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia. También docente en la Casa de Lago y el Centro Universitario de Teatro de la UNAM y profesor visitante en universidades de Estados Unidos, Canadá y Reino Unido que le permitieron obtener el título de Distinguished Profesor Emeritus otorgado por la Universidad de Maryland. Destacó por sus traducciones a diversos personajes sobresalientes en las letras: Samuel Beckett y su obra Cómo esDe profundis de Oscar Wilde; Un tranvía llamado deseo, de Tennesee Williams; Cuatro cuartetos de T. S. Eliot y Vidas imaginarias de Marcel Schwob. Entre los numerosos premios y distinciones que ha merecido por su obra se encuentran: el Premio Magda Donato (1967) por su novela Morirás lejos, el Premio Nacional de Poesía Aguascalientes (1969) por su poemario No me preguntes cómo pasa el tiempo, el Premio Xavier Villaurrutia (1973) por El principio del placer. Obtuvo el Ariel compartido con Arturo Ripstein a la mejor historia original y adaptación cinematográfica con El castillo de la pureza (1973) y por el guión de la cinta El santo oficio (1975). El Premio Nacional de Periodismo en el área de Divulgación cultural (1980), el Premio a la mejor traducción de la Sociedad de Críticos Teatrales por Un tranvía llamado deseo de Tennessee Williams (1984), el Premio Malcolm Lowry por su trayectoria en el campo del Ensayo literario (1991), el Premio Nacional de Ciencias y Artes en el campo de  Lingüística y Literatura (1992), el Premio Fernando Benítez en periodismo cultural (1995). También ha sido reconocido con el primer Premio Iberoamericano de Letras José Donoso otorgado por la Universidad de Talca, Chile  (2001), el Premio Internacional Octavio Paz de Poesía y Ensayo (2003), el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (2004), La Academia Mexicana de la Lengua lo nombró Académico Honorario (2006). El Instituto Nacional de Bellas Artes, por medio de la Coordinación Nacional de Literatura, le rindió un homenaje con motivo del 70 aniversario de su natalicio y le fue otorgada la Medalla de Bellas Artes (2009) y ese mismo año recibió el Premio Cervantes de Literatura y el Premio Reina de Sofía de Poesía Iberoamericana y la Medalla 1808 otorgada por el Gobierno del Distrito Federal. En 2010 en el marco de la sesión del 13 de octubre de 2010, la Asamblea Legislativa del Distrito Federal le otorgó la Medalla de Oro al Mérito Artístico y también la UNAM lo distinguió con el Doctorado Honoris Causa por ser figura central de la poesía en español de los últimos 50 años, además de recibir el Premio Miguel de Cervantes por enriquecer el legado literario en lengua española. En 2011 El Colegio de México le otorgó el Premio Alfonso Reyes creado por esa institución.

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