INAH. Una historia

martes, 11 de febrero de 2014 · 20:14
MÉXICO, D.F. (apro).- Cuando el presidente Lázaro Cárdenas pensó en la necesidad de crear una institución para conservar mejor los monumentos nacionales, consideró también indispensable el estudio de los grupos indígenas. Así, presentó una iniciativa de ley el 31 de diciembre de 1938 que fue finalmente promulgada el 3 de febrero de 1939, con la creación del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). Sus propósitos esenciales:
--Exploración de las zonas arqueológicas del país. --Vigilancia, conservación y restauración de monumentos arqueológicos, históricos y artísticos. --Realización de investigaciones científicas y artísticas de interés para la arqueología y la historia, así como antropológicas y etnográficas, principalmente de la población indígena del país. --Publicación de obras relacionadas con esas materias, y lo que la ley le confiere.
Así lo refiere el desaparecido investigador Julio César Olivé Negrete, en la vasta obra INAH. Una historia, realizado entre 1987 y 1988, cuando dirigía la institución el historiador Enrique Florescano. La edición, que consta de tres volúmenes, se publicó en el marco del cincuenta aniversario del INAH celebrado en 1989. En su realización participaron Olivé Negrete y el antropólogo Augusto Urteaga Castro-Pozo, como coordinadores, además las antropólogas Beatriz Quintanar Hinojosa, Silvana Fortí y Delia Pérez, entre otros. Los textos están escritos por investigadores como el desaparecido Gabriel Moedano Navarro, Carlos San Juan, Gloria Artís, Sergio Arturo Montero Alarcón y Jaime Bali, por citar algunos. En el año 2003, durante la primera gestión del etnólogo Sergio Raúl Arroyo, se hizo una tercera edición coordinada por el propio Olivé Negrete y el antropólogo y especialista en legislación cultural y del patrimonio Bolfy Cottom. En las primeras páginas del libro, Olivé señala que se ha convertido en “un instrumento de consulta necesario para funcionarios y trabajadores del INAH, así como para todas las personas que solicitan los servicios de la institución o se interesan por su trabajo”. Ahora que el INAH celebró su 75 años el pasado 3 de febrero vale la pena tenerlo presente pues no sólo aborda la historia del instituto. Se remite a los antecedentes en México en el tema de la conservación del patrimonio, desde la época colonial, cuando se estableció que los edificios prehispánicos, santuarios, adoratorios, tumbas y objetos pertenecían a la Real Propiedad, y la creación durante el periodo de la independencia del Museo Nacional Mexicano. Luego, se narra la fundación del INAH en el gobierno de Cárdenas, desde el año 1938 hasta 1986 cuando se reformó su Ley Orgánica. Se habla de su organización, las instancias que la componen, entre ellas las áreas de conservación, restauración, museos, etnohistoria y la Escuela Nacional de Antropología y el funcionamiento de cada una. También cómo se incluyó en sus funciones la protección de las artes populares mediante un convenio con el ahora desaparecido Instituto Nacional Indigenista, y quiénes fueron sus fundadores, entre ellos, Alfonso Caso el descubridor de la tumba siete en Monte Albán. Se trata realmente de una detallada radiografía en la cual se logra obtener información de quiénes han dirigido la institución, de cuáles son los museos a cargo del INAH en todo el país, y además cuántos existen, de acuerdo con el tipo de colección: arqueológica, histórica, histórico-arqueológica, histórico-arqueológico-etnográfica, arqueológico-etnográfica y hasta de reproducciones. Cabe aclarar que no es una obra exclusiva para historiadores, arqueólogos, etnólogos y demás especialistas relacionados con el INAH, porque el público en general encontrará información al detallarse los servicios que ofrece: permisos y licencias para realizar obras en zonas de monumentos; para realizar reproducciones de bienes arqueológicos o históricos; visitas a museos, monumentos y zonas arqueológicos e históricos; consultas en bibliotecas, fonotecas y archivos documentales; docencia en niveles técnico, licenciatura y maestría, entre otros. Por ejemplo, vienen listados sobre los museos, su perfil y contenido, por entidad federativa, y un anexo con los formularios que los ciudadanos deberán llevar para tramitar licencias, y la explicación de cómo se hacen esos procedimientos.

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