MÉXICO, D.F. (apro).- El gobernador del Banco de México (Banxico), Agustín Carstens, no pudo echar las campanas al vuelo ante los índices de inflación registrados en los primeros meses del año. Luego de la entrada en vigor de la reforma hacendaria, la cual elevó la tasa impositiva en la frontera norte, incrementó la tasa del Impuesto Sobre la Renta (ISR) y creó nuevos gravámenes a los productos chatarras, así como a los refrescos, provocando que la inflación se disparara a niveles superiores de 4%, el gobernador del banco central soltó: “Aun con los innegables avances logrados en el control de la inflación, no estamos totalmente satisfechos con lo alcanzado… Falta consolidar la meta permanente de una inflación de 3% con un intervalo de variación de un punto (porcentual)”. Luego de la inauguración de la exposición “De a peso el kilo”, que estará en el Museo Interactivo de Economía (MIDE), Carstens precisó que el repunte en la inflación general ha sido temporal y causado por el incremento en el precio de transporte público en las tres mayores ciudades del país, a finales de 2013, y la entrada en vigor este año de nuevas cargas tributarias. Sin embargo, aseguró que “la junta de gobierno permanecerá vigilante para atacar cualquier efecto de contagio de otros precios o cualquier presión sobre los precios provenientes de la demanda que nos aleje de nuestra meta permanente”. El exsecretario de Hacienda y Crédito Público precisó que la inflación subyacente, que mide la evolución de los precios sin considerar los productos de mayor volatilidad –como los agrícolas y energéticos– se sitúa actualmente en 2.98%, ligeramente debajo de la meta del banco central para la inflación general. Por lo pronto, la inflación continúa por arriba del rango propuesto por el Banco de México para el 2014, que es de 3% (+/- un punto porcentual). En febrero el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC) fue de 4.23% anual, ante el elevado precio del limón.