MÉXICO, D.F. (apro).- El Vaticano acaba de nombrar a un “asistente” especial, cuyo nombre aún no se da a conocer, para vigilar la nueva etapa en la vida de los Legionarios de Cristo, congregación que sigue bajo vigilancia a raíz de los escándalos de pederastia de su fundador, Marcial Maciel.
El actual superior general de la Legión, el sacerdote mexicano Eduardo Robles-Gil, señaló que la identidad del “asistente” la dará a conocer el Vaticano muy probablemente el próximo 3 de julio.
“Todavía no sabemos quién es”, dijo.
Por lo pronto, agregó, ya se tiene la certeza de que será un asistente, pues anteriormente “no teníamos una idea clara de cómo se iba a concretar tal acompañamiento”.
Y precisó que será un “asistente externo”, ya que el gobierno de los Legionarios de Cristo es autónomo.
Sin embargo, la designación de un asistente para que vigile a la Legión confirma que el Vaticano sigue viendo con recelo el proceso de reforma interna de los Legionarios de Cristo.
Hace cuatro años, el Papa Benedicto XVI designó al cardenal Velasio de Paolis como “delegado pontificio” para que se hiciera cargo de la reestructuración de la Legión; el objetivo era acabar con la estructura institucional que permitió y solapó los abusos sexuales de Marcial Maciel.
El trabajo del delegado pontificio concluyó con la realización del llamado Capítulo General de los Legionarios, mediante el cual se nombró una nueva directiva.
Ahora el nuevo Papa, Jorge Bergoglio, seguirá vigilando a esta congregación religiosa a través de este “asistente” especial.
En medio de estos cambios, ha ido empeorando la salud de Álvaro Corcuera, el anterior superior general de los Legionarios y quien fuera brazo derecho de Marcial Maciel.
Hace unos días, los análisis médicos confirmaron que el tumor cerebral de Corcuera ha vuelto a aparecer. Y éste escribió un mensaje a los miembros de la Legión diciéndoles que ya no hay remedio para su mal y que “sólo es posible recurrir a cuidados paliativos”.
Agregó: “Soy consciente de acercarme a la meta final de la vida y les pido que me encomienden en sus oraciones”.