Veracruz: tierra fértil para el crimen organizado

martes, 14 de octubre de 2014 · 14:00
XALAPA, Ver. (apro).- El crimen organizado ha encontrado en esta entidad tierra fértil para sus actividades: En lo que va de la administración de Javier Duarte, las fuerzas armadas han desmantelado tres campos de adiestramientos de Los Zetas y encontrado ocho cementerios clandestinos. La primera escuela zeta fue descubierta en el municipio de Carrillo Puerto en noviembre del 2012. En ese entonces, elementos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) descubrieron que el rancho “San Francisco” y/o “La Leona”, ubicado por las montañas de Cotaxtla, operaba como centro de capacitación de esa organización delictiva. En el operativo, los militares decomisaron 22 armas largas, cartuchos de diversos calibres, miles de municiones, cientos de cargadores, lanzagranadas, cuatro camionetas y uniformes especiales para camuflaje en la maleza. En una parte del predio, los Zetas instalaron su propio campo de tiro y contaban además con tecnología de punta para rastrear y grabar llamadas telefónicas. No hubo detenidos en esa ocasión. El segundo narco-rancho fue encontrado el pasado 1 de septiembre en cumbres de Acultzingo, en la carretera federal que conduce de Orizaba a Tehuacán, Puebla. De lo que se halló en este sitio no se dio mayor información ni tampoco se habló de detenidos. Este sitio se encuentra en la congregación de Sierra de Agua, escondido entre frondosos árboles, viviendas rurales y tierras de cultivo de girasoles, entre otras plantas ornamentales. En esa población no hay más de mil habitantes, 15% de los cuales sólo hablan el náhuatl. Este sitio era utilizado para adiestrar a jóvenes y policías que trabajaban para los zetas. El tercer centro de adiestramiento se desmanteló días después, el 23 de septiembre en el rancho San Pedro. El hallazgo de esa escuela zeta fue fortuito, luego de que una camioneta de lujo con reporte de robo se atascó entre el lodo en medio de la selva de Tihuatlán. Esto despertó la sospecha de elementos del Ejército y de la SSP que al momento de indagar descubrieron el centro de adiestramiento en el norte de la entidad. Al dar parte a sus superiores se armó un operativo que dejó un saldo de cinco presuntos sicarios muertos, dos heridos y 14 detenidos. Una fuente militar reveló que la mayoría de las personas que vivían en ese rancho tenían un promedio de edad de 17 a 24 años. En el parte militar, los detenidos revelaron que en ese lugar los enseñaban a cavar fosas clandestinas sin dejar huellas, a “tablear” a sus víctimas, a disparar, a torturar y a matar. [gallery type="rectangular" ids="384719,384718"] “Rancho San Pedro” Enfrente de la escuela primaria “Leona Vicario”, sobre una angosta privada de viviendas de madera y cubierto por frondosos árboles, se encuentra el rancho “San Pedro”, el centro de adiestramiento Zeta de las montañas de esta entidad. Este reportero recorrió el rancho 24 horas después de que fuerzas federales detuvieron a 31 personas y abatieron a tres más. La casa principal no tiene sellos de clausura ni tampoco está bajo la vigilancia de la policía. La entrada al recinto es por demás lúgubre. En la fecha de la visita, en el lugar todavía había huellas de la refriega entre fuerzas castrenses y delincuentes. Zapatos y ropa con manchas de sangre, maleza aplanada por la caída de cuerpos, así como sillas y otros accesorios en el suelo en completo desorden. Dentro del rancho hay tres inmuebles: Una vivienda azul de tres piezas con ventanas polarizadas y una puerta de fina madera, sobre su pared lateral, una leyenda en letras negras presume el nombre del terreno. Además, un inmueble en obra negra, con una fosa séptica en condiciones insalubres que era utilizado como celda de castigo o para el resguardo de personas secuestradas. El parte policial estatal indica que ahí fue “encontrada” una persona “esposada” y “vendada” del rostro. Su identidad no fue dada a conocer. La otra edificación es un enorme galerón, recubierto con una malla ciclónica y alambre de púas. En ese sitios e encontraban las armas que fueron aseguradas por fuerzas castrenses. Al final de la edificación azul hay una pila de lavaderos y en la parte trasera, otros insumos para el adiestramiento. El reportero y sus acompañantes intentaron avanzar, pero un sujeto frenó su marcha al gritarles “¿a quién buscan?, ¿a quién buscan?, aquí ya no hay nada, ya no hay nada…váyanse”. Vecinos de Sierra de Agua, ubicada a 4 kilómetros de la cabecera municipal detallan que la tarde del lunes 23 de septiembre, ese rancho fue sitiado por fuerzas federales y estatales. “Sólo veíamos como sacaban un montón de detenidos”, relata una señora. “Estuvo bien grueso”, agrega otra. [gallery type="rectangular" ids="384722,384721"] La reyerta Previo al operativo de inteligencia militar del pasado 1 de septiembre, fuerzas federales descubrieron a un ‘estaca’ comprando “abundante” comida en varios restaurantes ubicados a orilla de la carretera y cuidados de cerca “al parecer” por policías municipales de Acultzingo. “Al aproximarse a la casa en la que ingreso el sujeto, fuimos agredidos… respondiendo la agresión, en el lugar fueron abatidos 3 delincuentes, de los cuales 2 quedaron en la parte de afuera de la casa (sic) y el tercero en el interior. Se aseguraron dos armas de fuego, un R15 y una pistola tipo escuadra, así como dos armas de gotcha tipo fusil. En el interior de la casa se encontraron 33 personas quienes manifiestan que están realizando adiestramiento para ser estacas de “Los Zetas” y una persona más de la cual se encontraba esposada y vendada del rostro”, consigna el parte oficial de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) entregado a esta agencia. Luego de la reyerta, las autoridades federales recabaron evidencias de que excomandantes de las policías municipales de Acultzingo y Maltrata participan en el adiestramiento y las actividades ilícitas de la organización delincuencial, consigna el documento interno de la SSP. En el listado que cotejó la PGR con la SSP y la PGJE ninguno de los detenidos aparece en la extensa lista de personas desaparecidas en Veracruz; en el caso de los tres 3 abatidos aún no han sido identificados. El pequeño palacio municipal de Acultzingo carece de vida, apenas unos 20 empleados municipales se encuentran presentes, de los cuales cuatro son policías. El alcalde, el perredista Salomón Cid tardó varios días en aparecer. “Está en una reunión, no se le puede interrumpir”, “tiene la agenda muy saturada…está entregando aulas”, “no creo que venga”, son los pretextos que su secretaria va agotando ante la insistencia del reportero. El síndico único, Candido Carrillo extiende la mano y levanta los ojos en señal de alerta. Lanzadas una, dos, tres preguntas, al final responde seguro: “La verdad es que estamos desinformados”. Añade: “Certezamente (sic) no sé lo que pasó ayer. Yo soy de una comunidad distinta y luego no me llega la información”, argumenta. La única autoridad municipal que aceptó hablar con reporteros fue Eduardo Contreras, enlace interinstitucional de la Policía Municipal de Acultzingo con la SSP, quien expuso que el aparatoso operativo del lunes pasado fue algo “totalmente nuevo” para la comunidad serrana. “En diversos rondines no habíamos avistado nada, es algo nuevo (para nosotros). Si tu vez, hoy todo continua igual, es un hecho aislado, los delitos que aquí más se presentan son las riñas, el robo a trenes (productos agrícolas y otros insumos que viajan en ferrocarriles) y los de faltas a la moral”, dice Contreras. El enlace aprovecha para quejarse de que ahora la policía de este ayuntamiento (apenas 16 elementos) son “presionados” y “hostigados” por autoridades federales y estatales para buscar vincularlos con el crimen. La comandancia policíaca de Acultzingo es una pequeña cuartería de dos mini piezas y apenas una letrina. Un día después del operativo federal, sólo cuatro policías se encontraban de guardia. Uno de ellos, lamenta que la corporación policíaca no tenga unidad (patrulla) para desplazarse, razón por la que, cuando acuden a algún llamado de auxilio, tienen que hacerlo en la camioneta de Protección Civil o en alguna de otro departamento municipal. [gallery type="rectangular" ids="384724"] Adiestrando jóvenes En el desmantelamiento del narco rancho de Tihuatlán, los propios militares se mostraron sorprendidos por la juventud de sus detenidos, revela una fuente. En un montículo, dentro del rancho, en medio de la maleza y bajo la sombra de un árbol, fueron sentados en tres filas, los 14 jóvenes detenidos. En su mayoría, morenos, escuálidos, con la mayoría de edad apenas librada en el rostro. Los cinco pistoleros que murieron en la refriega con las fuerzas militares, fueron acomodados en una camioneta blanca de servicios periciales, encimados, uno tras a otro, como si fueran reses. Los jóvenes abatidos, apuradamente sobrepasaban los 20 años. En el interior del rancho se aseguraron armas largas, cartuchos, armas cortas, tablas de castigo y capuchas, así como equipo táctico que era empleado para dar “clases” a los futuros sicarios. Durante sus primeros informes, los militares destacaron que “se encontraron incidíos de al menos dos fosas clandestinas”, pero al pasar las horas, y durante trabajo de búsqueda el miércoles, se descartó la presencia de cuerpos inhumados de manera ilegal. En el lugar fue asegurado también una camioneta Journey con reporte de robo. Las narcofosas Aparte de los narco-ranchos, el crimen organizado ha aprovechado las bondades de esta tierra para convertirla en un gran cementerio clandestino. En los casi cuatro años de la actual administración, las autoridades federales, estatales y municipales han exhumado más de 83 cadáveres, algunos de ellos decapitados, desmembrados y, torturados y con el tiro de gracia en la cabeza. La primera narcofosa fue hallada en febrero de 2012 en el rancho “La Poma Rosa”, municipio de Acayucan, de donde extrajeron 15 cuerpos; la segunda, en la congregación Frijol Colorado, en Perote, donde fueron hallados más de 15 cuerpos; en junio de ese mismo año se localizaron nueve cadáveres en tres narcofosas en una ranchería de Lerdo de Tejada. En 2013, las autoridades descubrieron siete cadáveres con huellas de tortura y perforaciones de bala en un baldío ubicado en Playa La Cava, en la zona costera de Antón Lizardo. Ya en este año, hallaron dos cuerpos en un terreno de Carlos A. Carrillo; 31 más en 12 fosas en el rancho “El Diamante” en Tres Valles; ocho en la localidad de Paraíso Novillero en Cosamaloapan, y los últimos tres 3 cadáveres y una cabeza humana sin tronco en un predio baldío, ubicado enfrente al rancho “Los Alacranes” en Agua Dulce.

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