Teatro Comedia fusiona dramaturgia y cómic en "Historia de amor"

domingo, 26 de octubre de 2014 · 15:33
GUANAJUATO, Gto. (proceso.com.mx).- En las últimas funciones del 42 Festival Internacional Cervantino, la compañía chilena Teatro Cinema presentó una de las obras de la trilogía experimental en la que incursiona en una mezcla de la dramaturgia con el séptimo arte, “Historia de amor”, dirigida por Juan Carlos Zagal. En ella, un acosador escribe y narra su historia de amor –o la versión desde su mirada patológica– a través de un cómic en un escenario teatral. El espectador contempla, desde la butaca del teatro, a dos seres de carne y hueso, el hombre que persigue y somete y la mujer aterrorizada que acaba cediendo su voluntad y su cuerpo, en medio de una utilería mínima y pantallas de cine que construyen escenario, drama, efectos visuales y sonoros característicos de una historieta. El drama, de por sí cotidiano y brutal, es exacerbado por los recursos cinematográficos y el formato del cómic, que le proporcionan una intensidad casi hasta el paroxismo, casi insoportable, a pesar o quizá por ser tan cotidiano y tan real. Desde la butaca, surge la inevitable inquietud de entender si se está ante un cómic complementado por un par de actores de carne y hueso, o si se está ante una representación teatral que usa (o abusa) de las capacidades tecnológicas visuales. El resultado es apreciado por la sincronía entre los actores y los efectos proyectados, y el efecto de thriller psicológico impuesto en la narración interpretada por el actor Julián Marras. La obra es una adaptación de la novela del mismo nombre escrita por Régis Jauffret (Marsella, 1955), un autor que ha escrito sobre varios casos reales de escándalo financiero y pasional, como el de Dominique Strauss-Khan (“La balada de la isla de Rikers”). Jauffret escribió “Historia de amor” en 1988, y la obra adaptada fue estrenada por la compañía chilena en mayo del año pasado, en el Teatro Universidad Católica, institución académica de cuya escuela de teatro son egresados el director Juan Carlos Zagal y Laura Pizarro, fundadores de Teatro Cinema. En la adaptación, los actores Julián Marras y Bernardita Montero asumen los papeles del profesor de inglés que conoce y se obsesiona con Sofía, una mujer a quien conoce en el metro y a quien persigue e invade hasta amedrentarla, secuestrarla y someterla en una aceptación ausente, asumiendo él en su locura acosadora que vive su historia de amor. El silencio de ella, la víctima, es interpretado por el hombre como la voluntad del amor. No hay un espacio de ella que no sea invadido por él. El miedo de ella la conduce a la abyección. Los escenarios –un metro en movimiento, las calles por donde él la sigue a ella, el auto, el departamento de ella, la tienda donde trabaja– son recreados mediante las pantallas y el diseño de una historieta, recursos a cargo de Vittorio Meschi, director de arte, y Montserrat Quezada, directora de multimedia y guionista, y en los que no pueden faltar la onomayopeta característica del cómic en el momento de un golpe, el arrancar de un automóvil, un portazo. Teatro Cinema es un colectivo teatral que en el 2005 comenzó un proyecto multidisciplinario, con el propósito de crear nuevos lenguajes entre el teatro y otros géneros. Para esta trilogía contó con el auspicio de instituciones internacionales como el Festival de Edimburgo y el Festival internacional de Nápoles, en Italia.  

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