Ébola: Entre el terror y la esperanza

viernes, 31 de octubre de 2014 · 21:54
LONDRES (apro).- “Las cifras de personas infectadas por el ébola se duplican o triplican cada semana. La mayor epidemia hasta ahora era de 500 infectados, pero en la actualidad hemos superado la marca de los 8 mil y sigue ascendiendo”, aseguró la doctora británica Luisa Baxter, médica de Salud Pública de Inglaterra y voluntaria de la organización humanitaria Save the Children. Ella sabe lo que dice: acaba de regresar de Sierra Leona y Liberia, luego de participar en tareas de emergencia en ambos países. Baxter ayudó a elaborar un documento de la ONG británica que ésta difundió el pasado 22 de octubre. Dicho documento concluye que la epidemia del ébola “es al mismo tiempo aterradora, aunque también esperanzadora”. “Es menos peligrosa porque sabemos que con jabón y cloro se puede matar al virus, y que con una infraestructura adecuada e información substancial al respecto podemos protegernos contra la enfermedad”, explicó la especialista. Sin embargo, el informe titulado La prevención es posible, aunque la gente está muriendo admitió que la crisis “es aterradora” porque miles de personas sin esas ventajas simples y básicas “están muriendo día tras día tras sufrir dolores horribles”. “Estamos hablando de una enfermedad altamente infecciosa y contra la cual aún no hay vacuna o antídoto desarrollado”, agregó. Baxter explicó que cada caso de persona infectada lleva a otros dos o tres casos nuevos, en un ciclo exponencial que de no ser frenado llevará a una catástrofe de características nunca antes vistas. “Pero estos no son sólo números estadísticos, sino que estamos hablando de personas, aisladas justamente en el momento de sus vidas que más vulnerables se sienten. La gente está muriendo sola. ¿Pueden imaginarse algo más terrible que esto?”, se preguntó la doctora. El informe del grupo humanitario, dado a conocer en Londres, también destacó que pacientes con otras enfermedades virales, entre ellos niños con dolencias como sarampión o varicela, evitan ahora ir a las clínicas u hospitales por miedo a contagiarse del ébola. Lo mismo ocurre con muchos empleados de la salud regionales que han evitado regresar a sus sitios de trabajo por miedo al contagio. Stephanie Roberts, otra médico voluntaria de Save the Children que viajó al oeste de África, explicó en el informe que la logística de vestir los trajes de protección y guantes de hule para tratar a pacientes con el virus “presenta muchos desafíos, muchos más de los imaginados por la población mundial”. “Es un proceso muy largo ponerse estos trajes y guantes, y los médicos tenemos que hacerlo sin apresuramientos, para asegurarnos que no haya espacios por donde pueda ingresar el virus”, destacó. Dichos trajes de protección, explicó Roberts, “calientan mucho y muy rápido el cuerpo”, dificultando las tareas de ayuda de los trabajadores sanitarios. “Una vez dentro de esos trajes de protección, es como estar en un pequeño sauna, y es difícil respirar con comodidad, menos aún moverse libremente”, añadió. La epidemia está causando además otros problemas, especialmente para los niños. “No hay alumnos en las escuelas. Nadie está yendo a clases ni dando exámenes. Los colegios de los países afectados siguen cerrados”, apuntó el director de operativos de emergencia de Save the Children, Gareth Owen, quien resaltó que el aislamiento de los menores también debe ser considerado por las autoridades a la hora de planear cómo enfrentar la crisis. El directivo británico destacó además que los voluntarios que están trabajando en los países afectados “son todos muy valientes”, ya que deben arriesgar sus vidas para salvar a otros. "Los trabajadores humanitarios aceptan el riesgo personal como parte de su labor, pero en este caso el sacrificio es incluso mucho mayor", señaló Owen. En ese sentido, el doctor Jeremy Farrar, del organismo científico Wellcome Trust –que financia una serie de pruebas innovadoras para desarrollar una vacuna y medicamentos contra el ébola–, sostuvo que la comunidad internacional ya está tomando acciones necesarias para reducir el creciente número de infectados. Para el experto, la epidemia del ébola en el oeste africano “habría llegado a su punto máximo y debería reducirse”. Farrar dijo que aún quedan varios meses difíciles por delante en materia epidemiológica. Sin embargo, “es posible ver la luz al final del túnel”. Explicó: “En los últimos días, la comunidad internacional ha comenzado a tomar las acciones necesarias para dar vuelta a esta crisis. El progreso logrado es preliminar e incierto. Incluso en el caso de ser exitoso no reducirá la mortalidad o detendrá la transmisión del virus por algún tiempo”. El directivo del Welcome Trust, entidad que tiene su sede en Londres, admitió también que por el momento la crisis del virus continuará, “aunque aumentan las esperanzas”. A finales de octubre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) confirmó que el número de casos de ébola en Liberia ha comenzado a declinar, y agregó que ya se reportaron menos entierros y un menor número de ingresados en hospitales. Sin embargo, reiteró que no debe presumirse que la epidemia “ha sido combatida por completo”. “Nos aterra que esta información que estamos dando sea malinterpretada”, explicó el doctor Bruce Aylward, asistente del director general del organismo a cargo de la respuesta contra el ébola. “Esto es como decir que un tigre que tenemos como mascota está bajo control. Estamos hablando de una enfermedad muy, muy peligrosa. Cualquier cambio en los operativos de transmisión podría resultar en muchas más muertes”, continuó. La OMS sostiene que lograr la erradicación de la enfermedad “involucrará un trabajo muy duro, incluyendo identificar todos los casos y rastrear a aquellos que hayan entrado en contacto con los enfermos”. “Sin ese esfuerzo, el ébola permanecerá a niveles bajos, pero de todos modos peligrosos”, subrayó. Aylward explicó que hasta el pasado 30 de octubre se habían identificado 13 mil 703 casos de personas infectadas, con al menos 5 mil muertos, aunque ese número podría subir dependiendo de la respuesta internacional. El organismo sostiene que muchos casos de muertos no han sido registrados oficialmente y que el índice de mortalidad por el ébola es de 70%, aunque tal porcentaje puede disminuir cuando los pacientes son atendidos en clínicas y hospitales El Wellcome Trust había anunciado recientemente que estaba financiando los primeros experimentos en humanos de la vacuna contra el ébola, que podría ser sometida a pruebas en trabajadoras de la salud y empleados de funerarias en el oeste de África a partir de diciembre, junto con otras dos vacunas. La vacuna que financia el Wellcome Trust, llamada rVSV-EBOV, fue desarrollada por la Agencia de Salud Pública de Canadá. Hasta ahora sólo fue probada en monos, pero con la esperanza de que sea efectiva en humanos. Unas 800 de esas vacunas han sido donadas por el gobierno canadiense a los países afectados. Las pruebas de seguridad, en las que aquellas personas que no están en riesgo de contagiarse del ébola son vacunadas para garantizar que no sufran efectos secundarios serios, comenzarán en Alemania, Suiza, Gabón y Kenia. El Wellcome Trust donó unos 5 millones de dólares para que se establezca una base de datos al respecto, la cual quedará a cargo de la OMS. Los expertos de la entidad británica calificaron la vacuna VSV como una de las más prometedoras entre aquellas que fueron sometidas a prueba. Existen otras dos vacunas cuyas pruebas están en una etapa más avanzada. Una es producida por la farmacéutica británica GlaxoSmithKline y la segunda por la estadunidense Johnson & Johnson. Ambas serán probadas en el oeste de África a partir de diciembre. De acuerdo con Farrar, la esperanza para una conclusión positiva de la epidemia resta en tres puntos. "El primer avance se ha logrado a partir de un cambio en la actitud de los países ricos, que tomaron este tema con mayor urgencia. Estas naciones están comenzando a destinar recursos y personal a la escala requerida", destacó el inglés. La Unión Europea ha duplicado ahora su financiamiento a mil millones de euros para enfrentar la enfermedad. También ha fluido financiamiento sustancial de Estados Unidos y Gran Bretaña. Ello "significa que el dinero no debería ser un problema”, comentó Farrar. Explicó además que la OMS, que inicialmente había sido lenta a la hora de responder a la crisis, está mostrando un fuerte liderazgo. "Finamente y más importante aún es que el desarrollo de las vacunas ha acelerado su velocidad. Una vacuna efectiva y segura transformará la situación". Sin embargo, advirtió que los esfuerzos deben continuar para obtenerse los resultados deseados. "Este proceso no debe bajar su velocidad e ímpetu. La diplomacia constructiva de los últimos días no ha salvado ninguna vida, ni protegió a nadie de la infección. La curva exponencial de la epidemia significa que empeorará antes de mejorar. Aún no hemos comenzado a controlar el ébola, y las nuevas intervenciones podrían fallar. Pero si el mundo cumple con sus promesas, podríamos lograr dar la vuelta a la enfermedad", concluyó.

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