"Whiplash": El sacrificio de la genialidad

martes, 10 de marzo de 2015 · 15:12
MÉXICO, D.F. (apro).- Llegar a la cima cuesta… eso lo sabemos todos, pero ¿qué estamos dispuestos a hacer o a vivir por alcanzar nuestra meta, por convertirnos en los mejores de aquello que hemos elegido como carrera? La cinta dirigida por Damien Chazelle parte de lo anterior para contarnos la historia de un joven baterista llamado Andrew (Miles Teller), que aspira a convertirse en uno de los mejores jazzistas. Así pues, Andrew entra a la mejor escuela de música de Estados Unidos, donde para su suerte se topa con el maestro Fletcher (el ganador del Oscar al Mejor actor de reparto, J. K. Simmons), un sujeto duro, obsesivo y perfeccionista, quien prácticamente le dará de latigazos para convertirlo en uno de los mejores. Al menos esa es la promesa implícita en la mente de Andrew. Andrew entra al juego de Fletcher y piensa que si se esfuerza lo suficiente, si se esmera por complacer a su maestro… por ganar su aprobación es probable que se convierta en el mejor. Además, está dispuesto a dejar todo por la música, sin importarle si al final sus manos “suden sangre”, sin importar que al final de sus días se quede solo, sin familia y sin amigos. ¿Andrew podrá ganar alguna vez? Whiplash contrapone dos visiones de éxito: La historia del genio autodestructivo a quien el mundo recuerda pero cuya vida termina siendo una miseria --como la de muchos genios artísticos--, o la historia del “hombre común” --el caso del padre de Andrew, un maestro de escuela--, con un trabajo que puede ser considerarlo mediocre pero que es capaz de formar una familia y tener una vida tranquila en los suburbios. ¿Hay un punto medio para alcanzar el éxito? ¿Siempre es todo o nada? ¿Sin dolor y sufrimiento no hay grandeza? Esas son algunas de las preguntas que nos hacemos a través de la historia de Andrew, quien deberá luchar por encontrar el equilibrio en la vida que ha elegido. La cinta de Chazelle es cardiaca, trepidante… Andrew nos contagia su frustración y hambre de triunfo a ritmo de jazz, un ritmo que de pronto se acelera de manera brutal, amenazando con provocar que explote nuestro corazón. ¿Valió la pena el esfuerzo de Andrew? Para un servidor sí, pero eso es algo que cada quien deberá sopesar.

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