Gran Bretaña: El contagio de la eurofobia

viernes, 15 de mayo de 2015 · 22:32
LONDRES (apro).- La sorpresiva victoria de los conservadores en las elecciones generales británicas del pasado 7 de mayo pusieron nuevamente en la agenda política el tema de la pertenencia de Gran Bretaña a la Unión Europea (UE), el talón de Aquiles del nuevo primer ministro David Cameron. Luego de obtener una escasa mayoría de votos, y con 331 parlamentarios en la Cámara de los Comunes, Cameron tiene previsto convocar a un referéndum para 2016, un año antes que lo prometido con el propósito de evitar una superposición con las elecciones en Francia y Alemania de 2017. El flamante jefe del gobierno indicó que cuenta con el mandato necesario por parte del electorado británico para renegociar los términos de la membresía de Gran Bretaña en la UE. Ante el avance de grupos euro-escépticos como el Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP) y un creciente descontento de los británicos con la “burocracia” de Bruselas, Cameron prometió que si ganaba las elecciones con mayoría suficiente para formar un gobierno en solitario, convocaría al referéndum. El gobierno tiene previsto incluir en el llamado Discurso de la Reina del 27 de mayo, cuando la monarca Isabel II anuncie en la apertura de las sesiones parlamentarias el proyecto gubernamental, un borrador de ley para aprobar el referéndum sobre la membresía británica en la UE. El proyecto legislativo incluirá un apartado que permitirá al primer ministro optar por convocar el referéndum para el próximo año o al siguiente, de acuerdo con las condiciones políticas del momento. El gobierno conservador considera que hay factores claves que podrían acelerar el cronograma para la votación en 2016. Una presentación adelantada de la ley y la sorpresiva mayoría de los “tories” (conservadores) en las elecciones, implican que el borrador podría convertirse en ley para el final del año si no es objetada en la Cámara de los Lores. Euro-escépticos Para que Gran Bretaña mantenga su membresía en la UE, la administración de Cameron busca renegociar con Bruselas cuatro áreas claves: 1) Dar al Reino Unido la posibilidad de quedar fuera de un proyecto de mayor integración en el bloque, 2) Otorgar garantías a Londres acerca de que modificaciones en el mercado comunitario no serán impuestas a miembros que no pertenezcan a la eurozona, 3) Reforzar los controles para el acceso a subsidios de desempleo por parte de inmigrantes europeos y 4) Dar mayores poderes a los Parlamentos nacionales para que puedan bloquear leyes europeas en caso de que lo consideren necesario. El gobierno británico rechaza el pedido de países como Eslovaquia, Hungría y Polonia para permitir el libre movimiento de sus ciudadanos y está a favor de imponer mayores restricciones para que esos inmigrantes puedan viajar libremente al Reino Unido. Gran Bretaña también se opone a un pedido de la UE para que todos los países del bloque reciban cierta cantidad de inmigrantes al año, la llamada “cuota inmigratoria”. En su primera entrevista con la prensa después de ganar los comicios generales del 7 de mayo, Cameron dijo que la principal prioridad de su gobierno “será renegociar la membresía británica en la UE”. “Vamos a empezar con eso muy pronto. Ya he hablado telefónicamente con mandatarios europeos al respecto y estoy confiado en que lograremos el resultado adecuado”, subrayó el primer ministro al Channel 4 de Londres. Sin embargo, varios parlamentarios euro-escépticos, que prometieron poner presión al primer ministro sobre el tema, expresaron preocupación. El conservador Peter Bone sostuvo que en las negociaciones con los gobernantes europeos “Cameron no logrará conseguir lo que prometió”. “Eso se deberá a los burócratas europeos. Ellos viven en un planeta distinto. Nosotros vamos a hacer campaña para que Gran Bretaña quede fuera del Súper-estado europeo. Veremos lo que deciden los británicos en el voto”, advirtió el legislador oficialista. Por su parte, David Davis, un exministro conservador y otro de los parlamentarios euro-escépticos que puso el tema de Europa sobre el tapete, consideró que a pesar de la creciente preocupación de los diputados “tories” no habrá una revuelta contra el primer ministro al respecto como había ocurrido en los años noventa. “Es central que consigamos la renegociación de los términos de nuestra membresía europea, de otro modo votaremos para salir del bloque”, agregó enérgico. El diario The Independent apuntó cinco razones por las que Gran Bretaña “se está encaminando como un sonámbulo y sin quererlo” a la salida de la UE. Esas razones incluyen la creciente preocupación de los empresarios por la inestabilidad e incertidumbre en el país durante el tiempo de espera antes del referéndum; la negativa de varios países de Europa para acepar cambios en la relación de Londres-Bruselas (especialmente en materia de comercio e inmigración), y la decisión de Cameron de nombrar a David Liddington como ministro británico para Europa, un reformista muy a favor del diálogo con los países del bloque para obtener más garantías a favor de Gran Bretaña. Entrevistado por Apro, Stephen Booth, director de investigaciones del influyente think-tankOpen Europe, declaró desde Londres que el Reino Unido sólo seguirá dentro de la UE si el bloque logra reformarse y consigue convencer a los británicos de que no puede seguir funcionando con el status quo. Booth, que es un experto en temas de regulación europea, justicia y asuntos internos, y ganador del premio Jean Monnet por estudios europeos, consideró además que Cameron priorizará durante su mandato la renegociación de poderes con Bruselas, antes de convocar a un referéndum en 2017 por la membresía británica en la UE. --¿Cuál es la lectura que hace de las elecciones generales británicas tras la victoria de los conservadores y cómo cree que afectará esto en relación con la Unión Europea? --No hay duda alguna de que habrá un referéndum en el Reino Unido en los próximos dos años, y que David Cameron y su equipo tratarán de renegociar en Europa ciertos cambios acerca de la forma en que la UE funciona, temas como el acceso al Estado de Bienestar, a los subsidios, cuestiones de inmigración, el interés de miembros que no pertenecen a la UE con respecto a Europa, más control a los Parlamentos nacionales, más transparencia y control en el mercado común y en el sector de servicios, esas son las prioridades que buscará renegociar Cameron --afirma Booth. --El anterior gobierno británico estaba formado por los conservadores y los pro-europeístas liberales democráticos, estos últimos mantenían cierto balance de poder en cuanto a la relación de Gran Bretaña con Europa. ¿Cree que ese balance se romperá tras la victoria de los “tories” que ahora gobiernan en solitario? --Es difícil de decir. Considero que el tema de Europa siempre fue un asunto que se iba a discutir después de las elecciones. Lo que fue interesante durante la campaña electoral es que todos los partidos se mostraron de acuerdo en la necesidad y consenso por una mayor reforma en Europa, en cuanto a darle más poderes a los Parlamentos nacionales, garantías para Estados miembros no europeos, inmigración y acceso a subsidios públicos. Todos los partidos estaban de acuerdo en que se necesitaban reformas (…) Y no creo que Cameron haya sido el único político que pensara de esta forma. “Ahora él ha prometido un cronograma para convocar a un referéndum, que incluirá la renegociación con Bruselas de estos asuntos. Esto hará que la cuestión se vuelva mucho más urgente, y por ende se tratará en esta sesión parlamentaria. Existe ahora un consenso dentro de todo el espectro político británico acerca de que el status quo en Europa no es aceptable ni viable a largo plazo, y que necesita cambiar. Para que Gran Bretaña siga siendo miembro de la UE a largo plazo, la población debe sentir que hay cambios y reformas. Esa es la estrategia de este nuevo gobierno. No sólo cambiar la relación del Reino Unido con la UE, sino Europa en su conjunto. De esa forma Gran Bretaña estará más cómoda dentro del bloque comunitario --¿Qué ocurrirá si el gobierno de Cameron no consigue lo que busca en la renegociación de poderes con Bruselas? ¿Cuán probable es que el electorado británico diga ‘No’ en un referéndum por la membresía de Gran Bretaña en la UE? --No lo sabemos. Los sondeos están mostrando una mayoría de británicos a favor de seguir dentro de la UE. Pero esas cifras pueden cambiar durante la campaña previa al referéndum. El tema que hay que recordar es que la reforma dentro de la UE es pedida no sólo por el mundo político, sino también por el sector empresarial y por el público en general. Las reformas son un aspecto clave en toda esta ecuación y sin reformas, el referéndum será muy ajustado. “Sacudida” A Booth se le comenta que uno de los aspectos más notables de las elecciones generales en Gran Bretaña es que, a pesar de no haber conseguido más que una banca en el Parlamento, el xenófobo anti-inmigrante y anti-europeo Partido por la Independencia del Reino Unido (UKIP) obtuvo 3.8 millones de votos. --¿Qué lectura política puede hacer al respecto? --Es un tema mucho más amplio que el de Europa el voto británico al UKIP. Obviamente hubo una sacudida en la política británica. No podemos olvidar la cuestión independentista de Escocia. Hubo muchos temas que se incluyeron en el debate. Pero con respecto a Europa, está claro que muchos británicos quieren un cambio en la relación con la UE. Todos los sondeos sugieren esto, y es algo que todo partido tendrá que lidiar. Cameron quiere hacer de esto una prioridad, tratar de resolverlo y lograr que Gran Bretaña esté más cómoda dentro de la UE a largo plazo. Esto es útil. Habrá incertidumbres a corto plazo, especialmente entre los partidos europeos, pero a largo plazo, será difícil evitar algún tipo de discusión al respecto. Booth recuerda que “el Reino Unido es un país con mucho peso dentro de la UE, pero no está dentro de la eurozona, y las presiones dentro de la eurozona para una mayor integración tendrán efectos dentro de la UE”. Comenta que “en algún momento tiene que haber un nuevo acuerdo sobre qué significa ser miembro de la UE, pero no del mercado común. Esto es algo que obviamente debe resolverse. El Reino Unido forzará el tema en el referéndum, y se discutirá en ambos lados del Canal de la Mancha. Si se logra una reforma es muy probable que el Reino Unido siga dentro de la UE”. --En el caso de que los británicos voten para salir de la Unión Europea, ¿Qué implicaciones podría tener para el futuro de Gran Bretaña? ¿Cómo podría repercutir en materia económica, política y social para el país? --Es un asunto muy complicado. Nosotros publicamos un reporte muy extenso previo a las elecciones generales británicas, que analizó las repercusiones económicas, políticas y legales en el caso de una separación británica de Europa. Todo dependerá de muchos factores, como por ejemplo, qué tipo de acuerdo se logra en el Reino Unido, qué decisiones tomaría Londres en política interna fuera de la UE, ¿Podría Gran Bretaña volverse un país más amigable y abierto al comercio internacional fuera de Europa? ¿O ocurriría lo opuesto? Estas cosas son muy importantes y no podemos subestimarlas en un mundo cada vez más globalizado. “Pero –añade-- si la salida de la UE significa más políticas proteccionistas, entonces creo que Gran Bretaña perderá mucho a largo plazo. Eso es lo que nuestro informe ha demostrado. Todo dependerá de muchos factores que por ahora no conocemos. En ese sentido pienso que ese es uno de los puntos flojos de la campaña anti-europea. Que no tienen una visión clara acerca de cómo debería funcionar el Reino Unido fuera de la UE. ¿Creen que debería ser como Noruega? o ¿Como ¿Suiza? ¿O tal vez como Hong Kong? No hay una visión clara al respecto y ahí están las inconsistencias de la campaña anti-europea. Por ahora hay muchas incertidumbres y será la tarea de Cameron tratar de aclararle estas dudas al electorado británico”, concluye.

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