Cumbre México-UE: Los derechos humanos, relegados

viernes, 12 de junio de 2015 · 23:23
Bruselas (apro).- La Declaración Conjunta de la Unión Europea (UE) y el gobierno de Enrique Peña Nieto, emitida este viernes 12, diluye la importancia que en el borrador del documento se le daba a los derechos humanos. Y no sólo eso: en la declaración final la prioridad de las discusiones cambió y ahora está centrada en la renegociación del Acuerdo Global. El énfasis en el compromiso por el respeto de los derechos humanos, el estado de derecho y la democracia, el cual aparecía en el borrador de la Declaración Conjunta, fechado el 1 de junio pasado, simplemente se diluyó en la versión final del 12 de junio. De acuerdo con la Declaración Conjunta divulgada tras la rueda de prensa de Peña Nieto y los presidentes del Consejo Europeo, Donald Tusk, y de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, el punto dos indica que la asociación bilateral está basada en esos “valores compartidos”. Ese mismo párrafo abría el borrador y volvía a aparecer con redacción distinta en tres ocasiones más a lo largo del texto. Sin embargo, esas referencias desaparecen en el documento definitivo. Por ejemplo, en el segundo párrafo del borrador se estipula que las discusiones entre México y la UE “se enfocaron en tres áreas esenciales que son de vital interés para nuestros ciudadanos”, y menciona, en primer lugar, “el reforzamiento de nuestra Asociación Estratégica y la modernización del Acuerdo Global, incluyendo nuestro empeño común en promover los derechos humanos y el estado de derecho…”. Sin embargo, ese punto fue eliminado de la nueva versión y sustituido por uno que expresa el deseo mutuo de comenzar la renegociación del acuerdo este año. En la rueda de prensa final de la cumbre, un corresponsal español preguntó acerca de la posición europea respecto al conflicto interno en Venezuela y, en segundo lugar, si las denuncias de organismos internacionales sobre las graves violaciones a los derechos humanos en México afectarían el desarrollo de la ampliación del tratado. Su cuestionamiento fue dirigido a Juncker y Tusk. Tusk respondió la pregunta referente a Venezuela. Afirmó que no había negociación posible en materia de respeto a los derechos humanos. Entonces volteó a ver a Juncker, pero como éste no reaccionaba, Tusk se le acercó un poco y le preguntó en voz baja si quería contestar la otra parte de la pregunta. Le recordó que se refería a la situación de los derechos humanos en México, pero Juncker movió la cabeza para decir que no. Como Tusk tampoco quiso opinar, le pasó la palabra a Peña Nieto. El presidente aseguró que el de los derechos humanos es un tema “de mayor prioridad” para su gobierno, y mencionó la implementación de nuevos mecanismos legales como la Ley General de Víctimas o el programa para la defensa de los derechos humanos, que, según él, mejora la protección de tales garantías a nivel de las dependencias gubernamentales. Persona non grata La visita del presidente Enrique Peña Nieto a esta capital europea transcurrió entre muestras de repudio de la comunidad mexicana de Bélgica y el desinterés en la cumbre de la Unión Europea (UE) con la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). El 10 de junio por la mañana, a unas horas de que el presidente aterrizara en el aeropuerto internacional de Bruselas, un grupo de más de 100 mexicanos y europeos se manifestó delante del hotel Sofitel Brussels Europe, donde el gobierno reservó 37 habitaciones para Peña Nieto y su comitiva por un costo cercano a un millón de pesos. Convocados por las organizaciones “Mexicanos en Bélgica” y el “Colectivo Belgicanos”, el descontento con el mandatario mexicano en Europa fue tal que gente viajó desde Luxemburgo y Alemania o de las ciudades belgas de Amberes, Lieja y Gante para unirse a la protesta. El 8 de junio, esas mismas agrupaciones y el Observatorio de Cooperación Internacional México-UE, otra organización de ciudadanos mexicanos, entregaron una carta a Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo; Federica Mogherini, Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores de Política de Seguridad, y Teresa Jiménez-Becerril, en la que declararon al presidente mexicano persona non grata. En un largo texto, los mexicanos aportan a los líderes europeos datos oficiales y de organismos internacionales que demuestran la dramática crisis de derechos humanos en el país. Concluyen que en México se violan los derechos humanos “a escala industrial” y preguntan a los destinatarios “si esos son los valores que quieren compartir con sus socios estratégicos”. La comunicación señala: “Contamos con ustedes, en su liderazgo moral en cuestiones humanitarias, para hablar con firmeza al presidente Peña Nieto y enfatizar que el respeto a los derechos humanos es una parte crucial en cualquier acuerdo con la UE”. Las mismas preocupaciones externaron 100 organizaciones no gubernamentales de México y Europa el pasado 11 de junio. En una carta fechada ese día, las ONG exhortaron a los Jefes de Estado presentes en la cumbre a “seguir exigiendo” al gobierno peñanietista la aparición de los estudiantes de Ayotzinapa y que se reconozca y sancione dicho delito como un crimen de lesa humanidad. Esas organizaciones, además, exigieron que se “reparen los impactos negativos” del acuerdo bilateral antes de que comience el proceso formal de su renegociación. Manuel Muñoz Rocha, investigador de la Red Mexicana de Acción frente al Libre Comercio, una de las organizaciones firmantes de la carta, señaló a Apro que en los últimos cinco años México ha acumulado un déficit superior de 100 mil millones de dólares en su comercio con la UE. Precisó que hay trasnacionales europeas que violan los derechos humanos de los mexicanos, como sucede con las compañías eólicas en Oaxaca, y muchas de sus inversiones se concentran en la compra de activos, como la adquisición de empresas y bancos, que no crean fuentes de empleo como presumen. El día de la cumbre bilateral, una plataforma de ONG europeas con sede en Bruselas, Iniciativa de Copenhague para América Central y México (CIFCA), emitió una declaración dirigida a los Jefes de Estado de la UE: “Esperamos que aprovechen este diálogo político, que es exclusivo de los socios estratégicos de la UE, para expresar su preocupación e indignación sobre la situación de violaciones de derechos humanos e impunidad (existente) en México”, señaló Susanna Daag, secretaria ejecutiva de CIFCA. La directiva enfatizó que la UE debe dar seguimiento a los compromisos acordados en el Diálogo de Alto Nivel de Derechos Humanos celebrado con el gobierno mexicano –el último de ellos el pasado 16 de abril--, pues de no hacerlo se convertiría en un “mecanismo aislado”. Presencia gris y retrasada México no figuró entre los temas de mayor interés de la cumbre, que fueron la situación en Venezuela, la recomposición de relaciones entre Estados Unidos y Cuba y el proceso de paz en Colombia. Fue también de relevancia que el presidente de ese país, José Manuel Santos, junto con su homólogo peruano, Ollanta Humala, hayan firmado un acuerdo que retira a sus ciudadanos la necesidad de pedir un visado para ingresar a la UE. El presidente Peña Nieto incluso se dio el lujo de llegar dos horas después del comienzo de la sesión inaugural. El secretario de Relaciones Exteriores, José Antonio Meade, tuvo que ocupar su lugar en la ceremonia de bienvenida a la entrada del edificio del Consejo Europeo, donde los Jefes de Estado latinoamericanos eran recibidos por Tusk y Juncker. El presidente mexicano también llegó con retraso de 20 minutos a la cumbre bilateral. Las actividades de la cumbre con Latinoamérica y México coincidieron con las tensas negociaciones que tienen lugar entre la UE y el gobierno de Atenas para evitar la quiebra de la economía griega. En las ruedas de prensa finales de las cumbres de la UE con Latinoamérica y con México, una de las tres preguntas que planteó la prensa fue relativa a Grecia. De hecho Juncker y Tusk se sentaron a negociar con el ministro griego de Economía, Alexis Tsipras, al término del primer día de trabajos de la cumbre con los latinoamericanos. Peña Nieto, por otro lado, tuvo poco contacto con los medios. A diferencia de otros mandatarios como el colombiano Juan Manuel Santos, la brasileña Dilma Rousseff , o el ecuatoriano Rafael Correa, el mexicano sólo concedió una entrevista a la agencia española EFE una vez terminada la cumbre UE-CELAC, y no en el edificio de la sede del Consejo Europeo, sino en un hotel del centro de la ciudad.

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