Gran Bretaña: El ejemplo mexicano contra la obesidad

viernes, 17 de julio de 2015 · 21:59
LONDRES, 17 de julio (apro).- La Asociación Médica Británica (BMA, en sus siglas en inglés), una de las instituciones de medicina más destacadas del Reino Unido, exhortó al gobierno de David Cameron que siga el ejemplo de México, e imponga un impuesto a las bebidas y alimentos azucarados para ayudar a combatir el creciente índice de obesidad y diabetes en el país. La institución pidió al gobierno británico que aplique una ley similar a la reforma hacendaria de México, en la que la administración de Enrique Peña Nieto acordó crear un impuesto especial de 5% a alimentos “chatarra” y un peso por litro a bebidas saborizadas con azúcares añadidas. Según un estudio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE),México es el segundo país con el mayor número de adultos con obesidad, por detrás de Estados Unidos, y el primero en sobrepeso infantil.Además, siete de cada diez mujeres y hombres adultos mexicanos sufren sobrepeso, mientras que la proporción es superior a 30% en el grupo de edad de 12 a 19 años, y de 29 % en los niños y niñas de 5 a 11 años. En México, la diabetes es la principal causa de muerte, ocasionando 17.2% de los decesos. Datos oficiales indican que cada hora son diagnosticados 38 nuevos casos y cada dos fallecen cinco personas por complicaciones relacionadas con la enfermedad. En el caso de Gran Bretaña, la mala alimentación, principalmente por el consumo excesivo de azúcar en los alimentos y bebidas, está provocando al menos 70 mil muertes prematuras al año, con millones de dólares de gastos para el Servicio Nacional de Salud pública. Tras la mayor investigación sobre mala alimentación de británicos, la BMA concluyó que el cada vez mayor consumo de bebidas gaseosas azucaradas entre los jóvenes contribuye significativamente a un aumento en los problemas de salud como la obesidad y la diabetes tipo 2. En su reporte de 112 páginas, titulado “Algo para reflexionar”, la organización médica advierte que una lata promedio de bebida gaseosa azucarada de 330 mililitros contiene hasta nueve cucharadas de azúcar “que son sólo calorías vacías y no aportan nada bueno al organismo”. El documento destacó que sólo 10% de los niños y 7% de las niñas de entre 11 y 18 años, y 30% de los adultos de entre 19 y 64 años ingieren al menos cinco porciones de frutas y verduras por día como recomiendan las autoridades sanitarias. También subrayó que la mayoría de los niños, jóvenes y adultos en Gran Bretaña no consumen los alimentos adecuados, y por el contrario se alimentan con productos que contienen demasiadas grasas saturadas, azúcar agregada y sal. Esas dietas insanas prevalecen más en grupos socioeconómicos más bajos. En el caso de consumo de azúcar agregada, el informe destacó que ello determina el peso de la persona. La BMA concluyó que existe un vínculo directo entre el consumo de bebidas gaseosas azucaradas y el índice de diabetes tipo 2, como también de varios tipos de cáncer. De acuerdo con el documento, el costo económico y social para el Servicio Nacional de Salud británico por consecuencia de la mala alimentación de la población superaría los 9 mil 370 millones de dólares al año. Esa cifra es muy superior a los 4 mil 680 millones de dólares que le cuesta a los servicios públicos de salud hacer frente a las enfermedades de la población relacionadas con el tabaquismo. Y destacó que las dietas insanas, especialmente aquellas que incluyen alto consumo de bebidas gaseosas azucaradas, contribuyen en el mundo a más enfermedades que la inactividad física, el tabaquismo o el consumo excesivo de bebidas alcohólicas. Por tal motivo, la influyente entidad médica llamó al gobierno de Cameron a imponer un aumento de 20% en el impuesto a las bebidas azucaradas, con el fin de combatir la creciente crisis de obesidad en el país. La BMA dijo además que el dinero recaudado a partir de esa tasa podría servir para subsidiar las frutas frescas y verduras en la dieta de los británicos.“Ello crearía un medio ambiente donde la población podría optar por alimentos más sanos porque son más baratos”, agregó. De acuerdo con la entidad, los fondos recaudados por ese nuevo impuesto podrían también utilizarse para campañas de mercadeo y publicidad que mejoren las actitudes de los británicos hacia las dietas saludables. “Ello debería ser apoyado por un fuerte marco regulatorio que reduzca el acceso, disponibilidad y promoción de alimentos y bebidas insanas”, agregó. Según el documento, para 2020 el gobierno debería imponer objetivos estrictos que cumplan tanto productores de alimentos como comercios para reducir las calorías, grasas, grasas trans y azúcar agregada en los siguientes productos: bebidas gaseosas con azúcar agregada, chocolate, galletas, tartas, pasteles, productos lácteos, salchichas y patatas fritas en bolsa. “Las autoridades deberían ser muy estrictas con aquellos que violen la ley”, sentenció el informe. El grupo dio como ejemplo el caso de México, al indicar que el impuesto a las bebidas azucaradas ayudó a reducir el consumo de ese tipo de productos insanos en la población y está teniendo un impacto positivo a la hora de bajar los índices de obesidad. Ese impuesto mexicano a las bebidas azucaradas respondió a una recomendación de la OMS, de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y del relator especial de Naciones Unidas por el Derecho a la Alimentación, Olivier de Schutter. De todos modos, para los médicos británicos esos cambios sólo pueden ocurrir si el impuesto es de al menos 20% del valor total de la bebida. En Gran Bretaña una botella de bebida gaseosa promedio dos litros, que suele venderse a 2.8 dólares, y con la eventual nueva tasa costaría al menos 3.45 dólares. La doctora inglesa Shree Datta, experta en nutrición de la BMA, afirmó a la BBC de Londres que el problema de la obesidad “es enorme y crece día a día” en el Reino Unido. “Nuestros pronósticos indican que, para 2030, cerca de 30% de la población de Gran Bretaña será obesa. Y en la mayoría de los casos se debe a la cantidad de azúcar consumida sin darse cuenta”, destacó. “El mayor problema es que para muchos de nosotros es difícil saber cuánta azúcar consumimos al día”, sostuvo Datta. Hasta ahora, el gobierno británico había optado por trabajar con el sector de la alimentación y bebidas instando a que reduzca voluntariamente el contenido calórico y de azúcar de sus productos. De acuerdo con una portavoz del Ministerio de Salud, el creciente índice de obesidad en la población “es muy preocupante”. “No hay una solución milagrosa al problema, pero sí queremos ver que el sector de alimentos y bebidas reduzca la cantidad de azúcar en sus productos, para que la gente puede optar por alimentos más sanos”, subrayó la vocera oficial. La semana pasada el Comité de Asesoría Científica en Nutrición recomendó en un informe encargado por el gobierno que el consumo de azúcar diario no supere 5% de la energía consumida. Hasta ahora, la cifra recomendada era de 10% como máximo, aunque en muchos casos ni siquiera se cumple con esa recomendación, de acuerdo con la BMA. Luego de la advertencia de la BMA, la Federación de Alimentos y Bebidas del Reino Unido rechazó el pedido de aumentar en 20% el impuesto a los productos azucarados, al considerar que la medida no cambiará demasiado los hábitos de alimentación de la población. Ian Wright, director general de esa entidad, sostuvo que aunque a la organización “le preocupa” la salud de los jóvenes británicos, “muchos productos alimenticios ya deben pagar un impuesto que recarga más de 20% en materia de IVA”. “Cuando en el pasado el gobierno impuso impuestos elevados, ello demostró ser poco efectivo a largo plazo, sin provocar cambios considerables en las dietas de las personas”, consideró Wright. “En los últimos años, el consumo de calorías en alimentos y bebidas decreció gradualmente gracias a una reformulación de recetas, incluyendo reducciones en la cantidad de azúcar, y cambios en las porciones de alimentos procesados“, continuó. En Reino Unido, 67% de los hombres y el 57% de las mujeres sufren de sobrepeso o son obesos. Además, más de 25% de los niños son obesos o sufren de sobrepeso --26% de los niños y 29% de las niñas--, de acuerdo con cifras oficiales. La crisis de obesidad se ha disparado no sólo en Gran Bretaña, sino también en el mundo, donde los niveles de personas que padecen sobrepeso u obesidad crecieron exponencialmente en las últimas tres décadas. Al menos 2 mil 100 millones de personas --cerca de 30% de la población del planeta-- sufre de sobrepeso o de obesidad, que ha llevado a un aumento considerable de casos de diabetes, infartos y cánceres, entre otros problemas graves de salud.

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