Gran Bretaña: La estrategia anti-radicalización

viernes, 24 de julio de 2015 · 20:53
LONDRES (apro).- Al menos 700 jóvenes musulmanes británicos se han sumado a las filas del Estado Islámico (EI) en Siria e Irak y otros cientos planean viajar a esos países para lanzar una yihad islámica contra Occidente. En el marco de una creciente radicalización por parte de jóvenes musulmanes decepcionados con la política y los políticos de Gran Bretaña y cada vez más cuestionado en sus propias filas conservadoras por supuestamente no tomar suficientes medidas sobre el asunto, el primer ministro David Cameron anunció el lunes 20 una serie de iniciativas contra el extremismo y la radicalización musulmana en el país. Tales medidas hicieron recordar un plan planteado exactamente hace diez años por el entonces mandatario laborista Tony Blair. El anuncio de este lunes 20 fue elogiado por el ala más reaccionaria del gobernante Partido Conservador, aunque muy criticado por sectores de la comunidad musulmana británica, por intelectuales, escritores y juristas expertos en el tema, que temen que el nuevo plan lleve a una mayor radicalización y segregación, como también a un aumento de la islamofobia. En agosto de 2005, un mes después de los sangrientos atentados terroristas del 7 de julio en Londres, Blair declaró que “las reglas del juego han cambiado”. Su respuesta política a los ataques suicidas contra la red del transporte londinense --que provocaron la muerte de 56 personas y más de 700 heridos-- fue el anuncio de una nueva legislación antiterrorista, como también medidas para combatir el extremismo en el país. Esos planes incluyeron medidas para deportar a clérigos extremistas extranjeros sin proceso de apelación, clausurar mezquitas que incentivaran el odio sectario y prescribir grupos extremistas musulmanes. Blair había propuesto además crear una comisión que analizara el multiculturalismo en Gran Bretaña, prometiendo “no amenazar” las culturas o religiones de las distintas etnias en el país. Sin embargo, el entonces líder laborista aclaró que había personas “aisladas en la comunidad que buscan distanciarse aún más de la sociedad, algo muy insano”. “Batalla generacional” Esa misma plataforma política fue presentada el lunes pasado por Cameron, que pertenece al espectro político opuesto de Blair. Durante su ponencia en Birmingham (centro de Inglaterra), el primer ministro conservador dijo que buscará reformar a la comunidad musulmana de Gran Bretaña, como también promover voces más moderadas dentro de los grupos musulmanes del país. También confirmó la creación de un nuevo foro de relaciones comunales para analizar, debatir y pensar directamente con los grupos musulmanes cómo hacer frente al extremismo islámico. Para Cameron, el extremismo islámico es una ideología “que busca destruir Estados nacionales para inventar su propio califato barbárico”. Derrotar al extremismo “es la batalla generacional”, subrayó el mandatario, que se mostró a favor de erradicar por completo “una doctrina subversiva”. En noviembre de 2005, grupos de trabajo creados tras los atentados de Londres habían presentado sus propias propuestas acerca de cómo combatir el extremismo y la radicalización en los jóvenes musulmanes. Esas propuestas, que fueron presentadas a la por entonces ministra del Interior, Hazel Blears, incluían una unidad de acción rápida contra la islamofobia, un mejor entendimiento del Islam en el currículum escolar, y mejor entrenamiento de imanes musulmanes. El énfasis puesto en valores compartidos como forma de combatir el extremismo surgió más tarde, en 2009, como parte de la iniciativa ‘Prevenir’, que tenía como objetivo combatir la amenaza de la radicalización de jóvenes musulmanes. Las nuevas medidas de Cameron, que adelantó la reina Isabel II de Inglaterra en su apertura de las sesiones parlamentarias en mayo pasado, refuerzan la creciente tendencia hacia una mayor legislación en la esfera antiterrorista. De hecho, Gran Bretaña cuenta con una larga y controvertida historia de leyes antiterroristas. El previo gobierno laborista (1997-2010) introdujo cinco nuevas leyes para combatir el terrorismo: la ley antiterrorista (2000), la ley antiterrorista contra el crimen y por la seguridad (2001), la ley de prevención de terrorismo (2005), la ley antiterrorista (2006) y la ley para combatir el terrorismo (2008). Entre los puntos más polémicos de todas esas legislaciones está la extensión de detención para sospechosos de terrorismo, previo a elevarse cargos formales. Blair había tratado de extender ese periodo a varios meses, pero fue derrotado en varias votaciones parlamentarias. Ahora, Cameron busca nuevamente más poderes para los servicios de seguridad e Inteligencia, y volvió a hablar de las amenazas del terrorismo en relación con los “valores e identidad británicos”. Según el mandatario, una “tolerancia pasiva de los últimos años” hacia el extremismo musulmán “debe ser reemplazada ahora por medidas mucho más directas para defender los valores británicos de tolerancia, justicia y respeto a la ley”. Para Cameron, el problema del extremismo islámico tiene sus raíces en que muchos de los jóvenes que terminan siendo radicalizados “no se sienten suficientemente británicos ni tampoco parte de la sociedad británica”. En ese sentido, pidió a los musulmanes, especialmente a aquellos provenientes de sectores más moderados, ocupar un papel más preponderante a la hora de hallar una solución a la amenaza del extremismo islámico. Al comienzo de este año, el secretario para las Comunidades, el conservador Eric Pickles, escribió una misiva a más de mil mezquitas del Reino Unido, como también a autoridades musulmanas del país, instándolos a condenar de forma categórica los ataques terroristas a la redacción de Charlie Hebdo y a un supermercado kosher, ambos perpetrados en París a comienzos del año. Tanto para Pickles como para el gobierno británico, las autoridades musulmanas “tienen la responsabilidad de prevenir que jóvenes musulmanes se radicalicen”. El secretario fue criticado de inmediato por la comunidad musulmana, que lo acusó de “estigmatizar injustamente” al Islam. De todos modos, Cameron apoyó a Pickles, al indicar que algunos musulmanes “tienen un problema cuando se les pide que hagan más para combatir el extremismo islámico”. En el marco de las nuevas iniciativas anunciadas en Birmingham, que llevarán por nombre “Contest” (Lucha) y durarán al menos cinco años, Cameron puso énfasis en cuatro nuevas propuestas contra la radicalización. El primer punto del programa fue “Confrontar la ideología extremista”, que subraya la importancia de los valores británicos “como la herramienta más poderosa” para combatir la radicalización. “Hay que hacer más para quitarle glamour a la causa extremista, especialmente al Estado Islámico”, aclaró el jefe del gobierno. Cameron explicó que su gobierno trabajará con grupos que entienden cómo es vivir bajo el yugo del EI, para explicarle a los jóvenes y a aquellas personas vulnerables a la radicalización “la realidad brutal de esa ideología”. Las comunidades sirias, iraquíes y kurdas de Gran Bretaña podrán participar de nuevas plataformas para denunciar “la carnicería” que los combatientes del EI están realizando en sus países, agregó. El primer ministro también confirmó programas específicos contra la radicalización, aunque no detalló en qué se diferenciarán de los previos programas, incluido Prevent (Prevenir). “Clérigos del odio” Cameron dirigió además su atención a las compañías proveedoras de Internet, acusándolas de hacer “demasiado poco” para combatir el extremismo islámico online, otro de los problemas crecientes que enfrenta el gobierno. “Las firmas proveedoras de Internet pueden rastrear nuestros hábitos de compras, pero dicen que no pueden combatir el extremismo”, ironizó. El segundo punto del programa fue “Combatir a los violentos y a los no-violentos”. Ese apartado se refiere a combatir a grupos y organizaciones que puedan no abogar por la violencia “pero de todos modos promueven el extremismo en varias de sus formas”. “Vamos a introducir una serie de poderes específicos para confrontar a los llamados ‘clérigos del odio’ y a líderes de sectas que promuevan posiciones extremistas o materiales de radicalización”, destacó el mandatario. El ente regulador de los medios de prensa, OFCOM, será fortalecido con nuevos poderes e instrumentos legales que le permitan tomar medidas contra canales extranjeros que transmitan programas al aire con clérigos extremistas como invitados o panelistas. Cameron acusó a varios canales británicos por darle espacio mediático a extremistas religiosos. La BBC de Londres había sido criticada en el pasado por invitar, entre otros, al clérigo radical Anjem Choudary a varios de sus programas políticos. Choudary, hijo de inmigrantes paquistaníes nacido hace 47 años en Welling (Londres), se había convertido en el rostro más reconocible del radicalismo islámico en el Reino Unido. Llegó a ejercer como director de las organizaciones al-Muhajiroun y Islam4UK (ambas proscritas en Gran Bretaña), además de crear recientemente el grupo Need4khilafah. En 2014 Choudary, férreo opositor la operaciones militares en Afganistán e Irak, fue arrestado tras su vínculo con Michael Adebolajo y Michael Adebowale, los dos asesinos convictos del soldado Lee Rigby, apuñalado en plena calle junto al cuartel de Woolwich. Como parte de los planes del gobierno, se pondrá en marcha un programa contra la radicalización de niños en las llamadas “escuelas suplementarias” o centros de estudios, a los que suelen asistir los menores musulmanes los sábados para aprender sobre religión. En su ponencia, Cameron lamentó además la falta de progreso en la causa “Caballo de Troya”, por la cual se denunció la infiltración de extremistas religiosos en varias escuelas primarias y secundarias de Birmingham. “Ha llevado demasiado tiempo tomar medidas contra los directores y maestros involucrados en ese escándalo, además de apoyar a las escuelas afectadas para que den la espalda a la radicalización”, sentenció el primer ministro. Como parte de ese mismo apartado, Cameron anunció una iniciativa para permitir a los padres solicitar directamente la cancelación del pasaporte de sus hijos en caso de que éstos quieran viajar a Siria e Irak para sumarse a las filas del EI. El tercer punto de la iniciativa contra la radicalización fue “Envalentonar a la comunidad musulmana”. Ese apartado busca incentivar más voces reformistas y moderadas dentro de los grupos musulmanes “para generar mayor diálogo y crear una plataforma de análisis constructivo”. “Para aquellos musulmanes que estén interesados en las reformas, que quieran desafiar a los extremistas, y construir un discurso alternativo, para los que quieran ayudar a proteger a sus niños, el gobierno los acompañará y les dará apoyo: con ayuda práctica, financiamiento, campañas, protección y representación política”, dijo Cameron en su ponencia. Finalmente, la estrategia del gobierno incluyó el punto titulado “Construir una sociedad más cohesiva”, que busca mejorar la integración y evitar segregación en escuelas y comunidades. “No estoy hablando de desterrar a la gente de sus hogares o escuelas, o forzar la integración, pero sí quiero que podamos compartir un futuro, especialmente con los más jóvenes”, destacó el mandatario. Cameron reveló que Louise Casey, que está a cargo de una unidad especial que lidia con el problema de las familias antisociales, llevará a cabo una revisión de los planes oficiales sobre cómo mejorar las oportunidades e integración en las comunidades de minorías étnicas del Reino Unido. Casey presentará las conclusiones de su reporte para el próximo año. “Ella analizará temas como el aprendizaje del inglés, cómo se pueden mejorar oportunidades de empleo --especialmente para las mujeres--, y cómo los organismos públicos pueden trabajar con estas comunidades para promover la integración y oportunidades al tiempo de aprender de lecciones del pasado. No queremos repetir errores históricos, como darle dinero a ‘líderes comunitarios’ para que utilicen esos fondos dividiendo a su comunidad”, aclaró. “Nuestro gobierno tiene la determinación de dar actualizaciones frecuentes de la estrategia ‘Contest’ para informar a la población sobre este tema”, continuó Cameron.   Estigmatismo Sin embargo, el anuncio fue duramente criticado por una coalición de 24 expertos e intelectuales del país, que incluyó a la jurista Laura Zahra McDonald, del grupo ConnectJustice, al reverendo Giles Fraser, al profesor David Lundie de la Liverpool Hope University, a la investigadora Shamim Miah de la Universidad de Huddersfield, a la activista Sarah Soyei, de la ONG Equaliteach, así como también a la sindicalista Malia Bouattia, y a los escritores Lucy Sweetman, Nick Anderson y Anne Booth. El grupo publicó una carta abierta en el periódico The Guardian, titulada “Si David Cameron quiere combatir la radicalización, debería resolver la desigualdad”. “En su ponencia de Birmingham el lunes pasado, David Cameron se enfocó una vez más en la idea contenciosa de que la principal causa del terrorismo en los jóvenes es su exposición a una ideología extremista. La evidencia académica demuestra que el énfasis principal en la cuestión de la ideología ayuda muy poco, y que es un indicador incierto sobre por qué hay gente que se alinea con el terrorismo”, indicó la misiva. “De todos modos, la estrategia ‘Prevent’ del gobierno requiere que los maestros detecten señales de radicalización en los alumnos que incluirían ‘un deseo para un cambio político y moral’, ‘sentimientos de agravio e injusticia” o la necesidad ‘de una nueva identidad, pertenencia y sentido’ en sus vidas”, continuó. De acuerdo con la carta abierta de la coalición, la iniciativa oficial ‘Prevent’ pone sospechas particulares en los niños musulmanes “que no violaron la ley ni son sospechosos de tener vínculos con actos de terrorismo”. “Esto llevará a un mayor racismo anti-musulmán e Islamofobia”, sentenció el grupo. “Jóvenes con opiniones radicales, o aquellos que participan de manifestaciones como las del movimiento Occupy, también están siendo blanco de un mayor escrutinio. La estrategia anti-extremista del gobierno es muy probable que ponga en peligro la confianza de la gente y aliene a alumnos y a familias, siendo inefectivo y contraproducente”, advirtió la carta. “Creemos que es esencial que las escuelas se mantengan como lugares seguros, que den la bienvenida y sean espacios inclusivos donde todos los niños sientan que pertenecen allí, sin importar de donde provengan. Hay alternativas positivas a la posición estigmatizadora y estrecha del gobierno. Estas incluyen ampliar el espacio en los currículums de los colegios para el aprendizaje sobre ciudadanía británica, democracia, derechos humanos, justicia y equidad social, además de desarrollar las habilidades de los niños para un pensamiento crítico, para que sepan argumentar su posición y participen en debates. Esas alternativas se basan en la educación, y no en la vigilancia”, concluyó la coalición.

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