CAMPECHE, Camp. (apro).- Al rendir su último informe de gobierno, Fernando Ortega Bernés se “auto perdonó” por los desaciertos y garantizó que “lo mejor para Campeche” vendrá en el sexenio de Alejandro Moreno Cárdenas, quien asumirá el cargo el próximo 15 de septiembre. En el mensaje que dirigió a los campechanos desde el Circo-Teatro Renacimiento, el mandatario dirigió la mirada a su esposa Adriana Hernández, y soltó: “Por fortuna, gracias a dios, se van los tiempos de la vorágine de servicio; por fortuna, gracias a dios, vienen los tiempos de tranquilidad que tanto anhelamos”. Ortega Bernés, quien hace seis años asumió el cargo con un respaldo popular no visto en varios sexenios, desencantó a sus seguidores desde el momento mismo en que tomó posesión, y ahora termina su gestión saliendo por la puerta trasera, debido a que su sexenio quedó marcado por la inoperancia y la corrupción. “He sostenido un diálogo conmigo mismo, he suscrito un pacto de paz con mi conciencia”, dijo, y destacó que al reflexionar sobre su responsabilidad pública, política y familiar, resolvió que ha sido “leal a mi esposa, a mis hijos, a familia… A las familias de los campechanos y a los hijos de las familias de los campechanos”. Y aunque su período estuvo caracterizado por la intolerancia, Ortega lanzó: “Cumplimos con nuestra responsabilidad con mucha tolerancia, con toda la tolerancia de la democracia. Fueron seis años complejos, pero los encaramos con determinación”. Durante la ceremonia –con un costo de seis millones de pesos–, en la que su antecesor Jorge Carlos Hurtado Valdez le robó la ovación, como ha ocurrido cada año, consideró que “decir que no se ha hecho nada es impreciso; decir que se ha hecho todo, también”. Asimismo, aseguró que “el motor de Campeche nunca se paralizó, ahora tiene mejor marcha y más energía para salir adelante”. Añadió: “Campeche es hoy la suma de todos los tiempos y de todos los esfuerzos, y se encuentra en la ruta de la emancipación económica”. También hizo un recuento de las obras realizadas, varias de las cuales se adjudicó como suyas, pese a que se trata de obra federal, la mayoría del sexenio pasado. Para evitar exponer a los miembros de su gabinete, al informe sólo acudieron cinco servidores públicos de cuarto nivel, todos desconocidos, quienes tuvieron el encargo de dar lectura a los avances en los rubros de gobierno, infraestructura, desarrollo económico, desarrollo social y finanzas. Ninguno de ellos tenía que ver con el sector del que le tocó informar. El recinto, acordonado varias cuadras a la redonda, fue atestado por policías uniformados y vestidos de civil, quienes desde varias horas antes de la llegada de Ortega Bernés se apostaron adentro y afuera. En la entrada del Circo-Teatro, una veintena de “aplaudidores” ovacionaron la llegada del Ejecutivo estatal y de sus homólogos de Puebla, San Luis Potosí, Tabasco y Yucatán, Rafael Moreno Valle Rosas, Fernando Toranzo Fernández, Arturo Núñez Jiménez y Rolando Zapata Bello, respectivamente. Los líderes del PRI, César Camacho e Ivonne Ortega Pacheco, recibieron una ovación especial. Tras cumplir con su misión, la porra se retiró.