MADRID (apro).- El empresario Carlos Slim realizó este martes un movimiento estratégico dentro de la constructora española FCC, de la que es accionista de referencia (con 25.6% de participación), al conseguir que el Consejo de Administración nombrara como consejero delegado al mexicano Carlos Jarque, quien a partir de hoy dirigirá los destinos de la compañía. El multimillonario asume así el control de FCC, que estaba en manos de la familia Koplowitz, cuya principal accionista, Esther Koplowitz, tuvo que ceder el dominio a Slim a causa de la abultada deuda y la falta de generación de caja. Jarque, director ejecutivo de Asuntos Internacionales, Corporativos y Gubernamentales de América Móvil, y consejero de Carso, sustituye en la dirección de la compañía al español Juan Béjar. En su edición impresa de este martes, el periódico económico ‘Cinco Días’ adelantó que Jarque es un hombre de absoluta confianza de Slim y será la correa de transmisión para conocer el día a día de FCC. Recordó que ese ejecutivo fue candidato al premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales y presidió la Comisión Mundial de Estadística de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Además, ha tenido cargos en el gobierno mexicano como presidente del Instituto Nacional de Estadística, secretario del Plan Nacional de Desarrollo de México entre 1995 y 2000, y dirigió el Banco Interamericano de Desarrollo (BID). El movimiento inicial para facilitar la salida de Béjar se produjo en medio de un período de incertidumbre, porque el ejecutivo español decidió ejercer la cláusula de cambio de accionista de control, lo cual produjo una pérdida de hasta 25% del valor en bolsa de FCC, que será el primer reto de Jarque, y también deberá enfrentar el abultado endeudamiento que sigue siendo elevado. De acuerdo con fuentes del sector, Slim ya trabaja en un plan de nueva refinanciación. Otro lastre en la compañía en su etapa más difícil, antes del aterrizaje de Slim en FCC, es que su área de Infraestructuras (Construcción y Cementos Portland) tiene más de un año sin participar en una licitación de importancia internacional. Los diversos movimientos llevaron a desprenderse de activos y pactar la salida de más de 4 mil personas, para que un paquete central de acciones de la empresa fuera adquirida por Slim por un monto de alrededor de mil millones de euros.